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- 07/12/2024 00:00
- 06/12/2024 18:27
Colón es la urbe más abandonada de la República de Panamá. De entre todas las ciudades panameñas -fuera del área metropolitana de Panamá-, es la que registra los peores indicadores en cuanto a niveles de pobreza, calidad de la vivienda y estado de la infraestructura. El olvido de Colón, no obstante, no es solo físico. A diferencia del Casco Antiguo de ciudad de Panamá, la historia de este centro urbano y su preservación también han merecido poco interés por parte de los historiadores y urbanistas panameños.
El fallecido arquitecto e historiador Eduardo Tejeira-Davis, señalaba en un artículo publicado en 2012 en la revista Tareas que, “en comparación con el gran número de publicaciones sobre Panamá Viejo y el Casco Antiguo, la literatura sobre Colón es más bien escasa y de carácter anecdótico”.
Para Tejeira-Davis, el rechazo a Colón “empezó por su fundación por iniciativa de la Compañía del Ferrocarril de Panamá —una empresa estadounidense con sede en Nueva York—, y no por el Estado neogranadino, hecho que ha sido visto como una gran mácula. Para colmo, en 1852, Victoriano de Diego Paredes, un exsecretario de Relaciones Exteriores de la Nueva Granada, la bautizó con el nombre Aspinwall para quedar bien con William Aspinwall, el principal accionista de la empresa. Por muchos años, solo la población de habla española se refería a Colón, ya que la mayoría de los extranjeros prefería Aspinwall”.
En otro artículo de Tejeira-Davis, publicado en la revista Canto Rodado en 2011, señala que Colón, con un trazado posiblemente diseñado por George M. Totten, se caracterizó por la segregación espacial, con la élite al noroeste y los trabajadores cerca del puerto. Su diseño, pionero en América por la integración de puerto y ferrocarril, presenta una cuadrícula con calles anchas, avenida central y callejones, similar a los railroad towns estadounidenses. El desarrollo urbano fue irregular debido al sistema de arrendamiento de terrenos por parte de la Compañía del Ferrocarril, que no podía venderlos. Las tierras pasaron a Estados Unidos en 1903, revirtieron a Panamá en 1943, pero su venta no se autorizó hasta 1965.
En 1908, la ciudad de Colón fue objeto de significativas mejoras urbanas promovidas por la Compañía del Ferrocarril de Panamá y la Comisión del Canal de Panamá, de acuerdo con lo publicado en el Canal Record de aquel año. Estas intervenciones incluyeron la remoción de viviendas obsoletas, la limpieza y rehabilitación de espacios clave como el hotel Washington y el hospital de Colón, así como la creación de nuevas calles y áreas residenciales elevadas con material proveniente de las excavaciones del Canal. Además, se construyeron nuevos alojamientos para empleados ferroviarios y se modernizaron infraestructuras como la escuela y las instalaciones del hospital, mejorando tanto las condiciones de vivienda como los servicios básicos en la ciudad.
El desarrollo de un sistema eficiente de drenaje superficial fue otra iniciativa central de este período, dada la baja elevación de la isla Manzanillo y los desafíos asociados con las mareas y el terreno fangoso. En respuesta, se diseñaron canales como el de la calle D, que conectaba el núcleo urbano con la bahía de Manzanillo, permitiendo un flujo controlado de agua y mejorando la sanidad urbana. Estas intervenciones se complementaron con un segundo canal para prevenir el retroceso de aguas residuales y preparar terrenos para futuros desarrollos urbanos.
Durante la década de 1940 hubo dos eventos que marcaron la historia de Colón: el gran incendio de inicios de esta década y la creación de la Zona Libre de Colón en 1948. Para 1950, el censo de población y vivienda muestra el deterioro en que se encontraba la vivienda en el centro urbano de la ciudad de Colón.
Según este censo, el actual Casco Antiguo de Colón tenía una población de 52.204 habitantes y 15.596 viviendas, distribuidas entre tres barrios, Barrio Norte, Barrio Sur y Nuevo Cristóbal. Del stock de viviendas existentes en aquella fecha, el 71.5 % correspondía a ‘cuartos en casa de vecindad’ y 42 % con paredes de madera. Barrio Norte era el que mantenía la peor condición de la vivienda con el 79 % siendo ‘cuartos en casa de vecindad’ y 56.6 % con paredes de madera. Estos son los números base sobre los cuales analizaremos la evolución de la población y la condición de la vivienda en Colón los últimos 73 años.
A partir de la década de 1950, la población del Casco Antiguo de Colón mantuvo un ritmo de crecimiento positivo hasta la década de 1970, cuando llegó a su cúspide poblacional con 67.695 habitantes. Desde esta fecha, los siguientes censos han mostrado una tendencia de crecimiento negativa, lo que ha llevado a que el centro urbano de Colón haya perdido 48.912 habitantes en los últimos 50 años. El último censo es el que registró la mayor caída poblacional con una reducción de 15.872 habitantes.
En lo que se refiere a las características de la vivienda, para el censo de 1980 predominaban ‘los cuartos en casa de vecindad’, que representaban el 53.6 % del stock de vivienda existente. Esta tipología de vivienda se redujo al 39 % en la década de 2000, y en el más reciente censo de 2023 indica que en la actualidad llegó al 11.5 %.
En el Colón de 1980, 69 % de la vivienda era alquilada, lo que contrasta con la actualidad en donde el 11 % de la vivienda corresponde a este tipo de tenencia. Durante el mismo período, la vivienda condenada fue aumentando, pasando de 20.6 % en 1980 a 39 % en 2000 y llegando al 49 % en 2010. Para el censo de 2023 no se registró este dato sobre la existencia de viviendas condenadas.
Lo que ha ocurrido en términos generales es que el stock de vivienda existente en el Casco Antiguo de Colón también se ha ido reduciendo desde la década de 1970, cuando pasó de 16.504 viviendas a 8.709 viviendas en la actualidad. El salto más significativo se dio entre los dos últimos censos cuando el stock de viviendas era de 11.292 en 2010 y se redujo en 2.583 unidades en 2023.
La situación de Colón es una llamada de atención sobre las consecuencias de un modelo de enclave económico que prioriza la acumulación de riqueza en detrimento del desarrollo social. Es inaceptable que, durante casi 80 años, el crecimiento de la Zona Libre de Colón, con sus 1.765 empresas y 33.3 billones en reexportaciones (2023), haya ido de la mano del deterioro de la ciudad, que hoy sufre altos índices de pobreza y delincuencia. Un ejemplo que visualiza con claridad lo que significa la desigualdad.