La mayor ciudad de la frontera sur de México, Tapachula, emplea a migrantes que quedaron varados por las restricciones del presidente de Estados Unidos,...
Cruciales. Así son los tiempos que enfrenta el país para definir cuál será el futuro de la ley No. 163 que propone reformas a la Caja de Seguro Social y al programa de Invalidez, Vejez y Muerte. Mientras los panameños observan con preocupación el intento legislativo de dilatar y de tomar decisiones que no son en beneficio del asegurado, sino para conservar su popularidad, los problemas de otra índole se acumulan. Los diputados deben apelar a conseguir una ley sostenible. Es menester recordarles que su comportamiento raya en las viejas prácticas, tan cuestionadas y castigadas a través del voto. Aprobar la ley no es por capricho o sugerencia, sino una urgencia que ha sido postergada por años. Resulta además lamentable que algunos grupos en el país, entre los que se encuentran médicos -que hasta el momento no han presentado propuestas idóneas ni con indicadores perdurables en el tiempo- convoquen a paralizaciones laborales, comprometiendo así la vida y la paz social del panameño. No es momento de huelga; es momento de avanzar. Sacar de la jugada el aumento de la edad de jubilación cobrará factura. Más vale que los líderes impulsores y encargados de esta reforma actúen con responsabilidad y honestidad antes de que sea demasiado tarde.