Aumento de la luz

El aumento en la tarifa que pagamos los usuarios por la electricidad que consumimos, que se ha anunciado para el semestre comprendido entre el 1° de julio y el 31 de diciembre, es apenas una de las consecuencias de una mala planificación en el crecimiento del plantel de generación de energía eléctrica. Pero puede no ser la única. Si como se ha anunciado, tendremos a mediados de este año el conocido Fenómeno del Niño, que implica una drástica reducción del régimen habitual de lluvias, las autoridades entrantes podrían verse en la necesidad de restringir aún más el consumo de energía y hasta tenerlo que racionar por áreas y en determinadas horas del día. El impacto que una crisis de esas magnitudes tendría en nuestra economía en pleno desarrollo, sería terrible. Por ahora, lo único cierto es que la energía que estamos consumiendo, en vista de que sigue sin llover suficiente sobre los embalses de las hidroeléctricas, es más costosa y menos limpia. La lección que debe quedar aprendida es que los temas de Estado deben manejarse al margen de los intereses mezquinos y personales de quienes forman parte de cualquier gobierno. Ojalá la administración que tomará las riendas del país el mismo día que aumentará la electricidad, obre con buen juicio y patriotismo.