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El crecimiento de la economía ‘versus' fondos al sector social
- 12/12/2018 01:00
- 12/12/2018 01:00
Panamá posee una de las economías más sólidas en la región de Latinoamérica, gracias a sus principales actividades económicas, como son los servicios financieros, turísticos y logísticos que representan aproximadamente el 75% del producto interno bruto. De hecho, Panamá es uno de los países de Latinoamérica más atractivos para la inversión extranjera directa.
El Fondo Monetario Internacional estimó que el crecimiento para Panamá en este 2018 sería del 4.6%, un poco más bajo con relación al 2017, cuando tuvo un crecimiento porcentual de 5.4; pero a pesar de esta disminución es el más alto en la región. La inversión pública se mantendrá alta debido a proyectos como construcción de la tercera línea del Metro, el cuarto puente sobre el Canal, renovación urbana de Colón, entre otras. Para el año 2018, el presupuesto de la nación fue de 23,397 millones de dólares, de los cuales un 46.8% fue destinado al desarrollo de los servicios sociales, aproximadamente 10,951 millones de dólares.
En los últimos años Panamá ha logrado una reducción de la pobreza debido al crecimiento económico y a muchos programas sociales de transferencia y el incremento en los ingresos laborales. Aunque estos logros han contribuido a mejorar las condiciones de escasez, no ha sido suficiente, ya que se ha contribuido muy poco a mejorar la distribución de las riquezas.
A pesar de todos los esfuerzos que se hacen por disminuir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas en situaciones de vulnerabilidad, existe una mala distribución de las riquezas, siendo pocos los que tienen mucho y muchos los que tienen poco o casi nada. A pesar de que Panamá tiene el salario mínimo más alto de la región, incluso comparado con México. El costo de la vida es demasiado alto, sobre todo el de la Canasta Básica, los servicios básicos; por otra parte, el costo de las viviendas es tan elevado que dificulta a los profesionales de las capas medias obtener una.
Es evidente que el problema no es la falta de recursos. Panamá invierte más en desarrollo social que el promedio de los países en Latinoamérica. Sin embargo, se deben hacer esfuerzos para promover la prosperidad compartida que combina el crecimiento con la igualdad.
Todos estos programas sociales son paliativos a la pobreza, porque solo resuelven una parte del problema. La pobreza no se define exclusivamente en términos de dinero, una de sus dimensiones es la educación. Es por ello que los múltiples subsidios están enfocados solo en la parte económica, pero la pobreza es multifactorial.
Además de proveer solución de viviendas, el acceso a los servicios de agua potable, luz eléctrica y la salud, es la educación de nuestra población la que debe ser mayormente impulsada de manera que las escuelas y universidades de nuestro país formen ciudadanos altamente competitivos y capaces de crear sus propias oportunidades y afrontar los retos del futuro y el mundo globalizado. Los programas sociales deberían estar más enfocados al desarrollo humano, darle las herramientas necesarias para que la población sea altamente competitiva con capacidad de emprendimiento e innovación, de esta manera esa inversión en educación aportaría al crecimiento del país en términos de recurso humano altamente calificado que permita a las personas optar por buenos salarios.
UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PANAMÁ