• 16/07/2014 02:00

Reformas electorales

Para no repetir la terrible experiencia de las pasadas elecciones, hay que rescatar la propuesta engavetada

No hay duda ni discusión sobre el hecho de que desde el retorno a la democracia en diciembre de 1989, las elecciones más accidentadas han sido las celebradas en mayo pasado. El mejor antídoto para no repetir la terrible experiencia, sería desengavetar las reformas electorales que fueron propuestas a la pasada Asamblea por la Comisión Nacional de Reformas Electorales y que fueran desatendidas en su totalidad por la anterior administración.

En ellas se establecía tope a las contribuciones privadas para campañas políticas y a la vez la transparencia de dichas contribuciones. El ideal a alcanzar debería ser el de una campaña corta y equitativa, financiada únicamente con recursos públicos y en igualdad de condiciones para todos los candidatos a cargos de elección popular. Sin embargo, un paso positivo hacia adelante, debemos reconocerlo, es la fijación de topes en gastos y tiempos de campaña y la transparencia absoluta en relación con los donantes.

Ojalá dentro del llamado ‘pacto de gobernabilidad’ se encuentre la suficiente sensatez para rescatar y aprobar aquellas reformas que fueron consensuadas entre los representantes de los partidos políticos y los de las organizaciones de la sociedad civil, y que buscaban evitarnos el trauma que, desafortunadamente se produjo.

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