La hora de Kamala Harris

Después de que el presidente estadounidense Joe Biden optara finalmente por retirarse de la carrera presidencial, muchas son las incógnitas en torno al éxito electoral que supondría una nómina encabezada por la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien se perfila como la sucesora de Biden. Una de ellas está relacionada a quién escogerá como su número dos y si esa eventual candidatura -que deberá ser sellada por la Convención Nacional Demócrata de agosto- será lo suficientemente exitosa para remontar las posibilidades electorales del partido.

De acuerdo a una persona de su entorno consultada por la agencia AFP, Harris pasó más de 10 horas llamando por teléfono a más de 100 líderes demócratas, congresistas, gobernadores y otras personalidades para invitarles a respaldar su candidatura. Un llamado que surtió efecto ya que logró el apoyo y respaldo total del expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, y de al menos siete gobernadores: Gavin Newsom (California), Gretchen Whitmer (Michigan), J.B. Pritzker (Illinois), Tim Walz (Minnesota), Tony Evers (Wisconsin), Wes Moore (Maryland) y Andy Beshear (Kentucky). Este último es considerado como uno de los favoritos para ser acompañante vicepresidencial de Harris.

Sin embargo, al momento de redactar esta nota, todavía habían otras voces importantes del Partido Demócrata que todavía no se han pronunciado a favor de Harris como el expresidente Barack Obama. “Navegaremos en terreno desconocido durante los próximos días”, se limitó a decir Obama en un comunicado difundido el pasado domingo. En cambio, la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi avaló la candidatura de Harris en la tarde de ayer.

Ante una inmensa expectación en la que fue su primera comparecencia pública tras la bendición de Biden a su candidatura por la presidencia, Harris resaltó ayer que el legado del actual presidente no se compara al que realizó algún otro presidente en la historia moderna de los Estados Unidos. “Su honestidad, su integridad, su compromiso hacia su fe y su familia, su gran corazón y su amor, su profundo amor, por nuestro país. Esas son las cualidades de nuestro presidente”, aseguró.

Desde que Biden asumió en enero de 2021, Harris adoptó una posición de aliada del mandatario en diversos asuntos como la economía o la migración. Además, como presidenta del Senado –una atribución que le otorga la ley estadounidense- fungió como una figura clave para desempatar aquellas medidas que no se habrían podido aprobar si hubiera prevalecido el bloqueo legislativo de los republicanos en esa cámara.

Algunas de esas medidas fueron la aprobación de leyes como la de la Reducción de la Inflación así como la confirmación oficial de la primera mujer afrodescendiente en ocupar una posición en la Corte Suprema de Justicia Ketanji Brown Jackson. Sus esfuerzos también se centraron en lograr una representación histórica de mujeres y personas de color en lo que se refiere a la postulación de los cargos del Gobierno federal, de acuerdo a un perfil oficial disponible en el sitio web de la Casa Blanca.

Su figura de vicepresidenta también la llevó a representar a Biden en los grandes foros internacionales como la reciente Conferencia de Paz sobre Ucrania que se llevó a cabo entre el 15 y el 16 de junio en Berna, Suiza y la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania en la que le tocó condenar la ‘brutalidad’ de Vladimir Putin tras enterarse del fallecimiento del opositor ruso Alexéi Navalny. Reafirmando así el compromiso de los Estados Unidos con la paz y la seguridad internacionales.

Además de ello, reivindicó sus postulados progresistas como defensora de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia estadounidense de revocar el carácter constitucional del derecho al aborto.

Nacida en Oakland, California, Kamala Devi Harris es la hija del economista y profesor de la Universidad de Stanford Donald Harris y la científica de origen hindú Shyamala Gopalan. Ella se hace conocida ante la palestra pública como Fiscal General del distrito de San Francisco, California (2004-2011) y se hizo conocida por su línea liberal y progresista. Entre sus políticas más destacadas, fue la creación de un plan de reinserción social para los delincuentes no violentos sin antecedentes criminales.

Seguidamente, se convierte gracias al voto popular en la Fiscal General del estado de California. Durante su gestión, que duró hasta el 2017, realizó grandes investigaciones contra las redes del crimen transnacional involucradas en diversos delitos como el contrabando y el tráfico de drogas.

En el 2017, decide dar el gran salto al Senado y gana un asiento por California. Más tarde, se haría conocida por fiscalizar –en una oda a esos tiempos de fiscal- a los comparecientes en las distintas comisiones del Senado relacionadas a los nombramientos del gobierno federal estadounidense como los directores de la Agencia Central de Inteligencia y la fiscalía general.

Biden decide después escogerla como su compañera de fórmula a la presidencia, convirtiéndola así en la primera mujer de descendencia afrodescendiente y surasiática en optar por uno de los cargos de más alto rango en la historia de los Estados Unidos. De que ella haga historia nuevamente el próximo 5 de noviembre, dependerá del voto de los estadounidenses.