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- 30/01/2024 00:00
- 29/01/2024 20:33
Para proseguir con el Plan inicial de Preservación y Gestión Segura (PGS) de la mina la empresa Cobre Panamá comenzará en los próximos días actividades para la estabilidad ambiental e integridad de activos en la zona.
Una de las principales propuestas del PGS es el traslado de las más de 120,000 toneladas de concentrado de cobre, que en la actualidad están almacenadas cerca del puerto internacional de Punta Rincón.
De acuerdo con la empresa, esa decisión se debe tomar para evitar posibles problemas de salud, seguridad y ambiente asociados al calentamiento del material causado por reacciones químicas, así como la generación de gases potencialmente dañinos.
Por ello, la minera ha expuesto estos riesgos al Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) y los ha invitado a presenciar el proceso.
Instó al MICI a facilitar el desarrollo de esta importante medida preventiva y ante la falta de una opción de financiamiento alternativa para las actividades esenciales de preservación.
Cobre Panamá tiene la intención de vender el concentrado de cobre como la mejor alternativa para generar recursos económicos suficientes y sufragar una parte de los costos del PGS, estimado entre 15 y 20 millones de dólares al mes.
La minera, por otro lado, confirmó que ninguna actividad del PGS está relacionada con exploración, explotación o procesamiento de minerales.
“Durante la fase de PGS es necesario, por la seguridad medio ambiental del sitio, eliminar cualquier explosivo remanente y el procedimiento adecuado es con voladuras o procesos controlados de detonación, según regulaciones nacionales e internacionales”, detalló Cobre Panamá.
Al tener ese escenario, se utilizarán materiales que se consumen completamente durante las explosiones sin dejar residuos y “después de la explosión se realiza un análisis para asegurar que el explosivo haya sido destruido por completo”, enfatizó.
Para la minera, la detonación es necesaria para evitar la liberación descontrolada de sustancias peligrosas y mitigar el posible impacto ambiental, ya que “los explosivos restantes pueden contaminar el suelo”.
Un punto que resaltó la empresa es que la presencia de explosivos “no utilizados” aumenta el riesgo de detonación accidental, lo que podría tener consecuencias graves para la seguridad en el sector.