- 28/09/2019 07:00
- 28/09/2019 07:00
A partir de enero, Panamá no contará con fondos internacionales para la lucha contra el VIH.
Hasta este año, el Fondo Mundial destinará recursos económicos al Istmo para enfrentar la enfermedad que sigue cobrando vidas y la tuberculosis. La medida obedece a que Panamá es un país de ingresos altos con un producto interno bruto per cápita alrededor de $15,000, por lo que no es susceptible para recibir un apoyo económico del Fondo Mundial que es alimentado de Estados desarrollados y de organizaciones privadas.
En el marco de la lucha contra el flagelo del VIH, la realidad económica del país es vista con escepticismo. El Ministerio de Salud (Minsa) deberá designar para el presupuesto de 2020 al menos unos $600,000 para continuar con la estrategia que venía desarrollando el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que administraba a la partida del Fondo Mundial, en la lucha contra el VIH.
La preocupación de las organizaciones no gubernamentales, que trabajan el tema, es que el Gobierno no destine los fondos necesarios para continuar con los programas de prevención que desarrolló el PNUD.
Dayra García, directora de la Asociación Viviendo Positivamente, indicó que un recorte presupuestario al Minsa sería “terrible” porque afectaría los programas que se desarrollan en las poblaciones vulnerables de contraer el virus.
La Asociación Viviendo Positivamente es una de las organizaciones no gubernamentales que ha venido trabajando con el PNUD en la estrategia para contrarrestar el virus.
“Nuestro interés como sociedad civil es que no perdamos estas capacidades que hemos desarrollado y que el Gobierno facilite los fondos para continuar con el trabajo que venimos haciendo”, indicó.
Entre 2003 y 2018, el Fondo Mundial desembolsó $11,029,639 para apoyar la respuesta de Panamá al VIH y la tuberculosis, es decir, el 0.41% del gasto público en salud.
Los recursos económicos que ha destinado el Fondo Mundial se han concentrado en el fortalecimiento del sistema de salud en las estrategias de prevención, diagnóstico y vínculo con los servicios de salud para las poblaciones más afectadas por la enfermedad.
Rubiela Sánchez, vocera del PNUD, explicó que toda la estrategia que han implementado durante estos años será direccionada hacia el Minsa.
Ese proceso de transición empezó este año y continuará durante el 2020, sin embargo, el próximo año el Minsa deberá asumir la mayor responsabilidad.
El Minsa es el “ente rector de la salud y tiene que dar repuesta en todo los sentidos”, indicó García.
Las preocupaciones, sin embargo, están presentes. Las dudas no solo son por los fondos que el Gobierno al final destina a los programas para combatir el VIH, sino también por las capacidades técnicas que debe tener el Minsa para ofrecer los servicios.
“Todas las acciones comunitarias que se realizaban con los fondos internacionales las tenemos que hacer con fondos locales”, recomendó García. Trabajar con las personas trans, las trabajadoras sexuales... requiere de un enfoque distinto al que quizás no está acostumbrado el Minsa, alegó.
Existe mucha estigmatización y discriminación con algunos sectores de la población y la propuesta que se implementó fue la de vincularlos a los programas que se implementaron, indicó García.
Panamá dejará de recibir los recursos económicos del Fondo Mundial en un momento en que el Gobierno habla de contención del gasto, de recortes presupuestarios y en que el Minsa ha detectado un incremento en los contagios del VIH del 6%, en 2016, al 10% en 2018.