“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 28/01/2023 00:00
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La celebración del traslado de la ciudad obtuvo importancia cuando se encontraron en los archivos de España los documentos sobre la fecha oficial de la mudanza a Panamá La Nueva, el 21 de enero de 1673. El 29 de diciembre de 1905, siendo Belisario Porras presidente del Consejo Municipal, y Francisco Mata, vicepresidente, se dio lectura en la sesión de los documentos relativos a la fundación de Panamá La Nueva (Star & Herald, 8 de enero de 1906). Luego se nombró una comisión para el festejo del 232 aniversario que este año (2023) alcanza su celebración No. 350. Momento propicio para revisar la dinámica de la formación de las centralidades históricas y funcionales en la ciudad de Panamá.
La distinción entre Panamá La Vieja y Panamá La Nueva ha sido designada para referirse a dos momentos con un mismo significado: el centro histórico fundacional de la ciudad. Si bien se reconoce a Panamá Viejo como el origen primario, con el traslado se convirtió en una ruina, al mismo tiempo que una popular iconografía y destino turístico de la ciudad, desconectado de su entorno.
Panamá La Nueva fue reconocida y adquirió las características de centro histórico fundacional de la ciudad, con sus atributos que la convirtieron en la principal metrópoli donde estaban reunidos los poderes religiosos, comerciales y políticos.
Desde el punto de vista geográfico, la ciudad estuvo organizada en una trama espacial con puntos equidistantes que convergían en unas plazas públicas centrales. Estas habían sido nombradas con motivos religiosos o a causas de emancipación: plaza de Armas o Catedral, plaza de San Francisco, plaza de Santa Ana, plaza Herrera, etc. La accesibilidad se resolvía caminando, a caballo, en carruajes tirados por animales, y en última instancia en tranvía: una escala humana, contenida y delimitada.
Hasta el siglo XIX continuó sus funciones políticas y administrativas, así como de acogida de la élite y las clases desfavorecidas en su arrabal, que se consolidó con la independencia de la República en 1903 y la apertura del Canal de Panamá en 1915. Esta situación cambió a lo largo del siglo XX con la huida de las élites hacia las periferias, así como la superpoblación y pauperización del distrito. Durante el siglo XXI hemos visto la restauración y embellecimiento para el turismo de un sector, así como su continuo despoblamiento.
Este centro fundacional contenía, además, las principales actividades mercantiles y financieras alrededor de corredores comerciales, como la avenida Central en Santa Ana y Calidonia, las avenidas A y B, avenida Ancón y avenida de los Mártires –o 4 de Julio– en la antigua frontera con la Zona del Canal.
Durante el siglo XX se le agregó a su uso el comercio informal con agravantes características como la congestión, la pobreza, la contaminación y marginalización. La rápida urbanización llevó a la mudanza de ese centro, primero hacia el área de La Exposición y luego hacia las urbanizaciones El Cangrejo y Campo Alegre sobre el camino de Las Sabanas (vía España), que fue posible con la introducción del automóvil y el transporte público.
La función residencial había estado siempre presente en cada uno de estos nodos funcionales. Con la popularización del automóvil, la mejora en la infraestructura de calles y autopistas, la introducción del transporte urbano ferroviario y modernización de la tecnología de las comunicaciones, la ciudad se organiza actualmente en una serie de nodos relacionados con distintas redes que se integra a un sistema urbano global, caracterizado por desarrollos logísticos (puertos y aeropuertos), la privatización y concentración del capital en mall, distritos de negocios, centros comerciales y desarrollos corporativos. Estos centros se establecen en desarrollos económicos autosuficientes, acelerada urbanización, verticalización y centralidad de negocios (Santa María-Costa del Este, Punta Pacífica-Paitilla, Panamá Pacífico, Albrook) con la participación de actividades económicas y financieras tanto nacionales como extranjeras. En el último caso resalta el surgimiento de Albrook como una centralidad urbana al estar designada inicialmente en la red maestra del Metro de Panamá, como estación central de confluencia entre varias líneas (línea 1, línea 3) además de un anteproyecto de diseño urbano residencial de alta densidad y oficinas públicas (la ciudad gubernamental).
El centro histórico fundacional se ha caracterizado por una continua mutación. Su historia y metamorfosis han sido recogidas, entre los muchos autores, en las publicaciones del Dr. Eduardo Tejeira Davis: El Casco Antiguo de la ciudad de Panamá (junto a Vanessa Spadafora) y El Casco Antiguo de Panamá y las dinámicas de sus transformaciones desde la Oficina del Casco Antiguo (OCA) en los años 2001 y 2013, respectivamente. El Casco Antiguo de la ciudad de Panamá acomoda hoy actividades religiosas y culturales, entretenimiento nocturno, comercio popular, actividades administrativas-gubernamentales, y más recientemente el turismo. La complejidad de las centralidades urbanas en la ciudad va más allá de la acumulación y concentración de monumentos. Estos han nacido de la articulación de una serie de funciones, su accesibilidad, así como sus distintas peculiaridades como espacio central.