Fraudes bancarios, los más comunes en la región

Actualizado
  • 26/02/2024 00:00
Creado
  • 25/02/2024 19:23
Plácido Mercedes, presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigaciones de Fraudes y Crímenes Financieros, conversa con La Estrella de Panamá sobre este delito que incluye el robo de cuenta bancaria

Uno de los delitos de fraude más común es el robo de cuentas bancarias. Los expertos repiten que no existe fraude ni robo en el que no haya una confabulación de las partes. “Nadie actúa sólo. Los grandes fraudes que han habido en empresas y bancos se ha detectado una confabulación de dentro y fuera”, asegura Plácido Mercedes, presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigaciones de Fraudes y Crímenes Financieros (ALIFC).

El reto consiste en mejorar los programas informáticos para complicar el ingreso de los hackers, además de evaluar la estructura del sistema, los niveles de acceso a la información dentro de la entidad y revisar al personal, porque en los grandes casos de fraudes bancarios siempre hay complicidad, reitera el entrevistado.

Mercedes, quien visitó Panamá recientemente, mostró preocupación por el incremento de fraudes en el sector corporativo. En el empresarial son frecuentes cuando los controles internos no hacen conciliaciones bancarias a tiempo y falsean los estados financieros. Esta suele ser una de las debilidades de las empresas, que la información financiera llega tarde. “Hay principios que dicen que el dinero recaudado se debe depositar en menos de 24 horas. Si ese dinero se queda en caja dos o tres días, puede ser sujeto de jineteo o de maniobras anómalas con relación al efectivo”, advierte. Otro delito común en las compañías sucede con el manejo de significativos inventarios. “No hay un monitoreo permanente, así como en el área de compras y ventas. Los sistemas son fáciles de evadir y los niveles de acceso al sistema no deben ser los mismos para todos”, recalca.

En ocasiones han detectado componendas entre los gerentes y el personal. Esto ocurre generalmente cuando se imponen metas de ventas o cuotas anuales. En ese sentido alteran los estados financieros haciendo ver que se superaron el objetivo, pero cuando el siguiente año aparecen devoluciones de inventarios. “Ese excedente que supuestamente se vendió, y se cerró el estado financiero, sirvió para obtener préstamos de un banco. La entidad financiera no sabe que no existía ese inventario, presta la plata y luego no se puede pagar. Es tan grande como no tienes una idea”, dice.

Según la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE) al año en Latinoamérica se pierden $193.000. El caso típico tarda 12 meses en detectarse y causa pérdidas de alrededor de $117 mil, de acuerdo a ACFE. Un estudio del 2022 efectuado en 133 países por la mencionada asociación encontró que los sectores más impactados por el fraude fueron el inmobiliario con $435 mil, el comercio al por mayor con $400 mil, la construcción con $203 mil, y en el de transporte que registra $250 mil.

El 39% de los casos de fraude involucra pérdidas mayores a 50 mil dólares y el 20% involucra pérdidas sin determinar, y en particular el fraude corporativo en Latinoamérica genera aproximadamente $1.5 millones de dólares de pérdidas por año, según el Informe de fraude corporativo en Latam BDO GLOBAL.

Las estafas por lo general no son planeadas por una sola persona, entran varios, tanto en el campo corporativo como bancario. Empiezan por poco, pero terminan en millones. El tiempo que tarda en detectarse depende en gran medida de la estructura y los controles internos que impone el banco, por ejemplo. “Nosotros hemos analizado un concepto que denominamos vigilancia y control, con eso pudiéramos mitigarlo, es un muro de contención”, sugiere Mercedes.

Los expertos llaman la atención que el fraude de mayor crecimiento ahora es el ocupacional. Esto consiste, por ejemplo, en que el colaborador contratado para una jornada no trabaja las horas completas, o lo pasa viendo videos en Internet, jugando, sin trabajar. “Es un engaño, por lo tanto es un fraude. Muchos pensamos que eso no es fraude, pero de las ocho horas contratadas solo trabajan la mitad, el resto se la pasan en el teléfono”, señala el especialista. En algunos países incluso consideran regular el tiempo que el trabajador pasa en WhatsApp, en vez de trabajar.

Además de lo anterior, uno de los esquemas de fraude que domina en la región es la corrupción, el financiamiento al terrorismo y el blanqueo de capitales. Temas en los que los fiscales enfrentan grandes desafíos a la hora de presentar sus investigaciones ante un juez. El principal escollo en estos casos es la metodología empleada en las investigaciones y la forma en cómo se redactan los informes. Muchas veces no llenan el protocolo, los jueces no ven sustento y tumban los casos. “El crimen se estaciona en los casinos, en los vendedores de autos, las inmobiliarias, por ahí entra el lavado de activos”, explica Mercedes. A pesar de que la ley exige la información de sujetos no obligados, muchas veces se esquiva.

Finalmente el dominicano sugiere regular el tema de las criptomonedas. Crear una Superintendencia con un órgano de control que supervise a nivel internacional, propone. “Tienen que ser los grandes países los que lideren eso. El negocio de las criptomonedas no lo va a parar nadie, como es así, permea y se amplía. Hay que buscar la forma de regularlo y controlarlo a través de una entidad”, expresa. Aunque por ahora no hay una iniciativa en firme, los gobiernos están compelidos a tratar de frenar ese tema.

Mercedes, de nacionalidad dominicana, visitó Panamá para promover el seminario “Coordinando acciones inteligentes en la investigación de los delitos financieros en los que abordarán diferentes temas como: mecanismos de control y fiscalización en contratación pública; perspectivas en la lucha contra los delitos financieros, la banca del futuro y otros”, que se celebrará a mediados de abril en República Dominicana.

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