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- 26/05/2023 00:00
¿Otra vez el cerro Cabra?
En las últimas semanas se ha generado un interés mediático por el futuro del cerro Cabra en el distrito de Arraiján, tanto así que ha sido noticia en varios medios escritos y televisivos. Ustedes se preguntarán ¿qué puede suceder para que un cerro genere dicho interés? Primero debemos hacer memoria y recordar que durante muchos años este cerro ha sido el lugar de recreación de residentes y amantes de la naturaleza, campistas del lugar y de afuera, personas que siembran y cultivan la tierra, así como el reservorio hídrico de más de 15 comunidades aledañas al mismo, lo que no es poca cosa.
Por más de 20 años también se ha intentado acabar con el cerro de diferentes maneras, desde concesiones por parte del MICI para la extracción de material pétreo como piedra, hasta la tala, la quema y la cacería ilegal. Sin embargo, las comunidades, quienes son los principales guardianes, alegan que lo que está sucediendo actualmente es mucho peor y ven con profunda preocupación cómo en lo alto de la cima del cerro están realizando movimientos de tierra, ensanches de vía y movilización de material para la instalación de infraestructuras fijas. ¿Un hotel?
Las sospechas de las comunidades no son infundadas ni mucho menos son inventos, como han querido dar a entender algunos de los interesados en que este tipo de proyectos se desarrolle. Desde hace un tiempo, 2019, se viene observando la realización de “adecuaciones” para lo que llaman un “vivero de investigación”; es curioso que hayan elegido un lugar elevado, en donde la forma de obtener agua es limitada y sobre todo para un vivero, en donde se dicen hay universidades participando, de las cuales no se menciona alguna.
Consultando un poco con la comunidad e investigando en el portal del Ministerio de Ambiente, encontramos que el verdadero motivo del proyecto en realidad es el de la construcción de un proyecto ecoturístico, en donde se pretenden instalar 130 cabañas, 64 casas, un centro comercial vecinal, dos bloques de apartotel y una planta de tratamiento de aguas residuales, entre otros acondicionamientos. El simple hecho de pensar en todo lo que implica la construcción de dichas instalaciones en un distrito en donde el acceso al agua es limitado y todo el daño que podrían causar posteriormente con las aguas servidas, la prohibición de accesos a no residentes y lugareños, la generación de desechos sólidos, ya de por sí convierte este tipo de proyecto en una muy mala propuesta de desarrollo que traerá de por sí conflictos sociales y ambientales entre las comunidades y el acceso al lugar.
Con la construcción de estas infraestructuras se está destruyendo un área considerada por muchos como el pulmón y reservorio hídrico para muchas comunidades de Arraiján, de tal forma que todos los arraijaneños deben interesarse en protegerlo.
Se le hace un llamado al Municipio de Arraiján, a la Dirección de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente y en especial a la regional de MiAmbiente en Panamá Oeste y a su directora, a que hagan su trabajo como lo estipula la Ley, ya que este tipo de proyecto inmobiliarios revestidos de turismo sostenible no ayudan a la preservación del área ni mucho menos al interés colectivo de un ambiente sano amparado en nuestra Carta Magna.