• 24/07/2024 00:00

Panamá, un actor clave en el escenario multilateral

Winston Churchill, famoso por su liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial, dejó una profunda influencia en el actual régimen multilateral. Desde su perspectiva, la cooperación internacional es posible a partir de la convicción de que los problemas globales demandan soluciones conjuntas. Se enfocó en promover la creación de instituciones destinadas a fomentar la paz y la seguridad internacional, tal como lo destacó en su discurso sobre la necesidad de una “unión” entre las naciones en 1946. Su idea de un mundo interconectado sigue siendo relevante hoy en día, enfatizando la importancia de la diplomacia y el diálogo político para resolver conflictos, lo que lo posiciona como una figura fundamental en la evolución del pensamiento multilateral contemporáneo.

En esa evolución enmarcada a la idea de la unión, el diálogo y el multilateralismo, Panamá siendo un país pequeño, pero grande de corazón, por su gente alegre y su cultura, se ha posicionado como un actor clave en el escenario internacional a partir de su posición estratégica, al igual que su vocación para la de concertación y diálogo político como herramientas imprescindibles en su evolución para convertirse en hub de encuentros internacionales y como actor relevante en los principales foros multilaterales.

Desde su incorporación a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, Panamá ha sido un miembro activo y comprometido, participando en iniciativas de paz, desarrollo sostenible y derechos humanos. Ha promovido la solución pacífica de controversias y la defensa de la democracia en la Organización de Estados Americanos (OEA). Su papel como anfitrión desde 1948 que este país istmeño se unió a la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) le ha permitido tener una voz influyente en las discusiones regionales sobre integración y cooperación.

En el ámbito económico, su membresía en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le ha dado la oportunidad de impulsar una agenda de liberalización comercial y de atracción de inversiones, hecho que viene efectuando desde los años 90, cuando se estableció una política de comercio exterior con el objetivo de fomentar una economía abierta basada en las ventajas comparativas que tenía el istmo en ese momento.

Recientemente, Panamá ha sido elegido miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el período 2024-2025, lo que simboliza, para la región de América Latina y el Caribe, una representación importante dentro de este selecto grupo de la ONU. Mirando hacia el futuro, Panamá se perfila como un actor clave en la construcción de un orden internacional más justo y equitativo. Su compromiso con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y su liderazgo en temas como la lucha contra el cambio climático y la protección de los océanos, le han valido el reconocimiento de la comunidad internacional.

No se puede pasar por alto, la entrada en operación del nuevo juego de esclusas del Canal de Panamá, así como la modernización de sus puertos y del Aeropuerto Internacional de Tocumen, aspectos fortalecen su posición como un hub logístico y de conectividad global. Sumado a su estabilidad política y económica, le augura un futuro prometedor como plataforma de negocios y de intercambio de experiencias al rol de la diplomacia cultural en la región.

Panamá se ha consolidado, y sigue con pasos firmes, como un socio confiable y un interlocutor respetado en los principales foros multilaterales. Su visión a largo plazo, su capacidad de diálogo y concertación y, su vocación de servicio, le permiten proyectarse como un actor clave en la construcción de un mundo más justo y próspero.

Conversando con la Dra. Mariana Aparicio Ramírez, Coordinadora del Observatorio de la Coordinación Binacional México – EE.UU. (Orbem), y profesora titular del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sugiere que los retos que presenta el multilateralismo en un mundo en transición, que va del poder hegemónico a otro multilateralista globalizante, resulta necesario que países del Sur Global posicionen sus intereses nacionales y los compartidos para ser actores clave en la modernización del régimen internacional de posguerra, participen activamente en la discusión de los temas y problemas internacionales del siglo XXI y se incorporen en otros espacios regionales y subregionales de creciente creación, tal como lo realizado activamente la política exterior panameña.

Haciendo un análisis basado en múltiples declaraciones del Señor José Raúl Mulino, presidente de Panamá, sobre su visión destacada en el ámbito multilateral. Su pensamiento se centra en la importancia de fortalecer los lazos entre países latinoamericanos para abordar desafíos comunes como el comercio, narcotráfico, la delincuencia organizada. Mulino ha promovido la idea de que la colaboración entre naciones es esencial para garantizar la estabilidad y el desarrollo en la región. Su participación en su primer foro internacional Mercado Común del Sur (Mercosur), ha reflejado su compromiso con un enfoque multilateral, donde la integración y el diálogo son fundamentales para enfrentar las amenazas transnacionales, posicionando a Panamá como un actor clave en la búsqueda de soluciones conjuntas y hacia un bien común, en dar respuestas reales y efectivas a las necesidades de nuestros pueblos.

El autor profesor universitario y diplomático de carrera
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