Reflexiones ante la multipolaridad y el multilateralismo

Panamá en poco tiempo ha dado grandes cambios producto de todo un proceso de reemplazos y direccionamiento de valores morales, económicos y políticos, hechos que repelen los segmentos maduros de la sociedad, pero se impone en las nuevas generaciones, que las desarrolla y las lleva a la práctica actual.

Es obvio que ante el deterioro del unipolarismo y la imposición del multipolarismo, que lo acorrala y margina del poder económico - político mundial, renuevan sus políticas autoritarias en sus zonas de influencia y escogen el segmento ciudadano más vulnerable, quienes luego de todo un proceso de marginarlo de su historia, de los valores tradicionales, familiares y sociales, imbuidos en valores restringidos por la música trap, hip-hop, reguetón y violencia sexual, los jóvenes encuentran allí su forma de expresión actual.

El otro segmento poblacional se desarrolló y acumuló grandes capitales en este sistema unipolar, detentó el poder político por años, y cuando el modelo entró en deterioro con sus grandes capitales preservó el poder político - económico, recrudeciendo la desigualdad social. Este segmento poblacional deterioró los canales de enseñanza y educación, a todos los niveles, los valores nacionales y familiares, exacerbó las organizaciones delictivas empoderándolas en barrios marginados donde impera la ley del revolver, hizo de la política un negocio de acumulación de capital donde los intereses personales están siempre por encima de los intereses colectivos, este singular segmento aristocrático se desvinculó del resto de la sociedad, vive en barrios lujosos, sus hijos solo se emparenta entre ellos, estudian en el exterior y cuando quieren buscar aventuras, bajan a los barrios marginados de la ciudad.

Esto sumado a una sociedad internacional heterogénea y fragmentada, difícil de entender por esta ya fragmentada juventud, imbuida en vicios y profundas depresiones, acorralada por información, sesgada de los medios masivos de comunicación, lo llevan a recorrer caminos nuevos de la política, de la mano de nuevas opciones de poder económico y con grandes capitales que invierten en un mundo surreal, pero generador de inmensos ingresos y desorbitado empobrecimiento, desempleo y miseria global.

Esta generación es incapaz de racionalizar la disputa económica política y bélica que se da entre dos grandes sectores económicos: EE.UU.- OTAN vs. China - Rusia - India; definiendo poder y encaminándose hacia un modelo postcapitalista multipolar. Modelo que inició su desarrollo con la guerra de Ucrania - Rusia, donde desgarra a Europa Occidental (OTAN) y saca del mercado arábico, asiático y africano al capital unipolar, a través de connotaciones de libertad, nacionalismo y sobrevivencia. Allí entiende el gran capital unipolar el deterioro de comunicación con “su patio trasero”, es decir Latinoamérica, que bien o mal, traza caminos de solidaridad, progreso y sobrevivencia ante el nuevo orden económico mundial.

En este contexto, nuestras generaciones vivieron y activaron muchos elementos que hoy fungen como el norte de los cambios que hay que dar, y que no hicieron las anteriores generaciones. Es real que hay que defender y conservar la biodiversidad mundial, solo eso garantizará nuestra total sobrevivencia en un planeta que llega a un deterioro total, que se expresa en cambios climáticos jamás vividos y que seguramente exterminará cualquier clase de vida en el ya deteriorado planeta. Es real que el movimiento LGTB se desarrolla en el mundo y por ende en el continente, es un tema que hay que abrir a debate nacional y tomar las medidas necesarias que la regulen y les garanticen seguridad y respeto a los valores humanos de sus integrantes.

Así mismo, parte de esta generación, estudiada y con excelente y particular repertorio político, se hace sentir ante una generación apabullada y otra en franco deterioro, que hoy con sus reflexiones, llegan al poder estatal. Saben utilizar las redes sociales y los medios masivos de comunicación en su desarrollo político, siempre en deterioro de la política tradicional del discurso, el clientelismo, la oralidad y el voto ideológico que antes se daban en los jóvenes de los partidos tradicionales.

Es el momento de entender esta nueva realidad del sistema capitalista en deterioro, analizar y racionalizar los otros modelos que impulsan la reestructuración del capitalismo, para hacerlo más productivo y distribuir equitativamente sus riquezas.

Es el momento de hacerlo, solo el conocimiento nos hará libre y democráticos.