Infancia y ‘sharenting’

Las redes sociales están minadas de padres y madres que comparten la vida de sus hijos sin ellos ni imaginarse, sin una reflexión previa sobre las consecuencias de ese acto. Momentos muy familiares viajan como pólvora. A esta acción - en el mundo digital - se le conoce como ‘sharenting’ share (compartir) y parenting (paternidad). Por otro lado, los mismos niños y jóvenes - aunque por edad no se les permite - se exponen en internet, a veces con el beneplácito de sus cuidadores. En Instagram, según sus reglas de uso, la edad mínima para abrir una cuenta es de 14 años; 13 en el caso de TikTok. Esa es la teoría, pero basta con mirar las redes y hay niños de seis años manejando perfiles activos y simulando vidas adultas. Hay que entender que la exposición pública de aspectos privados de la vida de un menor puede tener gravísimas consecuencias en su vida. La infancia y la juventud podría quedar expuesta a chantajes o acoso por parte de pervertidos que aprovechan su debilidad y su falta de herramientas para gestionar una agresión. Desgraciadamente, la tecnología sirve también aunque no lo imaginemos, a generar material para la pornografía infantil. Muchos desalmados utilizan las fotografías para editarlas y difundirlas. Hay que entender que tal vez por la inocencia y por subestimar los daños, ponemos en juego los derechos de nuestros hijos. Hace falta educación (de padres a hijos). Urge saber utilizar las redes, con cautela y prudencia. Es imperativo poner los límites.