Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 18/12/2024 00:00
¿Por qué la ciencia solo muestra el lado bueno... y qué nos cuesta esto?
En ciencia, los grandes descubrimientos siempre parecen robarse los titulares. Estudios que muestran avances tecnológicos importantes, nuevos materiales o terapias efectivas suelen llenar las páginas de las revistas científicas y de los sitios de noticias. Pero ¿qué sucede con los experimentos que no logran los mismos resultados? En mi caso particular, la mayoría de las veces, lo dejo sin publicar, guardados en un archivo o simplemente olvidados. Es muy probable que este es el caso de la gran mayoría. Este hábito de enfocarse solo en estudios exitosos se conoce como sesgo de publicación, y tiene consecuencias reales en lo que creemos saber sobre el mundo.
Los científicos enfrentamos mucha presión para presentar resultados impactantes que capten la atención. Ya sea para asegurar financiamiento, hacerse de un concurso de regularidad en alguna universidad o simplemente acrecentar su prestigio, máxime si uno se encuentra en un país como Panamá, en donde estamos dando pasos para que el conocimiento también dé réditos económicos a quienes lo generan. Debido a esto, los estudios que muestran que algo “no funciona” o que tienen resultados poco concluyentes pueden sentirse como un obstáculo para el crecimiento. Las revistas también suelen preferir publicar trabajos con conclusiones claras y emocionantes. Como resultado, el lema académico “publicar o perecer” a menudo implica que solo ciertos resultados se vean.
El problema es que, cuando solo se publican los estudios positivos, nuestra comprensión de la ciencia puede volverse bastante parcial. Veamos un ejemplo: si un nuevo fármaco parece funcionar en un estudio, pero no en otros, es probable que los estudios con resultados negativos no se publiquen. Así, con base en lo que está disponible, los médicos y el público podrían pensar que la droga es un milagro cuando en realidad no es tan efectiva. Cuando solo se cuentan las historias de éxito, terminamos con una imagen incompleta, y a veces inexacta, de la realidad.
Hay varios factores que impulsan este sesgo de publicación. Por ejemplo, para las revistas, está el atractivo de los grandes resultados inéditos. Por ello, solemos dudar en enviar estudios con hallazgos “negativos”, temiendo que el manuscrito sea rechazado.
En Panamá, muchos somos conscientes del reto. Por ejemplo, registrar los protocolos significa que existe el potencial de que el público tenga acceso a planes de investigación antes de comenzar a recopilar datos. Esta práctica agrega una capa de responsabilidad, haciendo más difícil dejar de lado los estudios con resultados negativos. Algunas revistas también están comenzando a dar la bienvenida a estudios “negativos” o estudios de replicación (intentos de reproducir los hallazgos de otros), que antes eran ignorados, pero son fundamentales para construir un registro científico equilibrado.
Para el público, entender el sesgo de publicación es un buen recordatorio de leer las afirmaciones científicas con algo de cautela. Cuando ves una noticia sobre un “gran avance”, recuerda que la ciencia es complicada y a menudo se desarrolla en capas. Los estudios no siempre están de acuerdo, y a veces lo que parece un resultado importante en un estudio no se mantiene en pruebas posteriores. Solo al observar el conjunto completo de estudios, incluidas las “fallas”, comenzamos a obtener una visión más clara. El sesgo de publicación probablemente siempre será parte de la ciencia, pero al esforzarnos por la transparencia y alentar que todos los resultados se compartan, podemos construir un registro científico que refleje la realidad de manera más precisa. Después de todo, cada estudio tiene algo que enseñarnos, incluso aquellos que no salieron como se esperaba.