“Estos meses han sido de trabajo arduo”, dijo el presidente de la República en la Asamblea Nacional durante su primera rendición de cuentas. Pero ¿está su gabinete, en pleno, en la misma línea? Llegó la hora de ajustar las tuercas. Un gabinete bien estructurado es fundamental para el buen rumbo de un gobierno, y un presidente debe contar con gente que esté alineada con su agenda: las contradicciones generan desconfianza en la población. Una administración es más susceptible a presiones externas si no se demuestra unida y coherente en sus planes. La pérdida de credibilidad es peligrosa, y más en un año en el cual se han planteado temas decisivos para Panamá. Es momento de que el presidente evalúe el desempeño de su equipo y haga los ajustes necesarios para garantizar una gestión efectiva y transparente. La ciudadanía exige una administración competente y comprometida con el bien común. La construcción de un futuro mejor requiere de líderes capaces de escuchar y tomar decisiones informadas.

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