El 2025 arranca con múltiples tareas pendientes, una de ellas es el desafío de la institucionalidad en materia de justicia y fiscalización. El nuevo procurador de la Nación, Luis Carlos Gómez, tiene la oportunidad para fortalecer el sistema de justicia, impulsando de manera decidida la carrera judicial en el Ministerio Público. La inestabilidad en la entidad la hace vulnerable a las presiones políticas desde el poder. En tanto que la procuradora de la Administración, Grettel de Villalaz, debe dejar atrás el rol que ha tenido la entidad como defensora del gobierno de turno y asumir su rol en el control de cómo se administra la cosa pública. Una responsabilidad igual de crucial es la de Anel Flores, quien estará al frente de la Contraloría tras la gestión de Gerardo Solís, que ha estado plagada de cuestionamientos y críticas por la falta de auditorías en medio de escándalos. Tres caras de la pirámide de la institucionalidad del Estado, con la diferencia de que estamos en tiempos de “vacas flacas” en las arcas públicas y la paciencia del pueblo se agota frente la ineficiencia de quienes han gobernado. Cumplan su trabajo, es lo único que pide la ciudadanía.
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