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- 05/07/2022 00:00
Renta sustitutiva y compensación por subsidio al incremento del combustible
Es valioso hacer historia de motivos sobre la impulsión de los proyectos hidroeléctricos en Panamá, ya las mayorías comprenden que el agua opera como factor de transformación de energía hidráulica en energía eléctrica, la misma reemplaza cualquier costo de combustible utilizado en centrales de otros tipos, ejemplo en las plantas térmicas, en caso de las hidros costo $0.00, siendo así, es de fácil deducción colegir las razones que frente a la creciente demanda de energía eléctrica a partir de los '70 se hacía indispensable recurrir a alternativas que en mayores proporciones supliese lo que se requería.
Ahora bien, la mentalidad visionaria de Ascanio Villalaz, Edwin Fábrega, Fernando Manfredo y otros distinguidos asesores del jefe de Estado Omar Torrijos Herrera, les condujo a la búsqueda de buenos resultados ante las nuevas realidades asumiendo soluciones sustentables con la adquisición de capitales de inversión los cuales a su vez tenían garantizada su reconversión de acuerdo a la recaudación cautiva de pago del servicio por parte de los usuarios.
Se favoreció el incremento del PIB en Panama, muy importante, los márgenes redituables en ganancias producto de las operaciones derivarían en más desarrollo de otras centrales y solución a múltiples necesidades por resolver en el país, pero, surgió una variable discordante en los inicios de los '90 producto de un "corto circuito" que detuvo la saga visionaria por la privatización de las centrales estatales, luego entonces las iniciativas para despuntar en un futuro no muy lejano pasaron al "auspicio benevolente" de grupos privados beneficiados con la instauración de inversiones dentro del marco de concesionarias del Estado, nos han llenado de decenas y más decenas de nuevas centrales hidroeléctricas desde minis, medianas hasta megaplantas generadoras que no estarían del todo mal si lo hubiesen hecho bajo el prisma de mutuas satisfacciones, electricidad respetando el medio ambiente a precios justos y corridas financieras bien ponderadas con resultados y ganancias razonables. Es importante señalar que la ingenuidad nos embargó cuando nuestro muy ponderado expresidente Ernesto Pérez Balladares debió tomar decisiones muy lacónicas y prácticas sobre la base de la sustentación corroborada por su pariente político don Billy Ford, eximiéndole de los cargos de conciencia por supuestamente seguir los lineamientos preestablecidos con las "IFIS" en el gobierno que antecedió y del cual había formado parte.
Ahora bien, que iluso pensar que el arquetipo de negocio de las hidros hasta ese momento no preveían el impulso y la promoción de las subsiguientes centrales hidroeléctricas como negocios florecientes que arrojan pingües ganancias fluyendo dentro del deficiente y negligente accionar gubernamental.
Los también subsiguientes gobiernos de los últimos 23 años han dejado pasar el obvio "saqueo" programático del que somos víctimas desde este trasfondo maquiavélico en proceso ascendente a costa de un pueblo confiado y desconocedor de su propio calvario como es el pago injustificable del precio de la energía eléctrica en el país, tornándose para los panameños en una quimera patética.
En otras palabras necesitamos del factor agua para cubrir y/o sustituir el aumento del precio del combustible con la recuperación del valor del agua y ¿Cómo? Pues bien con impuesto sobre el uso gratuito de los millones de metros cúbicos utilizados para la generación de energía que nos asfixia. Por favor señor presidente, es oportuno y exigible que el gobierno subsane decisiones que dieron paso a concesiones y sus beneficios no muy claros, por lo que requieren ajustes y hasta modificación de contratos.
A buena hora llegó se da la oportunidad, no se trata si hoy tenemos una crisis mundial o no, necesitamos soluciones a la panameña, con la participación de profesionales, políticos y especialistas con la inducción gubernamental y resolver con equidad y sentido común la situación que nos aqueja, se trata de una solución temporal y un beneficio permanente dentro del marco constitucional.