Suicidio, un problema de salud nacional

Actualizado
  • 13/01/2025 00:10
Creado
  • 12/01/2025 18:30
El aumento en la tasa de suicidios, especialmente en el interior del país, alerta a las autoridades. Romper los estigmas y buscar ayuda puede salvar vidas.

Más de 280 millones de personas en el mundo sufren de depresión, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Alrededor de 700 mil se suicidan cada año, convirtiendo al suicidio en la cuarta causa de muerte para personas entre 15 y 29 años.

La semana pasada, el ministro de Seguridad, Frank Ábrego, compartió cifras alarmantes en Panamá. “Hay otra gran problemática que no visualizamos que es la inmensa cantidad de suicidios que se están dando en el país. Aproximadamente hablamos de un promedio de tres a cinco suicidios por semana. Eso es un determinante de que algo está pasando en nuestra sociedad y que como estado debemos prestar atención”, manifestó Ábrego.

Problema de salud público

Las cifras oficiales de la Contraloría General de la República no han sido actualizadas en dos años. En 2022, el número fue de 113 suicidios, de los cuáles 96 fueron hombres y 17 mujeres.

“Debemos tener en cuenta que esto podría ser un subregistro porque no es tan fácil llevar estas cifras de manera certera”, apuntó la doctora en Psicología, Vali Maduro. “Seguimos teniendo prejuicios sobre este tema y algunas veces no se reportan como suicidios y se reportan como accidentes. Las estadísticas son importantes porque nos ayudan a conocer y entender el problema que tenemos que enfrentar, pero son a la vez números y lo que de verdad necesitamos hacer son más y mejores acciones para prevenir estas muertes”, concluyó.

Al preguntarle al ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, sobre las cifras compartidas por el ministro de Seguridad, coincidió en que se ha reportado un aumento en los casos. “Para nosotros es un tema muy, muy importante porque efectivamente en lugares específicos, inclusive en las provincias centrales, se ha aumentado mucho la tasa de suicidio, sobre todo en jóvenes”, afirmó. “Yo no sé si es una consecuencia posterior a la pandemia, el encerramiento, yo no sé. Pero esto es un hecho y estamos atacándolo”, enfatizó.

El Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos señala que el suicidio es la segunda principal causa de muerte para adolescentes y jóvenes adultos entre 10 y 34 años, añadiendo que el 22% de los estudiantes de secundaria reportaron haber considerados seriamente el suicidio. El porcentaje es particularmente alto para mujeres (30%), grupos indígenas (27%) y jóvenes LGBT (45%).

“En el Instituto de Salud Mental (Insam) ingresan pacientes por ideación suicida ya sea por depresión, trastornos de personalidad, por factores psicosociales e incluso por adicciones”, relató la doctora Alexandra Araujo, del Insam. “Al atender y hospitalizar estos pacientes con ideación suicida prevenimos los intentos, ya que el paciente que realiza un intento debe ser atendido integralmente de manera inicial en un hospital general. Podemos decir que de un 100% de la población atendida en nuestro cuarto de urgencias, un 40% corresponde a ideación suicida, esto se debe a que el paciente ya ha atendido su sintomatología depresiva ambulatoriamente”, explicó. Hay dos tipos de ideación suicida, la pasiva en que la persona tiene deseos de morir, pero no tiene planes de hacerlo. Y la activa en que la persona tiene la intención de hacerlo y hace planes. Este caso es considerado una urgencia psiquiátrica por la cuál se debe llevar a la persona a un cuarto de urgencias. “La persona que expresa deseos de morir o acabar con su vida no debe ser minimizada o invalidada, es un grito de auxilio que debe ser escuchado y mandatoriamente atendido”, apuntó Araujo.

Aunque no hay cifras detalladas y actualizadas para Panamá, la ministra de Educación, Lucy Molinar ha manifestado que es una preocupación y el Ministerio de Educación (Meduca) realiza talleres de prevención y coordina con los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas para ayudar a los jóvenes.

Ley de Salud Mental

El próximo mes se cumplen dos años de la aprobación de la Ley 364 sobre salud mental en Panamá. Entre otras cosas, esta legislación señala que el Estado panameño brindará servicios de atención de salud mental públicos y gratuitos a toda persona que requiera tratamientos para su salud mental; los centros de salud privados que brinden atención a personas con padecimientos mentales no podrán negarse a prestar asistencia psicológica y médica a las personas que presenten una crisis de salud mental; y las compañías de seguro no podrán discriminar a personas con padecimientos de salud mental en la contratación de una póliza de seguro de vida o salud.

Sin embargo, el jefe de Salud Mental del Minsa denuncia que en la práctica no se está cumpliendo. “Los seguros privados no están cubriendo servicios de salud mental y están faltando a la ley de salud mental que estableció que los seguros privados tendrían la obligación de dar cobertura a las condiciones de salud mental. Ahora, sabemos que esto no necesariamente va a cambiar la realidad de un día para otro, pero es importante que la población sepa que hay una ley que indica que los seguros privados tienen que atender las condiciones de salud mental dentro de todas las coberturas que ofrecen”, apuntó Gotti.

Los expertos consultados también coinciden que otra gran falencia en Panamá es el desabastecimiento de medicamentos en la Caja de Seguro Social (CSS), lo que dificulta el tratamiento de muchas personas con problemas de salud mental.

Cómo ayudar

No siempre es fácil darse cuenta cuando una persona sufre de depresión o tiene ideas suicidas, pero hay señales a las que estar alertas.

“La mayor parte de las personas que mueren por suicidio tuvieron la oportunidad de manifestarlo antes de hacerlo a algunas personas conocidas o algún personal de salud”, explicó Ricardo Gotti, jefe de la sección de Salud Mental del Minsa. “Una de las cosas fundamentales es nunca tomar ni a broma ni a manipulación cuando una persona dice que quiere hacerse un daño o que quiere dejar de existir. Hay que aprender a leer entre líneas porque no siempre la verbalización es me voy a matar. La verbalización puede ser nunca me olviden, acuérdense de mí, cuando yo no esté hagan tal cosa, o empezar a repartir cosas que siempre se han atesorado con mucho cariño, con mucho valor. Estas pueden ser señales de que algo no anda bien y que la persona está considerando el suicidio como una forma de resolver algo que está viviendo”, añadió.

La mejor forma de ayudar no es con frases de cajón como “la vida es bella”, sino escuchando y teniendo empatía. “La vida es bella para el que tiene salud mental y la puede disfrutar y reconocer esto”, señaló Gotti. “Pero cuando la persona está atravesando un momento complicado es como si tuviera una visión de túnel oscura, o sea que no ves soluciones sino que todo está reducido a un espacio y además con mucha con mucha nubosidad y oscuridad alrededor que no deja ver soluciones fáciles. Hay que escuchar a la persona sin criticarla, sin regañarla, dejarla que hable”.

Este lunes 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión. Este trastorno mental es común, alrededor de 5% de los adultos en el mundo lo padecen, según la OMS. Y es 50% más frecuente entre mujeres que en hombres. Más del 10% de las embarazadas y mujeres que acaban de dar a luz sufren depresión.

“Lo típico es que la persona se acuesta a dormir y se despierta, digamos, de madrugada pensando muchas cosas”, explicó la presidenta de la Asociación Panameña de Psiquiatría, Patricia Arroyo. “En general también hay pérdida de apetito, de peso asociado y obviamente la persona se siente miserable, que no sirve, que su vida no sirve, tiene muchas ideas de culpa o de minusvalía y si la depresión no se trata a tiempo, no se detecta, pueden aparecer entonces ideas en relación al suicidio. Esta es una enfermedad y la diferencia con la tristeza es que la tristeza es pasajera”, detalló.

Dónde encontrar ayuda

Hay muchos recursos para buscar ayuda en Panamá. La línea 147 del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) es una línea gratuita en la que expertos brindan atención psicológica en caso de ansiedad, estrés, sentimientos de abandono o incluso problemas de violencia doméstica y asistencia legal.

También hay organizaciones como la Cruz Blanca (6020-9825), Fundación SOS Vida (6534-9976), Fundación Serenamente (@fundacionserenamente en Instagram), Clínica Tú Vales para atención a niños por casos de acoso y ciberacoso (800-6410), Convive Panamá que ofrece grupos de apoyo para personas LGBT (512-9834), Fundación Piero Rafael Martínez para ayudar a personas en duelo por muerte u otras pérdidas (6613-3667), Fundación Roni Jaén para personas con obesidad o desórdenes alimenticios (6628-5748), entre otras.

Vali Maduro
Doctora en Psicología
Cuando abrimos un espacio para hablar sobre las ideas suicidas y los riesgos, ayudamos a las personas a desahogarse, organizar sus emociones y pensar de manera más saludable sobre su situación en el momento. La mayoría de las personas en riesgo de suicidio no quieren morir, quieren dejar de sufrir y no saben cómo hacerlo”.
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