Cruciales. Así son los tiempos que enfrenta el país para definir cuál será el futuro de la ley No. 163 que propone reformas a la Caja de Seguro Social y al programa de Invalidez, Vejez y Muerte. Mientras los panameños observan con preocupación el intento legislativo de dilatar y de tomar decisiones que no son en beneficio del asegurado, sino para conservar su popularidad, los problemas de otra índole se acumulan. Los diputados deben apelar a conseguir una ley sostenible. Es menester recordarles que su comportamiento raya en las viejas prácticas, tan cuestionadas y castigadas a través del voto. Aprobar la ley no es por capricho o sugerencia, sino una urgencia que ha sido postergada por años. Resulta además lamentable que algunos grupos en el país, entre los que se encuentran médicos -que hasta el momento no han presentado propuestas idóneas ni con indicadores perdurables en el tiempo- convoquen a paralizaciones laborales, comprometiendo así la vida y la paz social del panameño. No es momento de huelga; es momento de avanzar. Sacar de la jugada el aumento de la edad de jubilación cobrará factura. Más vale que los líderes impulsores y encargados de esta reforma actúen con responsabilidad y honestidad antes de que sea demasiado tarde.

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