Panamá y Nicaragua enfrentan nueva disputa por el asilo de Martinelli

Actualizado
  • 12/12/2024 00:00
Creado
  • 11/12/2024 19:09
Las actividades políticas del expresidente desde la Embaja de Nicaragua generan un nuevo cruce diplomático

En una reunión solicitada por el Ministerio de Relaciones Exteriores durante la primera semana de diciembre, la embajadora de Nicaragua en Panamá, Consuelo Sandoval Mesa, fue llamada a cumplir con las normas respectivas al asilo, condición que mantiene el expresidente Ricardo Martinelli en la sede diplomática del vecino país centroamericano desde el pasado 7 de febrero.

La información trascendió este miércoles 11 de diciembre en declaraciones del canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, a Telemetro Reporta. El encargado de la política exterior panameña indicó a Sandoval Mesa que la Embajada de Nicaragua en Panamá no debe ser un “foco de reuniones políticas”, algo que ha caracterizado el asilo de Martinelli, aunado a su activa participación política en redes sociales.

Los cruces entre la Cancillería panameña y la diplomacia nicaragüense no son nuevos, de hecho, iniciaron con el propio asilo de Martinelli. El pasado 14 de marzo el gobierno panameño, entonces bajo la administración del expresidente Laurentino Cortizo (2019-2024), dirigió una carta a su contraparte en Nicaragua alegando que dicho asilo era una “abierta intromisión en los asuntos internos panameños” y rechazando que Martinelli “utilice la sede diplomática nicaragüense en Panamá con fines político-partidistas”.

Dicha nota provocó la reacción de Managua, alegando que no reconocer el asilo al expresidente Martinelli y negar su salvoconducto “constituye una violación” a las convenciones sobre asilo.

Tras el más reciente intercambio, el canciller Martínez-Acha fue consultado sobre el salvoconducto para que el expresidente Martinelli pueda salir de la embajada y asilarse en Nicaragua, a lo que respondió que Panamá “respetará las condiciones de que impone el derecho internacional”; misma posición que asumió su predecesora, la excanciller Janaina Tewaney Mencomo, antes del final de su mandato.

La postura de la administración del presidente José Raúl Mulino, que en un inició se presentó como representante de Martinelli,se ha vuelto cada vez más crítica al gobierno nicaragüense y el asilo,

Eso a pesar de que recién ganó las lecciones en mayo pasado, Mulino visitó al expresidente y celebró con este. Ahora, al menos en apariencia, la “amistad” política parece estar “rota”.

Aanalistas políticos, como Jaime Porcell, consideran que el eslogan de campaña “Martinelli es Mulino” ha quedado atrás. Sobre todo luego de que durante la primera semana de diciembre el proyecto de reformas a la Caja de Seguro Social (CSS) que incluye un aumento a la edad de jubilación en 3 años impulsado por Mulino, fuera objetado por miembros del propio partido oficialista Realizando Metas.

“El partido le ayudó a subirse. De ese 34%, por lo menos 30% le vino de la santificación que hizo Mulino de Martinelli, sin embargo cuando se ha empezado a desplegar el gobierno, Mulino no es Martinelli”, señaló Porcell a La Decana.

Ante las desavenencias, Martinelli y miembros de la bancada RM hicieron aclaraciones para evitar cualquier especulación sobre presuntas rupturas en la relación con Mulino. A través de su cuenta de X, el exmandatario señaló este miércoles que no tiene diferencias con su “amigo” José Raúl Mulino, resaltando que “fuerzas del mal están tratando de crear problemas donde no los hay”.

Por otro lado, diversos actores relacionados al mundo diplomático coinciden en que el asilo del expresidente se ha caracterizado por algunas exenciones poco habituales. “El tema con Martinelli ha sido inédito, él ha abusado de la figura del asilo (...). Ha querido influir en el mismo Gobierno que él dice respaldar. Creo que las palabras del canciller fueron apropiadas, pero con meses de atraso”, detalló Mariela Sagel, exembajadora de Panamá en Turquía al respecto.

Mariela Sagel
Exembajadora
El tema con Martinelli ha sido inédito, él ha abusado de la figura del asilo (...). Ha querido influir en el mismo Gobierno que él dice respaldar. Creo que las palabras del canciller fueron apropiadas, pero con meses de atraso”.
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