El boxeo profesional, entre fallos localistas y ‘tongos’

Actualizado
  • 13/01/2025 00:09
Creado
  • 12/01/2025 18:19
El púgil tailandés Panya Pradabsri obtuvo un fallo mayoritario y, con ello, el cetro vacante minimosca del Consejo Mundial de Boxeo

La pelea fue trepidante y, como diría los mexicanos, de ‘doma y daga’ casi desde el principio, pero el final fue realmente decepcionante. Los jueces en sus tarjetas perdieron las perspectivas de todo lo hecho por el aspirante foráneo, y favorecieron al local.

Así es. El púgil tailandés Panya Pradabsri obtuvo un fallo mayoritario y, con ello, el cetro vacante minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, sobre el también aspirante venezolano Carlos Cañizales.

Inmediatamente saltó el presidente del organismo, el mexicano Mauricio Sulaimán, y pidió una revisión del pleito por jueces neutrales.

La realidad es que, si ven ganar al venezolano Cañizales, exmonarca del mundo de la misma división en la AMB, no podrán entregarle el cetro. Lo más, sería ordenar un encuentro de revancha, pero ya la majestuosidad de la “respetable objetividad”, quedó en entredicho.

La agencia argentina Infobae trajo hace unos días en uno de sus artículos, a propósito de fallos controversiales, una serie de pleitos que, en su momento, pusieron en vilo la rectitud de los jueces.

En una breve lista menciona el choque entre Gennadiy Golovkin y Saúl ‘Canelo’ Álvarez en 2017, donde las tarjetas reflejaron un empate, y la victoria de Timothy Bradley sobre Manny Pacquiao en 2012, que terminó con una decisión dividida a favor del primero.

Asimismo, la primera pelea entre Lennox Lewis y Evander Holyfield, que también generó controversia al resultar en un empate.

Un choque muy amistoso

Estas situaciones realmente engorrosas y que creíamos cosa del pasado, sigue sucediendo y se seguirán dando, por los intereses que rodean esta actividad.

Una vez conversando con mi hoy fallecido padre, Juan B. Espinosa Vega, me comentó que en el boxeo particularmente, siempre había existido el “raquet” (algo así como el robo) y que lo manejaban los gánsters.

Para él no había distinción, en cuanto al hecho de que fuera en los Estados Unidos o de Panamá, sencillamente eran “guiánsters”, como les llamaba.

Pues bien, hay unas historias que, sobre el particular, quiero comentarles en el artículo de hoy, y que hablan de ‘tongos’ o supuestos ‘tongos’ que se dieron en Panamá.

Uno sucedió a mediados de los años 70 en el gimnasio Nuevo Panamá (hoy Roberto Durán), cuando el tercer hombre del ring, Salomón ‘Beby’ Allen, detuvo el pleito entre los locales Jorge ‘Fumanchú’ Miranda y el debutante David Monzón.

Miranda, quien también tenía el apelativo de ‘Tumba Muralla’, era un púgil co-estelarista, por decirlo de alguna manera, con un gran carisma entre el público, por su valentía y arrojo.

Esa noche enfrentó a un debutante Monzón que, por más señas, la propaganda de los medios buscaba relacionarlo con el entonces monarca mundial medio, el argentino Carlos Monzón.

Realmente hubo algo de expectativa, principalmente por el récord que en su alforja traía Miranda, por lo que se esperaba quizás un despacho rápido de su parte. Per|, no ocurrió.

El choque se fue hasta el séptimo asalto, cuando un casi enfurecido ‘Baby’ Allen detuvo las acciones, envió a los gladiadores a sus respectivas esquinas, y casi que de inmediato, levantó sus brazos en señal de que todo había acabado.

Allen, a lo largo de casi de todo el combate, creo que, a partir del segundo asalto, les llamó la atención por la falta de actividad, los escuchó intercambiar palabras entre los amarres y, en una o dos ocasiones, decirle Monzón a su contrario que le estaba pegando muy fuerte.

Fue una de esas pocas ocasiones, en que el réferi bajó del ring ovacionado por el respetable público.

Un verdadero ‘tongo’

Para la Real Academia de la Lengua Española (RAE) un tongo, es: “Trampa realizada en competiciones deportivas, en que uno de los contendientes se deja ganar por razones ajenas al juego”, y entre sus sinónimos están: trampa, amaño, engaño, fraude o timo.

Los otros dos casos que voy a detallar se registraron hace más de cien años en los gimnasios locales, y que cito en mi próximo libro a publicar sobre la historia del boxeo en Panamá.

En ambos casos uso como referencia el ‘Diario de Panamá’, uno de los medios impresos más activos que tuvo esa época para dar a conocer la actividad pugilística, nuestra y foránea.

Pues bien. En enero de 1922 se enfrentaron ‘KO Roche’ ante Joe Salgado y tras su resultado, el medio mencionado tituló: “Escándalo en el Pan American Athletic”.

Era una época algo rústica en todos los aspectos, incluyendo al boxeo. Las reglas no solo eran escasas, sino que era muy común que los ayudantes de los boxeadores fueran otros púgiles, y que los árbitros fueran excolegas o sacados entre los parroquianos.

No es que hoy no se registre lo de los compañeros de cuadra, pero ya hay entrenadores oficiales, que son los responsables directos en la conducción de un combatiente.

Un detalle. Existía la comisión de boxeo, pero era el árbitro el encargado de decidir quién era el ganador si la pelea iba al límite pactado, porque aún no había jueces.

Pues bien, en 1922 se da el primero de los amaños mencionados.

En el pleito entre ‘KO Roche’ y Joe Salgado, se acusó al ayudante del primero, el también púgil Jim Briggs, de untarle una sustancia a los guantes de su púgil.

Algunos fanáticos, refiere la crónica, vieron cuando Briggs le untaba una sustancia en los guantes y en la cabeza de su pupilo con un pañuelo, que luego fue encontrado cerca de la esquina del boxeador.

La pelea fue detenida, mientras que el acusado y su púgil fueron escoltados por la policía para evitar ser linchados por la fanaticada.

El pañuelo, la prueba del delito, fue llevado al hospital Santo Tomás para ser examinado, donde se determinó que contenía una sustancia que pudo ser cloroformo.

Al final, tanto Briggs como Roche fueron sancionados por las autoridades deportivas.

Hay un aspecto que quisiera resaltar con respecto al mencionado hospital Santo Tomás, y es el hecho de que el mismo tuvo tres sedes a partir de su creación a inicios de la década de 1700.

En lo referente al caso que nos ocupa, en ese momento la sede del hospital, en sus nuevas instalaciones a partir de 1819 estaban ubicadas en la Avenida B.

Dos años después en Colón, el ‘árbitro-boxeador’ Ramón Arosemena, acusó al boxeador ‘Kid Yellow’ de negarse a seguir el pleito frente a ‘Mocho Gans’, por lo que se le acusó de estafa y por ello fue llevado a la cárcel.

La idea era la de salvaguardar la ‘integra’ imagen que querían darle a la actividad boxística, a pesar de todo.

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