Euclides Tapia: ‘Nicaragua está provocando una ruptura de relaciones diplomáticas con Panamá’

Actualizado
  • 24/03/2024 00:00
Creado
  • 23/03/2024 18:39
El catedrático universitario en Relaciones Internacionales está convencido que Nicaragua quiere ‘deshacerse’ de su responsabilidad con el expresidente Ricardo Martinelli, asilado en la sede diplomática

El catedrático en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá Euclides Tapia, está convencido de que Nicaragua está provocando a Panamá para que rompa relaciones diplomáticas con su país. Lo dice por el tono de las notas intercambiadas entre la Cancillería y la sede de Nicaragua en Panamá recientemente, a propósito de la ampliación que está haciendo la embajada a la casa anexa para atender asuntos consulares. Panamá no ha otorgado permiso para tal acción, y llamó la atención al respecto. El asilo otorgado por Nicaragua al expresidente Ricardo Martinelli ha ocasionado diferencias entre las partes. El problema, añade el entrevistado, es que de Panamá caer en la provocación, los nicaragüenses no podrían llevarse a Martinelli consigo, puesto que no son signatarios de la Convención de Caracas de 1954, donde se establece ese articulado. Además, Tapia se ve convencido que el próximo gobierno, sin importar quién gane, concederá el salvoconducto a Nicaragua para trasladar al exmandatario a ese territorio.

Hay diferencias entre la Cancillería y la embajada de Nicaragua porque la última anexó una casa contigua para facilitar los trámites consulares, pero Panamá no le ha dado el permiso porque dice que nunca lo solicitaron. ¿Qué debe ocurrir en ese caso?

Panamá tiene la razón. La Convención de Viena de 1963 establece en el artículo 4, incisos 1, 3 y 5 que tiene que solicitar permiso al Estado territorial para establecer una oficina comercial, o hacer cualquier modificación en su clase, la circunscripción electoral, o alguna adecuación del inmueble. En este caso, el último inciso es el que cabe. Nicaragua alega que se trata de una ampliación, pero debe solicitar un permiso. Eso no se puede hacer unilateralmente. Eso no funciona así.

¿Esa parte de la casa entonces no tiene inmunidad diplomática?

A mi juicio no. Panamá puede actuar como quiera allí. Puede quitarle el agua o la luz, hacer lo que quiera.

¿Puede ejecutar una orden de captura allí?

No. Esa es otra cosa. Aquí estamos hablando de un lugar para tramitar los asuntos consulares, no para que constituya un sitio donde va a estar la presencia del expresidente porque implicaría moverse de lugar y salir del espacio. Hay un precedente así en Sudáfrica y lo que hizo el gobierno allá fue permitir el cambio de embajada, pero el asilado no se puede mover de ahí. Ahí se queda porque no se le ha dado el salvoconducto para que haga ningún movimiento que autorice su salida de la embajada. Yo entiendo que Nicaragua puede tener razón porque es el tercer país en Panamá con presencia extranjera. Pero debe solicitar el permiso, ¿cuál es el problema?. Es una excusa. En este caso quien está en desventaja es Nicaragua porque no hizo el trámite. Incluso alega que no lo tiene que hacer. Yo tengo una teoría al respecto.

¿Cuál es su teoría?

Yo siento que Nicaragua está haciendo todo para provocar una ruptura de relaciones diplomáticas con Panamá.

¿Por qué opina eso?

Porque está desobedeciendo la legislación internacional y nacional. Panamá no puede admitir que ellos hagan aquí lo que les da la gana. Eso va a tener una reacción de Panamá. La intención de ellos es acusar a Panamá de romper las relaciones y ellos deshacerse de su responsabilidad con el expresidente Martinelli.

Eso sería si Panamá acoge la provocación de Nicaragua y rompe las relaciones diplomáticas...

Pero, ¿usted cree que el país territorial va a aceptar lo que el otro haga como si fueran los dueños de este país? Eso no puede ser. No creo que la Cancillería panameña va a aceptar algo así, no creo. El tema es que, al final, el objetivo de Nicaragua es que haya una ruptura. Que Panamá no caiga en la provocación o que caiga es otra cosa. Pero sí es el objetivo, lo que quieren es deshacerse de su responsabilidad del asilado. En caso de una ruptura tienen que retirar todo de la embajada, incluyendo el o los asilados. Pero eso no está contemplado en las convenciones de Montevideo y de La Habana, sino en la convención de Caracas de 1954, de la cual Nicaragua no es parte. Entonces, ¿cómo hacemos para que se lo pueda llevar si no son parte?

Ahí quedan dos alternativas. La primera es que el asilado mantenga la misma condición con un Estado parte de la convención y si en ese caso no hay ningún candidato en América Latina, con un tercer candidato de cualquier país del mundo que no sea parte de la convención, pero que tenga relaciones diplomáticas con Panamá y que tenga una sede en el territorio panameño.

Panamá tiene relaciones con 156 Estados. De esos, tienen presencia física en Panamá aproximadamente 50, de esos hay que excluir los de América Latina y el Caribe, porque las convenciones en cuestión no han sido suscritas por todos los países. Hay un elemento importante. Esta es una institución privativa de los países Latinoamericanos que no se aplica en Asia, África o Europa que le dé asilo territorial, no diplomático ni político.

¿Qué tercer estado puede ser éste?

Esa pregunta no la puedo responder. De los europeos creo que ninguno. Se habla que puede ser Italia, pero eso es muy relativo. No sé qué Estado puede ser.

¿La segunda alternativa cuál es?

Como Nicaragua no ha suscrito la convención de Caracas va a dejar en el aire a Martinelli. Es el objeto de Nicaragua, que no haya protección porque así no tiene ninguna excusa o responsabilidad sobre el asilado.

¿Qué pasaría con Martinelli en ese caso?

Yo pienso que por extensión tiene que aplicarse la convención de Caracas de 1954 y buscar las alternativas que he planteado. Entre estas, si un país de la región siendo parte de la convención no acepta, tiene que ser de Asia, África o Europa que tenga sede en Panamá, una embajada.

Lo veo muy convencido de que Nicaragua quiere deshacerse de Martinelli, no entiendo por qué si ellos fueron los que calificaron el asilo y lo otorgaron...

Si, pero están actuando al margen de la ley, en el borde. ¿Cómo van a asumir el control de un inmueble si no están autorizados para eso? ¿Qué están provocando? ¿Que les corten el agua?, ¿la luz?

¿Usted cree que Panamá se anime a romper relaciones diplomáticas con Nicaragua especialmente en época electoral?

Si el otro te provoca... Veremos qué pasa. De pronto se queda tal cual pero aún hay un problema con el inmueble que se ocupa sin autorización de Panamá. Eso no es aceptable.

¿Cómo se puede solucionar el tema del inmueble?

Puede pedir permiso a Panamá pero ya la Cancillería le adelantó que no se lo va a dar. Nicaragua tiene que asumir lo que Panamá dice. El dueño del territorio es Panamá.

En la tirantez de posiciones, ¿se puede acudir a un mediador?

Generalmente esas cosas no se hacen públicas, después de un tiempo se sabe quién intermedió en las diferencias. Creo que la situación se va a mantener como tal, el expresidente Martinelli se va a quedar en la embajada a esperar el próximo gobierno y siento que en ese momento se va a dar solución al problema. Ahora, en qué momento será eso, siento que entre la mitad del periodo y al final. En principio considero que puede pasar unos dos o tres años ahí.

Hemos visto un intercambio de notas entre la Cancillería y la sede diplomática nicaragüense en Panamá. Nicaragua sigue reclamando el salvoconducto para el expresidente Ricardo Martinelli, ¿qué debería hacer Panamá?

Las convenciones que rigen el asilo actualmente son la de La Habana de 1928, la de Montevideo de 1933 y la de Caracas de 1954. En el articulado de éstas hay un elemento que vale la pena destacar que es el hecho de que el Estado asilante solicita un salvoconducto para retirar a la persona del país, pero también en esas convenciones hay una contraparte que establece que a pesar de que quien califica la condición de la persona, si es un perseguido político o delincuente común, es el Estado asilante. Eso no quiere decir que el Estado territorial, en este caso Panamá tenga otra apreciación del problema. La exigencia del salvoconducto no necesariamente ha ocurrido así, hay muchos casos pragmáticos de estos eventos en los que la persona asilada ha permanecido años en la embajada a la espera del salvoconducto. No es que haya sido una práctica que se haya respetado de manera infalible. Cuando hay opiniones encontradas entre las partes se estanca la posibilidad de resolver el problema.

¿El Estado territorial tiene “derecho” de no otorgar el salvoconducto?

No es necesariamente así. Lo que ocurre es que el asilo tiene un componente político que entra a jugar un papel. Finalmente siempre, siempre el ingrediente político termina resolviendo el problema. Tú me tienes que entregar el salvoconducto, no te lo voy a entregar, entonces tienen que acudir a otro plano. No es un tema de una convención, sino que tienen que buscar la solución política.

¿Qué solución política aplica en este caso?

Lo deben establecer las partes. Yo veo que por el momento no hay solución con este gobierno. Pero, considero que con el próximo gobierno el señor Ricardo Martinelli sale de Panamá. Eso te lo digo porque no creo que lo vayan a incorporar en el récord Guinness, no creo que llegue hasta ahí. El próximo gobierno va a otorgar el salvoconducto, sin importar quién sea el presidente.

¿Por qué lo dice con tanto convencimiento?

Por lo que le estoy diciendo. No creo que siga el ejemplo de Julian Assange o de otros que han pasado muchos años asilados en embajadas. Tampoco creo que pasen dos gestiones de gobierno en Panamá para que le den el salvoconducto. Eso está calculado. No pienso que el expresidente se haya metido en la embajada pensando que se va a quedar de por vida ahí.

El caso Haití es sumamente delicado, el crimen organizado quiere hacerse del control del poder abiertamente, ¿qué análisis hace de esta situación?

Es un caso muy particular. No creo que sea el único, en África se ha dado con el grupo Warner, con el apoyo ruso. En América Latina un caso así es inédito, aunque sabemos que lo de Haití no es nada nuevo. Solo que ahora el crimen organizado ha sacado la cara y reclama el poder. Evidentemente que eso lo que va a provocar es una intervención, no hay otra. Sería la tercera en ese país, en 1915 fue Estados Unidos, en 1994 las Naciones Unidas y ahora esta que viene que es inminente porque va a trastocar, va a provocar un flujo inmigratorio impresionante. Esto va a obligar una intervención.

¿Cómo se va a decidir esa intervención y quién lo haría?

Se plantea la posibilidad de que Kenia la lidere, tiene una policía muy especializada y respeto por los derechos humanos. Lo del idioma es diferente porque en Kenia hablan inglés y en Haití francés. Pero Estados Unidos también ya anunció que va a intervenir, y eventualmente sumarán a otros estados.

¿Qué pretende esa intervención? porque los problemas de Haití son más graves...

Desde el punto de vista de seguridad hay que trastocar el estado en cosas vigentes, hacer un gobierno que ejerza el poder, llamar a convocar elecciones y desarmar los grupos armados por la fuerza. Especialmente las bandas, porque no hay forma de que eso se estabilice si no se desmilitariza, es una regla obligatoria como solución.

Además, atacar los problemas sociales y económicos de ese país. La responsabilidad primaria que tiene Francia después de lo que hizo ahí, que obligó al pueblo a pagar su independencia. Ahora se deshace abiertamente de su responsabilidad, como si eso no existiera. Todo viene de atrás, acumulado, es el país más pobre del continente.

¿Cuál ha sido la respuesta de América Latina en el caso de Haití?

Mira para otro lado. Si acaso la comunidad del Caribe que plantea la posibilidad de tener una injerencia en el asunto, pero los países de tierra firme en la región, cuando el asunto estalle por la cuestión migratoria se verán obligados a actuar.

¿Cómo afecta esta situación a Panamá?

Por lo que se ve, ya se va actuar. Si no se actúa las consecuencias van a ser peores. A nosotros nos afecta por el tema no solo que lleguen a Panamá, sino que se quieran quedar aquí. Si pasan por la selva del Darién eventualmente lo hacen de tránsito. Pero el caso haitiano puede provocar que se quieran quedar aquí como ocurre con otras nacionalidades de países centroamericanas, como Nicaragua. Eso complica todo.

¿Quién gobernará la isla mientras se llama a elecciones?

Tienen que hacer un gobierno provisional que estabilice la situación, pero necesariamente tiene que ser elector por el pueblo haitiano y que dé una solución a sus problemas. La condición del crimen organizado fue que renunciara el presidente, a pesar de que la comunidad internacional estuvo en contra, terminó siendo así.

...están actuando al margen de la ley, en el borde. ¿Cómo van a asumir el control de un inmueble si no están autorizados para eso? ¿Qué están provocando?”
Que Panamá no caiga en la provocación o que caiga es otra cosa. Pero sí es el objetivo, lo que quieren es deshacerse de su responsabilidad del asilado. En caso de una ruptura tienen que retirar todo de la embajada, incluyendo el o los asilados”.
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