Pugna por integridad de evidencias en caso ‘pinchazos'

Actualizado
  • 17/05/2019 02:09
Creado
  • 17/05/2019 02:09
El juicio contra el expresidente Ricardo Martinelli ha vuelto a enfrentar a la defensa y a la fiscalía. El enfrentamiento se ha centrado en el estado de las pruebas digitales e impresiones en papel que guardan la información sensitiva de las víctimas

El Tribunal encabezado por el juez Roberto Tejeira sera sometido a una dura prueba a la hora de dilucidar si las evidencias presentadas por la fiscalía son íntegras y si guardan mismidad y totalidad con las diligencias de inspección ocular que se efectuaron durante el año 2014 al Consejo de Seguridad Nacional. Estas pruebas consisten, principalmente, en discos compactos y DVD en los que se almacenó la información contenida en algunas computadoras de esta entidad.

Ha existido una pugna entre la defensa y la fiscalía durante las sesiones de juicio oral, porque la defensa intenta desacreditar las pruebas, alegando que han sido vulneradas y que no fueron preservadas cumpliendo el protocolo de cadena de custodia.

Mientras, la fiscalía defiende que el perito Luis Rivera Calles —que hizo las diligencias de inspección ocular relacionadas a los temas informáticos— jamás ha dicho que las evidencias han sido vulneradas; incluso cuando se reprodujeron las grabaciones y los videos durante la audiencia, el perito Rivera Calles reconoció que se trata del material que volcó en los dispositivos digitales mencionados.

Ayer la defensa practicó en el contrainterrogatorio a Rivera Calles un ejercicio con el perito, en el que dejó constancia de varias situaciones: dijo que la fiscalía nunca le solicitó que corroborara con Google la autenticidad de los correos electrónicos que aparecen en ‘brad.pty507@gmail.com', para que la empresa proporcionara las generales de los dueños de las cuentas de correos.

Indicó que no leyó todos los correos que entraban o salían de la cuenta citada y, por lo tanto, no estaba en capacidad de garantizar la autenticidad de dicho archivo. En este punto, la defensa ha alegado que hubo selectividad en las evidencias que la fiscalía decidió llevar al juicio.

Durante el desarrollo de la sesión, salió a relucir una memoria USB marca Kingston de 16 Gb que, sostiene la defensa, guardaba información relacionada al presidente Juan Carlos Varela y al político Jimmy Papadimitriu.

Esta memoria USB se registra en la diligencia de inspección ocular efectuada en septiembre de 2014, y según el acto de apertura a juicio, contiene archivos de audio y video que se grabaron en un DVD.

El testigo Rivera Calles, quien es el jefe de informática forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, habló también de la entrega a la fiscalía de los discos compactos y los DVD. ‘Casi no me dejan ponerle ‘tape'; yo le puse el ‘tape' de embalaje, pero no alcancé a hacer la cadena de custodia (de las evidencias)', dijo.

Declaró que existe forma de alterar la fecha que se registra al grabar el material en los discos compactos y después describió el método para establecer la veracidad de los correos electrónicos.

A continuación, indicó que tampoco está en capacidad de garantizar la autenticidad de los siete cuadernillos (que refiere a la transcripción de todo el material sensitivo recopilado de las víctimas) porque al momento de la diligencia no se le presentaron las originales, sino copias.

Las declaraciones del perito Rivera Calles desconcertaron a los querellantes.

El vocero, abogado Carlos Herrera Morán, reafirma que a pesar de lo dicho por Rivera Calles, éste nunca ha manifestado que las pruebas han sido vulneradas, ni se ha dudado de la integridad de estas. ‘Se ha dicho que pueden ser vulnerados, en efecto, pero en este caso se ha acreditado que ninguna de las evidencias presentadas ha sido adulterada; por lo tanto, son intactas y pulcras', aseveró el abogado querellante.

Herrera añadió que el perito incurre en contradicciones inexplicables y que más adelante deberá aclarar estas situaciones.

‘Rivera Calles tendrá que explicar por qué en otros procesos, y durante cinco años, no dijo lo que ahora está tratando de insinuar. ¿Qué le ha pasado a este señor? Por qué ahora sale con unas declaraciones contradictorias que antes produjeron condenas. Aquí no se ha probado ni manipulación ni alteración de las pruebas', insistió Herrera Morán.

La fiscalía, por su parte, afirmó haber salido bien librada en cuanto al testimonio del perito Rivera Calles.

La fiscal Diana Callender reiteró que no hubo selectividad en las evidencias que se introdujeron al juicio.

Explicó que cuando se realiza una inspección, en este caso al correo que se halló en el Consejo de Seguridad Nacional, no se tiene que guardar toda la información, sino la relacionada al proceso, y que sea pertinente y relevante.

Defendió la libertad probatoria en el caso de la verificación de la autenticidad de los correos electrónicos, ya que no se pueden realizar conjeturas de lo que hubiera pasado si se hubiera practicado otra diligencia. ‘La manera en que se hizo es la correcta, porque no hay ningún tipo de vicio ni vulneración. Es más, cada víctima ha reconocido que se trata de su correo, y el correo fue examinado, en un acta se estableció que el perito, hoja por hoja, fue revisada; ahora él no ha sido tan consistente en decir cómo fue que se volcó la información', enfatizó Callender.

Se refirió a la estrategia de la defensa para tratar de sembrar la duda sobre las pruebas, pero recordó que las mismas deben ser razonables, es decir, que haya una buena razón para dudar. Agregó que no hay ninguna razón para dudar de la integridad de los documentos cuando el propio Rivera Calles los selló.

Consideró que cuando llegue la oportunidad de la Fiscalía para volver a preguntar al perito, se aclararán las contradicciones que salen a relucir durante la sesión.

El perito mencionó que la diligencia de inspección ocular al correo ‘brad.pty507@gmail.com' se extendió durante un día. La defensa puso en duda el hecho de que el perito no pudo haber escuchado y revisado los audios y videos que se han reproducido durante estas semanas hasta agotar todo el material que se surtió mientras se desarrollaban las audiencias a puerta cerrada. Al respecto, la fiscalía aclaró que no todos los audios y videos que se analizaron en las sesiones se hallaron en el correo. ‘En ese correo habían solo tres audios y en el acta, durante la duración, revisaba hoja por hoja. El resto de los audios se hallaron en el disco duro de Toshiba', señaló Callender .

En horas de la mañana, la defensa centró sus preguntas en aspectos técnicos acerca de las diligencias de inspección ocular que había realizado el perito Rivera Calles.

En este sentido, la defensa intentó demostrar contradicciones con respecto a la velocidad del internet contratada en el Consejo de Seguridad Nacional, para plantear si era apta o no para la operación del sistema Pegasus, utilizado para espiar a docenas de empresarios, periodistas, sindicalistas y otros.

Uno de los puntos que la defensa buscó dejar por sentado fue la diferencia en las fechas registradas en un correo, supuestamente enviado por la periodista Siria Miranda, de la televisora TVN , a ‘brad.Pry507@gmail', correo donde se halló la información producto de las intervenciones telefónicas.

Al respecto, la defensa planteó, en voz del abogado Alfredo Vallarino, que dicho correo se imprimió en el año 2014; sin embargo, mantiene fecha del 2015.

Lo que al equipo de abogados le interesaba dejar sentado era que ‘se tienen documentos alterados y por lo tanto, no existe garantía de que no se haya manipulado la evidencia', según el abogado Vallarino.

‘Se ha dicho que pueden ser vulnerados, en efecto, pero en este caso se ha acreditado que ninguna de las evidencias presentadas ha sido adulterada; por tanto, son intactas y pulcras',

CARLOS HERRERA MORÁN

ABOGADO QUERELLANTE

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