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Mulino inicia su gobierno con medidas para contrarrestar la migración
- 01/07/2024 00:00
- 30/06/2024 18:54
Establecer el cierre formal de la frontera con Colombia con el objetivo de frenar la llegada y paso de migrantes ilegales, será una de las medidas que, este lunes, espera anunciar José Raúl Mulino, en su primer día como presidente del país.
La decisión se daría, tras la firma de un memorándum de entendimiento con Estados Unidos (EE.UU.), del que hablará Mulino después de su investidura como nuevo mandatario de Panamá.
El memorándum permitirá iniciar el cierre de la frontera con Colombia, que conlleva un proceso ordenado de repatriación de todo migrante que intente entrar a Panamá sin pasaporte, con el costo de traslado asumido por EE.UU.
Será firmado por Mulino y Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad de EE.UU., que estará en el país como parte de la delegación oficial del gobierno de EE.UU. que asistirá a la toma de posesión.
“Tengo que esperar a que se produzca la reunión y se suscriba el acuerdo. Se que esto también tiene un impacto importante dentro de los EE.UU. Todo se da con el ánimo de encontrar o suscribir un convenio con EE.UU. respetuoso y digno para que entre los dos países comencemos el proceso de repatriación de estas personas que están acumuladas en Lajas Blancas, Darién”, confesó el mandatario.
Si bien el memorándum no es público aún, Mulino confesó que durante sus primera reuniones con autoridades estadounidenses, después de que ganó las elecciones, le confesaron que ya existía un borrador que, incluso, EE.UU. había agilizado, hace un buen tiempo, pero Panamá no dio respuesta.
“Cuando comenzamos a hablar del tema, EE. UU. nos mostró el documento que estaba pendiente de discusión. Sigo sin entender porque se demoró tanto tiempo una eventual solución al problema, por lo menos, en la ruta de repatriación”, expresó.
Las declaraciones de Mulino se dieron el viernes pasado, durante una gira que hiciera en el centro de recepción de migrantes temporal, ubicado en Lajas Blanca, provincia de Darién.
Lajas Blancas es la segunda parada que hacen los migrantes luego de llegar a Bajo Chiquito. Entre mil y mil cuatrocientas personas llegan a diario al campamento. Muchos son niños y mujeres que en el camino son víctimas de violación. Otros mueren en el trayecto debido a las condiciones del lugar, de acuerdo con información del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
Según las cifras de las autoridades de migración panameñas, de enero hasta el pasado 11 de abril por el Darién pasaron 118.073 migrantes irregulares, después de que más de 500.000 personas cruzaran ya el año pasado la selva en busca de un mejor futuro en el norte del continente americano, en una cifra récord.Tras conocer la realidad migratoria del lugar, el presidente confesó que la frontera de EE.UU. no es Texas, sino aquí en Lajas Blancas, donde los migrantes llegan con el objetivo de ir a EE.UU.
Advirtió que “la frontera se corrió a Panamá, a través de nuestra selva de Darién”, por lo tanto, ha estado realizando esfuerzo en llevar el tema a las instancias norteamericanas porque “este también es su problema”.
La idea de un cierre definitivo de la selva de Darién ya comienza a causar incertidumbre entre los migrantes que llegan a Las Blancas. Por ejemplo, uno de ellos comentó que “todos estamos aquí asustados. Todos tenemos miedo porque no queremos echarnos para atrás, sino seguir adelante”.
Otro grupo habló que para ellos Lajas Blancas es un lugar de tránsito porque su objetivo es EE.UU. Denunciaron que no los dejan salir. Incluso, mencionaron que hay grupos que llevan más de un mes en la recepción. Entre los principales problemas, dijeron, está el dinero para pagar los boletos para tomar los buses que van hasta Costa Rica y que cuestan más de $60 por persona.
“Hay personas que tienen 20 días encerrados acá porque no tienen el costo del pasaje para tomar un bus. Están cobrando $60, si no los tienen no los dejan salir. Con qué plata quieren que uno les pague si todo no los roban en la selva”, contó un migrante.
Sólo las mujeres embarazadas, niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad, enfermedades crónicas o con VIH/Sida, son beneficiarias para recibir un pasaje humanitario. Son dos cupos por cada bus que sale hacia Costa Rica y se darán dependiendo de la cantidad de personas que son identificadas, informó Maribel Peña, jefa regional de la Defensoría del Pueblo en Darién, y la encargada de realizar los registros de estos grupos en Lajas Blancas.
Mientras Mulino caminaba por la recepción los migrantes gritaban “ayúdanos a avanzar” o “¡sácanos de aquí!”.
El cierre de la frontera, encierra un concepto más filosófico que físico, según el presidente. Aclaró que aunque ciertamente no se construirá una cerca de bloque, se han colocado cercas de serpentinas en distintas partes de la selva de Darién, que corresponde al lado de Panamá, con el objetivo que las personas tomen un sólo camino, a través de los corredores humanitarios ya establecidos.
Esa instrucción no va a cesar por el momento para el presidente, quien ya reveló que de esta forma buscarán tomar control dentro de la selva, que ya está siendo custodiada por más de 300 agentes del Senafront, que, incluso, volvieron a reactivar el patrullaje en el Atlántico y Pacifico.
Para el mandatario, todas las medidas que se hacen en Lajas Blancas son para ir poniendo límites y un alto para así comenzar un proceso de limpieza en la zona. “Imagínese ‘namá’ cuando esto termine lo que nos tocará a nosotros hacer aquí, en la que debamos poner la casa en un orden ambientalmente hablando”, dijo.
El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, quien se encuentra con Mulino, explicó que, las trochas por las que entran los migrantes desde Colombia, serán cerradas y el Estado panameño respetará los derechos humanos de cada persona que tenga que ser repatriada por medio del acuerdo que se firmará.
El cierre de la selva de Darién fue una de las principales promesas de campaña de Mulino. Sin embargo, esta propuesta ha generado división, ya que Colombia ha confirmado que no estaría de acuerdo, mientras que Costa Rica se encuentra “feliz con la idea”.
Mulino adelantó que para este lunes también atenderá en una reunión al presidente Gustavo Petro, de la que espera un encuentro “franco, cordial y amplio, donde se hable de todo”.
Constató que Panamá “no puede seguir pagando una crisis de países vecinos”. Sin embargo, reconoció que como país y Gobierno tiene el interés de que Colombia esté al borde de la solución de esta crisis humanitaria.
“Estoy seguro que se va a llegar a un buen entendimiento con una cooperación razonable con el gobierno de Colombia porque esto lo impone la circunstancia, no es caprichoso de ambos países”, recalcó el presidente panameño.
A la reunión estaría Luis Alberto Murillo, ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, y Fernando García, director general del Servicio Nacional de Migración de Colombia, según pudo conocer este medio.
El canciller designado de Panamá, Javier Martínez Acha, sostuvo, este domingo, un encuentro bilateral con Murillo, en el marco de la toma de posesión del presidente Mulino, para iniciar las primeras conversaciones y buscar conciliar posturas satisfactorias entre ambos países en materia migratoria.
Unas horas después de la llegada al país del secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, sostuvo una reunción ccon Mulino. En un comunicado se informó que ambos acordaron en la necesidad de cooperar, estrechamente, para abordar y resolver la crisis humanitaria en Darién.
En el encuentro, que contó con la participación de importantes delegaciones de ambos países, José Mulino reafirmó su compromiso de trabajar en equipo con los Estados Unidos para encontrar soluciones efectivas a esta situación y destacó su firme propósito de combatir el negocio alrededor de la migración irregular.
De igual forma, se abordó la necesidad de fortalecer los mecanismos de cooperación internacional en materia de seguridad y migración.