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- 12/08/2024 00:00
- 11/08/2024 18:56
Cada vez que escuchamos la noticia sobre la trágica muerte de un famoso, por suicidio, solemos reaccionar con estupor ante lo sucedido. Sin embargo, el impacto de este tipo de noticias y, sobre todo, la cobertura mediática que se le da a este tipo de sucesos pueden incidir negativamente en las personas que tienen pensamientos suicidas y que, incluso, han llevado ya varios intentos de culminar con su vida.
Con el propósito de explorar más a fondo este panorama, un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia liderados por Jeffrey Shaman utilizó modelos matemáticos para entender el contagio de los pensamientos y comportamientos suicidas, en un estudio que fue difundido por la revista Science Advances.
A través de este mismo modelo, cuantificaron el efecto contagio que se asocia a las muertes por suicidio de personajes famosos en los Estados Unidos. Dicho estudio se centra en dos eventos prominentes: el del actor y comediante Robin Williams en el 2014 y el de la diseñadora Kate Spade y el chef Anthony Bourdain. Ambos fallecimientos ocurrieron con tres días de diferencia en el 2018.
El estudio –que utilizó cifras de llamadas a una línea telefónica de prevención del suicidio y las estadísticas de muertes- demostró que ambos eventos produjeron un incremento significativo en los comportamientos suicidas. Siendo una tendencia mayor en el caso de Williams, por ser una persona grandemente conocida por su trayectoria en el cine y la televisión.
Según reseña el diario español El País, en el caso de Williams se estimó que las probabilidades de que una persona que nunca había tenido ideas suicidas podría comenzar a tenerlas en los días después de conocerse el suceso, se han multiplicado en mil, mientras que el riesgo de que una persona que ya tenía ideación suicida pusiera en práctica este tipo de acciones, las ha triplicado.
En cambio, las muertes de Spade y Bourdain solamente tuvieron la mitad del efecto producido por la muerte de Williams.
La psicóloga clínica, Vali Maduro de Gateño aseguró a La Estrella de Panamá que cuando muere una persona famosa o figura pública por suicidio, los expertos ven que las personas que están en riesgo muchas veces se hacen las interrogantes: ‘si él o ella que tenía todo, fama, dinero, murió por suicidio. ¿Por qué yo no?’.
“La respuesta es que tener dinero y fama no hace que no tengamos problemas o enfermedades mentales y si no son tratadas pueden llevar a las personas a riesgos”, aseguró.
La también miembro de la Fundación Relaciones Sanas explicó por otro lado que además está el hecho de que existe un ‘permiso tácito’ en el que se da a entender que ‘si él o ella lo hizo, está bien que yo lo haga’.
“Otro efecto que se ha visto es el de la identificación. La persona es riesgo suicida puede ver características similares con la persona pública y si piensan que esa persona famosa no pudo con sus problemas pueden creer que ellos tampoco y pierden la esperanza. Por último, cuando los medios de comunicación o las redes sociales normalizan la muerte como una solución, se hace más fácil verla de esa manera”, agregó.
Por su parte, el psiquiatra Ricardo Goti mencionó que no se puede limitar el impacto de la muerte por suicidio de una persona famosa solamente a aquellos que tengan ideación suicida, sino a otras personas que se encuentren en un momento de vulnerabilidad emocional y que están atravesando algún tipo de situación difícil.
“Así como los famosos imponen modas, el que una persona famosa decida poner fin a su vida puede ser también un modelo a seguir para otras personas vulnerables. Es algo que depende mucho de cómo se divulgue la información a través de los medios de comunicación y las susceptibilidades de cualquier ser humano que quede expuesto ante esta noticia y la forma en que se dió”, explicó.
Con relación al tratamiento informativo que se le da este tipo de noticias, Maduro de Gateño aseguró que los medios de comunicación deberían presentar la noticia de la forma más sencilla posible, sin agregar algún tipo de dramatismo e idealización de las muertes por suicidio.
Así mismo, deben evitar poner los métodos porque eso haría aún más fuerte el efecto contagio, al tiempo que sugirió agregar en estos contenidos los lugares donde buscar ayuda y acompañar estas noticias de casos en los que las personas encontraron las soluciones a los problemas por los que pasaron.
También puntualizó que en ningún caso las personas que mueren por suicidio deben ser responsabilizadas ni de sus muertes, ni del efecto que esta tiene en otros, ya que estas personas no pudieron seguir cuidando de sus vidas ni mucho menos pensar en el efecto que tienen en otras personas.
“La mente se enferma, se cierra en que la única solución es la muerte y ya no puede funcionar para cuidarse ni cuidar a otros. Esta es la razón por la cual no decimos ‘se suicidó’ o ‘se mató’, decimos murió por suicidio. La enfermedad mental acabó con la vida de la persona”, añadió Maduro de Gateño.
Sobre el rol que tienen tanto los medios de comunicación como las personas en las redes sociales con su público, la psicóloga hizo un llamado a la responsabilidad ya que deberían aprender cómo afecta lo que se dice y se informa a los demás. “Todos debemos aprender las maneras correctas de presentar la información tanto de estos casos, como de otros temas”, recalcó.
En este sentido, Goti señaló que hay normativas de la Organización Panamericana de la Salud que indican a los medios de comunicación cómo cubrir estos temas.
“Si no se siguen estas recomendaciones, se puede contribuir al efecto contagio de suicidio, y que hayan más personas que no encuentren una solución diferente al suicidio en lo que sea que estén viviendo. Hay que entender que el suicidio es un asunto multifactorial y que no es algo tan sencillo como decir ‘se mató por...’ Esta forma en la que se titula, simplifica un fenómeno complejo que tiene que ver con niveles internos del sujeto, y la forma en que lidia con los factores que le rodean en su ambiente”, dijo.
En otro orden de cosas, Goti mencionó que si bien no hay líneas telefónicas que funcionen de manera masiva en los que las personas que se encuentren en una crisis puedan llamar para ser asistidas, hay profesionales de salud mental en todas las instalaciones de salud pública y privada del país.
Maduro y Goti coinciden en la necesidad de brindar ayuda a una persona que esté pasando con una situación difícil. Aprendiendo a reconocer las señales de alerta y de peligro así como siempre tomar en serio aquellos comentarios que hagan referencia al sufrimiento, la desesperanza y los deseos de morir. Si un familiar o amigo pasa por esta situación, se debe entablar una conversación en la que no haya ni críticas, ni juzgamiento, sino empatía y mente abierta a entender. Así se le puede ayudar a la persona a buscar soluciones a sus problemas y la ayuda profesional que necesite en el momento.