Eduardo Leblanc: Falta de cooperación de Colombia afecta el registro de migrantes en Darién

Actualizado
  • 29/09/2023 00:00
Creado
  • 29/09/2023 00:00
El defensor del Pueblo de Panamá señaló que cerrar la frontera es imposible. Lo extremo de la geografía, el costo y posibles demandas internacionales lo hacen muy difícil
Eduardo Leblanc, defensor del Pueblo

Las autoridades panameñas estiman que de mantenerse el flujo creciente de migrantes que cruzan Darién en su viaje al norte de América, la cifra podría alcanzar el medio millón de personas para este año.

Una crisis que ya desborda a las instituciones nacionales y que no está recibiendo el apoyo que corresponde de los países vecinos, lo que ha elevado las tensiones diplomáticas con Costa Rica y Colombia.

En el caso de Colombia, la falta de cooperación es manifiesta al momento de controlar el registro de entrada o recopilar datos vitales como los fallecimientos, así lo señaló el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc.

“Lastimosamente producto de la falta de cooperación de las autoridades de Colombia en cuanto a la cantidad de personas que entran a Darién, no podemos tener un registro veraz y objetivo de las que fallecen”, indicó este jueves en “Portada” de La Estrella de Panamá.

Explicó que enfrentan situaciones en las que es muy complicado ubicar los cadáveres por ser zonas que no están trazadas formalmente en mapas y los pasos son improvisados, lo que los obliga a depender de testimonios de los viajantes.

Destacó que falta mayor presencia militar colombiana en una zona plagada de organizaciones criminales que lucran con el tráfico de migrantes.

“Para algunas personas esto es negocio. Desde la óptica de nosotros es un tema humanitario, de salvaguardar ese derecho (de los migrantes) desde que salen de su hogar hasta que llegan al destino”, enfatizó .

El defensor señaló que a una persona que parte de algún país del norte de Sudamérica le podría estar costando cerca de $4.000 el viaje. En un trayecto que muchos terminan sufriendo robos, abusos sexuales o terminan asesinados.

En cuanto al perfil de los migrantes, precisó que se han dado algunos cambios recientemente. Inicialmente se encontraban personas con cierta formación profesional, pero ahora se ven más migrantes jóvenes con baja escolaridad, en su mayoría buscando un futuro mejor ante la precariedad en sus países.

Con respecto a las voces que hablan de cerrar la frontera, Leblanc considera que es casi imposible hacerlo por la condiciones extremandamente complicadas de la geografía y la porosidad de la frontera.

Apuntó que se puede vender el cierre de la frontera como una “buena idea” pero no hay manera de bloquearla. Cada trocha que se cierre, vendrá acompañada de la apertura de nuevos caminos.

Además de la inviabilidad técnica, esto podría representar un mayor costo para el Estado e incrementarse más frente a posibles demandas internacionales por violación de derechos humanos en la frontera.

“Ya hemos sido condenados, recordemos el caso Vélez Loor vs. Panamá. Si retornamos a una persona y esta muere por un retorno forzoso en Darién, nos puede costar varios millones de dólares”, advirtió Leblanc.

El defensor insistió que el tema debe atenderse de manera multilateral y el resto de los países de la región –tanto emisores, los de tránsito y receptores– tiene que asumir su responsabilidad en la crisis.

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