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La presa norte de manejo de relaves, que contiene las aguas contaminadas con desechos mineros en el proyecto Cobre Panamá, está en riesgo de fallas internas por erosión. Así lo revela un informe de la Red Mundial de Derecho Ambiental (ELAW por sus siglas en inglés) publicado el 9 de diciembre de este año y difundido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La represa está hecha de material arenoso, lo cual la hace vulnerable a la erosión al ser expuesta a lluvias constantes, como es el caso en el área de Donoso donde se encuentra el proyecto minero a cargo de First Quantum.
De colapsar, las aguas contaminadas llegarían al mar, al suelo y consecuentemente a las aguas subterráneas contaminando los ríos y causando un impacto difícil de calcular pero previsiblemente nefasto para las comunidades aledañas.
En 2019, el colapso de una represa de desechos mineros en Brumadinho, Brasil, acabó con la vida de 270 personas y afectó a más de 23 mil. No es una ocurrencia rara, entre 1915 y 2021 se han documentado 432 accidentes en instalaciones de manejo de relaves en el mundo, más de las mitad de ellos en América Latina.
“Un informe técnico de New Fields, consultora contratada por Minera Panamá, de mayo de 2024, señala que actualmente existe una acumulación peligrosa de líquidos a solo 195 metros del muro norte de la presa de relave, cuando la distancia mínima recomendada es de 400 metros. Este fenómeno de erosión interna podría causar el colapso de la mina”, advirtió UICN.
Uno de los mecanismos claves para monitorear el estado de la presa es el uso de inclinómetros. De acuerdo al informe, de los cinco instalados, solo dos están funcionando y gran parte del monitoreo se hace de forma visual.
“En la opinión de ELAW, este riesgo de fallo de la presa, combinado con la falta de monitoreo debido a los inclinómetros no operativos, es una preocupación muy seria e inmediata”, apuntó el informe del equipo científico de ELAW. “Esta es otra razón por la cual no debe haber más demoras en el cierre de la mina Cobre Panamá”, añadió.
Hay dos caminos que se pueden tomar para atender la situación. Uno de ellos sería reforzar la represa, el otro sería mover los líquidos y relaves hacia otro punto. Esta última opción sería, a juicio de los expertos, la más segura y compatible con el cierre definitivo de la mina, en lugar de un plan de reapertura.
“Entendemos claramente y todos los panameños saben que en esa región llueve más de 4.000 milímetros de lluvia. Y sin embargo, los gobiernos no han movido un dedo para garantizar que la población conozca el riesgo al que se está enfrentando, ni que las comunidades tengan una alternativa en el caso de que la situación se dé. Tampoco han hecho las acciones que corresponden para prevenir el daño”, lamentó Isaías Ramos, del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM).
Advierte que aún cerrada, la mina representa un riesgo para el país y que la inacción del gobierno puede costar vidas.
Minera Panamá entregó en enero de este año su plan de gestión segura, pero casi un año después, este no ha sido aprobado por el gobierno.