Foco a la obesidad

Existe una realidad que está golpeando el planeta y que quizá no nos hemos dado cuenta. Un estudio publicado en “The Lancet” revela que más de 1.000 millones de personas tenían obesidad en 2022. Las cifras indican que, desde 1990, la obesidad se ha duplicado con creces entre los adultos y se ha multiplicado por cuatro entre los niños y adolescentes. Tenemos que tener en cuenta que el sobrepeso es un factor de riesgo para decenas de enfermedades y empuja a que otras aparezcan. Es necesario reconocer que la obesidad tiene un origen complejo y multicausal, y aunque toca a todas las capas de la población, tiene mayor incidencia precisamente en las más desfavorecidas. La pobreza y la desigualdad hacen que la alimentación sea insuficiente, pieza clave en este contexto, y lo que más preocupa es que afecta a la infancia. Los niños pasan una parte importante de sus días en la escuela, y más allá de ser su centro de estudio, también van a jugar, socializar y comer; por ello los entes rectores deben velar por una balanceada alimentación. También la responsabilidad recae en los padres o cuidadores que pecan premiando a los niños con dulces y pastillas, afianzando el alto consumo de azúcar en edades muy tempranas. Impulsar el deporte también es obligatorio. Centrar los esfuerzos de prevención es importante, pero no suficiente. Es preciso poner el foco en las industrias alimentarias y en las estrategias gubernamentales. Perpetuar la obesidad es deterioro y muerte.