Asesinatos a sangre fría en centros comerciales, cadáveres abandonados en plena vía y un miedo normalizado en la sociedad, son el resultado de una violencia delincuencial que se ha impuesto en la realidad de los panameños. El Ministerio Público confirma los temores de la ciudadanía al registrarse un aumento del 35 % en los homicidios este año con relación a 2023; siete de cada diez de estas muertes vinculadas al crimen organizado. Aunque aún es prematuro para saber si los toques de queda bajarán la criminalidad, las autoridades deben explicar cuáles son los mecanismos e indicadores para verificar que esa política está dando resultados. Es un acierto del Ejecutivo incrementar la presencia de la Fuerza Pública en el territorio, pero descansar la política de seguridad únicamente en la mano dura es una fórmula débil. ¿Cuáles son las propuestas de prevención que impulsan las autoridades? La exclusión y la desigualdad son el ambiente predilecto para el crimen organizado. Una mano dura, sin políticas sociales, solo alimenta el círculo vicioso de la violencia.

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