• 31/08/2024 23:00

Vida silvestre y tendido eléctrico

Implementar medidas de seguridad, como el aislamiento de cables, la instalación de barreras que eviten que los animales trepen a los postes, y la construcción de pasos seguros diseñados para la fauna, no es solo una opción, es una necesidad urgente

“Las comunidades locales son esenciales para la conservación de la biodiversidad; su conocimiento y compromiso pueden marcar la diferencia en la protección de especies amenazadas y en la implementación de prácticas sostenibles que favorezcan la coexistencia entre humanos y fauna silvestre”. Así lo proponen Smith y Jones (2019) en un artículo sobre la conservación de la biodiversidad basada en la comunidad. Aunque no es un enfoque nuevo, se trata de una perspectiva que ha sido reiterada por la comunidad académica internacional hacia los tomadores de decisiones y los arquitectos de modelos de desarrollo en todo el mundo.

En la tranquila comunidad de Los Castillo, en Parita, provincia de Herrera, un numeroso grupo de monos aulladores visita frecuentemente la zona en busca de alimento. Estos primates, cuya presencia es esencial para el equilibrio de nuestros ecosistemas, enfrentan un peligro silencioso, pero letal: el cableado eléctrico que atraviesa su territorio. Aunque estos cables les permiten cruzar de manera improvisada la carretera que divide su hábitat, también representan una trampa peligrosa. Al intentar desplazarse, los monos a menudo llegan a los postes eléctricos, donde sufren electrocuciones, muchas veces con consecuencias graves. En algunos casos, los animales quedan con lesiones severas, como la pérdida de miembros, heridas que luego se infectan por moscas y bacterias, lo que finalmente lleva a la muerte por gusaneras o septicemia.

La situación es crítica y requiere acciones inmediatas. La legislación panameña es clara: la protección de la fauna silvestre es una responsabilidad compartida entre el Estado, los ciudadanos y las empresas. En este caso, las compañías eléctricas tienen la obligación de adaptar su infraestructura para que no ponga en riesgo la vida de los animales. Esto es especialmente importante en zonas como Los Castillo, donde el hábitat de los monos aulladores está fragmentado y cada paso en falso puede ser fatal. Implementar medidas de seguridad, como el aislamiento de cables, la instalación de barreras que eviten que los animales trepen a los postes, y la construcción de pasos seguros diseñados para la fauna, no es solo una opción; es una necesidad urgente.

La comunidad de Los Castillo ha demostrado un compromiso ejemplar en la protección de estos primates. El señor José Frías y su familia, en particular, han liderado esfuerzos para cuidar a los monos aulladores, cuyo regreso a la región, después de haber desaparecido durante años, ha sido recibido con una mezcla de asombro y alegría. Esta tropa numerosa ha reavivado el vínculo entre los habitantes y la naturaleza, recordándonos a todos la importancia de preservar nuestro patrimonio natural.

El caso de los monos aulladores de Parita es más que un problema local; es un reflejo de los desafíos que enfrenta la fauna silvestre en un mundo donde la infraestructura humana invade cada vez más los espacios naturales. Sin embargo, también es un ejemplo poderoso de cómo la comunidad puede ser el motor del cambio en la conservación. La protección de la naturaleza no es una tarea exclusiva de las autoridades, los científicos o las organizaciones de la sociedad civil; es un deber compartido, donde el empoderamiento ciudadano juega un papel central. Cuando las personas se involucran activamente, los esfuerzos para proteger y preservar los ecosistemas se vuelven más sólidos, efectivos y duraderos.

Es esencial que este tipo de compromiso se replique en otras partes del país. La protección de los monos aulladores en Parita debe servir como un modelo para otras comunidades que enfrentan desafíos similares. Solo a través de la colaboración y la acción conjunta podemos garantizar que la rica biodiversidad de Panamá, de la cual estos monos son una pieza clave, se mantenga para las futuras generaciones. Proteger la naturaleza es, en última instancia, proteger nuestra identidad y nuestro legado como nación. Confío que los panameños como país pronto seremos líderes en la gestión efectiva de proteger a la fauna de accidentes con el tendido eléctrico.

El autor es presidente de Proyecto Primates de Panamá
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