• 22/10/2023 00:00

¿Resuelve el crecimiento del PIB los problemas económicos?

No se aprovecharon todas las oportunidades de la posición geográfica y desarrollo tecnológico, mientras que avances en tecnología remodelan el panorama laboral, dejándolo incierto

A partir de 1989, Panamá registró un avance espectacular en el PIB, un promedio de 6 por ciento anual en términos reales, el más rápido en la América y de los más altos globalmente. Este surgió al instituirse un ajuste al liberalizarse la economía para mejorar competitividad, aprovechar las áreas revertidas, expandir construcción y servicios, implementar un manejo fiscal conservador, generar ahorro para reducir pobreza, y aumentar participación privada para crear empleos productivos.

Panamá tiene una economía pequeña, cerca de 4.5 millones de habitantes, tipo Singapur. Debe ser exportadora para ser exitosa; servicios y algo agrícola para importar lo que no se puede producir, automóviles, líneas blancas, TV, celulares, etc. La conectividad apoyó el dinamismo: marítima con el canal, venta de combustible, ZLC debido al Canal, puertos e incentivos tributarios; aérea por el tránsito de más de 13 millones de pasajeros anuales a más de 80 destinos en Norte, Sur América y Europa; telecomunicaciones por los cables submarinos de fibra óptica; financiera con 46 bancos de licencia general, 31 de licencia internacional y 10 con oficinas de representación.

La posición geográfica e incentivos a exportaciones de servicios trajeron 180 oficinas regionales de empresas multinacionales que aprovechan conectividad y ausencia de impuestos a exportaciones en Panamá-Pacífico empleando panameños bien remunerados. Adicionalmente, los 10,000 empleados del Canal reciben ingresos con fuerte efecto multiplicador. Y luego el turismo, comercio y otros servicios.

El crecimiento del PIB no es el objetivo final en el desarrollo. Su calidad es igualmente importante. El modelo funciona mientras se mantengan sus premisas iniciales; esto no ha sucedido. Como contradicción que castiga a aquellos por debajo y encima de la línea de pobreza generando disparidades, se ha engendrado un retroceso en la calidad de educación, salud y adaptabilidad a las demandas del mercado laboral que afectan productividad.

No se aprovecharon todas las oportunidades de la posición geográfica y desarrollo tecnológico, mientras que avances en tecnología remodelan el panorama laboral, dejándolo incierto. El informe sobre el Futuro del Empleo 2023 del Foro Económico Mundial pronostica que el 23 por ciento de los empleos evolucionen en los próximos cinco años. A eso hay que agregarle inadecuados esfuerzos en mejorar desigualdades de ingreso medidas por el coeficiente Gini (sobreestimadas al no incluir la renta implícita de la propiedad de vivienda y tierras).

Luego surgieron efectos adversos debido a inadecuadas asignaciones de recursos, intervenciones en el sistema de precios, exceso de regulaciones e insuficiente atención a aspectos distributivos al adoptar posturas populistas fiscales, expandiendo al sector público en actividades poco productivas: exoneraciones de impuestos y gastos ineficientes y no recuperables financiados por rápidos aumentos en la deuda per cápita. La corrupción aumentó mientras que los castigos se convirtieron en espejismos. El deterioro ambiental aumentó. Hacerle frente al Covid-19 requirió suspender actividades, aumentar desempleo e incrementar deuda, aunque preservó capital humano permitiendo la recuperación.

A pesar del progreso numérico, al compararse con otros países, continúan los problemas. Algunos esperaban que se desvanecerían al crecer el PIB. Alcanzaríamos la condición de Nirvana, estado supremo de felicidad en países desarrollados. Este, medido por el PIB, no compensa daños sociales y ambientales ni hace ajustes de calidad en términos de inclusión social, eficacia de servicios y sostenibilidad. La estabilidad fiscal es prerequisito para prestarle atención a la calidad de los sectores sociales e infraestructura, por lo que debe vigilarse en la gestión macroeconómica.

Preguntas para quienes aspiran encausar el proceso de desarrollo: ¿Prioridades? ¿Cómo resguardarnos de choques externos? ¿Despreocuparnos por problemas ambientales al recibir ingresos mineros? ¿Consolidación fiscal efectiva para alcanzar metas del 2024-2025? ¿Consenso financiero viable en la CSS? ¿Cómo mejoraremos resultados en calidad y efectividad del gasto? ¿Aprovecharemos bien la posición geográfica?

Las diferencias en resultados generan indicios de que contribuye al desarrollo. En el meollo del tema no solo se encuentra el ritmo de crecimiento, sino su calidad, ya que sus fuentes y patrones le dan forma a resultados. ¿Son adecuados para eliminar pobreza, reducir desempleo y mejorar disparidades? ¿Qué afecta la generación de ingresos y protección del medio ambiente? ¿Cómo sustenta la gobernanza el crecimiento?

Debemos evitar lo que sucede en Latinoamérica: generaciones inadecuadamente educadas, sin habilidades, atención a las necesidades del mercado o expectativas realistas de que significa trabajar, producir valor y ser competitivo. Requerimos determinar metas y producir resultados en el sistema educativo, primaria y secundaria, y otros sectores. Requiere extraernos del sueño del éxito en un mundo de avances tecnológicos. Lo que es exitoso hoy podría no serlo mañana. Ello apunta a fijar prioridades inmediatas, fortalecer el manejo fiscal, mejorar educación al nivel de la privada, resolver impedimentos de tránsito del Canal y ampliar su participación, simplificar trámites y enfocar incentivos para generar empleo productivo.

El desarrollo consiste en optimizar la calidad de vida, expandiendo la capacidad de individuos en darle forma a su futuro. Requiere un ingreso per cápita más alto y mejor distribuido, educación comparable a la del exterior con cobertura, adiestramiento y oportunidades que incentiven productividad, igualdad de género, salud y nutrición, entorno limpio, sostenible, sistema judicial y jurídico imparcial, libertades civiles y políticas amplias, y vida cultural rica.

¿Cómo mejorar dimensiones cualitativas? Complementando el ritmo de crecimiento se refieren a aspectos que lo configuran: distribución de oportunidades, sostenibilidad del medio ambiente, gestión de riesgos globales y gobernanza. No solo contribuyen a resultados. Se suman al impacto que el crecimiento tiene y abordan conflictos que este podría plantear para la sostenibilidad ambiental o social.

Cuatro principios claves: políticas que aumenten productividad; soluciones distributivas que vigoricen crecimiento, fortalezcan inclusividad y mejoren desarrollo; marco institucional: operación del ejecutivo, legislativo y judicial para buena gobernanza; hoja de ruta con metas, costos y resultados.

Economista
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