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Panamá nocturna
- 22/10/2022 00:00
- 22/10/2022 00:00
La noche como activo para la regeneración urbana.
La ciudad de Panamá ha contado con ejemplos e iniciativas en este espacio temporal que muestra una activa vida urbana nocturna. En el ámbito comercial era posible acceder a muchos servicios las 24 horas, como supermercados, servicios médicos, farmacias, cafeterías y restaurantes no solo de áreas centrales, sino también periféricas. La infraestructura de espacios públicos (aceras, mobiliario urbano, luminarias, etc.) en la ciudad de Panamá es precaria, y la misma tanto de día como de noche. Pero existen algunos elementos diferenciadores que dan algunas ventajas a la noche, que van más allá de los espacios de diversión o de la percepción de la noche como un momento para el delito. Estas pueden ser las condiciones climáticas, una menor congestión y mayor conveniencia y disposición de tiempo libre de las personas. La llegada de la pandemia de la covid-19, las prolongadas cuarentenas y las restricciones impuestas para la reducción o cese de actividades económicas y de entretenimiento (una de las más drásticas en la región), han tenido un impacto en la vida urbana nocturna.
Con la formalización del servicio de transporte público en la ciudad de Panamá, por primera vez MetroBus ofreció un servicio las 24 horas en algunas rutas troncales, aun con la disminución de la frecuencia. El Metro de Panamá ha reanudado su horario nocturno hasta las 11:00 p.m. los días de semana. Esto para atender a trabajadores y estudiantes universitarios. Los taxis y plataformas tecnológicas (TIC: Uber, Cabify) han acaparado el mercado nocturno con su oferta de transporte privado, debido a factores como seguridad, calidad de servicio y la limitada oferta de transporte público.
En el año 2005 se promulgó una ley, modificada en los años 2011 y 2016, que regulaba la actividad nocturna hasta las 4:00 a.m., la ley zanahoria, cuando antes no existía ninguna restricción en esta materia. El sector alrededor de la calle Uruguay, en el antiguo barrio residencial de Bella Vista, cambió progresivamente de casas unifamiliares a un sector de restaurantes, que luego se transformaron en bares y clubes de diversión nocturna hacia finales de los años 90 e inicios de la década de 2000. El éxito de otras alternativas como “zona viva” o “zona de la rumba” en Amador (un área especial que funcionó como lugar de entretenimiento nocturno) y el surgimiento del Casco Antiguo como opción plantearon una competencia y consolidación por la preferencia del público.
El barrio de San Felipe, en el centro histórico tradicional, con sus restaurantes, hoteles, museos, teatros, bares y clubes nocturnos ha atraído a la población más joven, que se toma las noches del centro histórico hasta convertirse en el principal distrito nocturno de la ciudad. No ha estado exento de obstáculos: mediante un decreto de 1995 –modificado en el año 2000– algunas calles del barrio de San Felipe han sido declaradas por el Municipio de Panamá como “zona de silencio” donde se prohíben las actividades culturales, bailes y espectáculos públicos no autorizados. La accesibilidad también ha planteado retos al lugar. El proyecto de iluminación del Casco Antiguo data del año 2003 a partir de la inversión pública. Hubo una mejora en el alumbrado público a nivel general, pero también a una escala local donde los nuevos comercios conquistan zonas donde la inversión estatal aún no llega. Instalan luminarias decorativas entre los balcones y techos de los edificios que además de proveer iluminación decoran el lugar; como una manera de conquista del territorio. Sin embargo, hay zonas periféricas en sus límites como Santa Ana y El Chorrillo donde existe una percepción de inseguridad durante los horarios nocturnos.
La cinta costera es otro de los espacios públicos más populares y con mayor vida nocturna de la ciudad, siendo los horarios del atardecer y nocturno con mayor afluencia de público. También funciona como un escaparate para ver el skyline de los edificios, donde recientemente algunos incorporan iluminación decorativa en su arquitectura como presencia en la experiencia de la noche. Las reformas en temas de iluminación del parque Omar en el año 2006 hicieron posible la extensión de los horarios nocturnos hasta las 10:00 p.m. que ha incentivado el uso nocturno del parque.
Además de las tradicionales actividades nocturnas de conciertos, teatros y eventos, cabe resaltar algunas actividades culturales como “Luna Llena de Tambores”, un evento organizado por el músico Alfredo Hidrovo, donde mensualmente se invita al público a una experiencia musical a través de la percusión “al ritmo del tambor”, en algún espacio abierto de la ciudad durante una noche de luna llena. Los ciclopaseos nocturnos son un paseo ciclista gratuito para explorar, disfrutar y conocer la ciudad en bicicleta de noche, una vez por semana en distintas rutas de la ciudad. Lleva implementándose desde el año 2012 en la ciudad, organizado por el Movimiento de Ciclistas en las Calles de Panamá.
Como una ventaja competitiva, algunas de las sucursales de las principales cadenas de supermercados habían funcionado en un horario extendido las 24 horas. Aunque mucha de la oferta de servicio de restaurante se dirige a taxistas, guardias de seguridad o personal que trabaja turnos nocturnos, en la ciudad de Panamá también era relativamente fácil encontrar una gran variedad de restaurantes y cafeterías que funcionaban 24 horas o en horario extendido hasta altas horas de la noche. Esta perspectiva de la ciudad, desde la noche, fue discutida como una premonición en el año 2019, en la primera Conferencia Internacional de Ciudades Nocturnas de América Latina realizada en Bogotá. Luego del estricto confinamiento, la reapertura plantea el reto también de volver a los aspectos positivos que había alcanzado la ciudad en políticas, acciones y estructuras para dinamizar la vida nocturna de la ciudad. Tal como menciona Andreina Seijas, consultora internacional y una de las voces de la región experta en el tema, “Las ciudades nocturnas obligan a gestionar la otra mitad del día”. Esto para dar concordancia a una de las imágenes más comunes, representación actual de la ciudad de Panamá, su skyline nocturno que muestra un perfil urbano activo, moderno y vibrante.