Así se vivió el emotivo funeral del papa Francisco. El evento reunió a mas de 200.000 personas en la Plaza San Pedro, con la presencia de 130 delegaciones...
“La ciudad [de Panamá] fue adquiriendo ese carácter cosmopolita que aún la distingue, convirtiéndose tanto en cruce de caminos, como en hogar y crisol de culturas y etnias de todas partes. Un microcosmos abocado a ser sitio de paso pero también punto de encuentro y conexiones” (Segundo Congreso de Antropología e Historia de Panamá, 2019).
Desde su nacimiento como nación independiente en 1903, Panamá hizo de la tolerancia y de la libertad de expresión una de sus líneas maestras de la política exterior. Los patriotas fundadores, conscientes de que el Canal los convertiría en tierra de tránsito y lugar de confluencia de dirigentes y partidarios de diferentes tiendas políticas, mantuvieron una línea de trabajo que, dentro de los cánones del respeto mutuo y la no intervención en asuntos internos de terceros Estados, asegurase el enriquecimiento del mundo académico a través del debate ideológico alturado y sin trapisondas.
Una de esas circunstancias aconteció en 1932 e involucró a la “Estrella de Panamá” y al diario “Star and Herald”, versión en inglés de La Estrella. En aquel año el canciller panameño era Enrique Geenzier, la función de subsecretario de relaciones exteriores la desempeñaba José Isaac Fábrega quien además era director de La Estrella y Eduardo Garland Roel era el Encargado de Negocios del Perú en Panamá (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú,Caja 5-20-A,of.8,doc.2396,1932).
En los años treinta la turbulencia sacudía el Perú. “Luego de haber vivido en el exilio como consecuencia de su lucha en contra del Oncenio de Leguía, Víctor Raúl Haya de la Torre volvió al Perú, al haber sido postulado como candidato presidencial en las elecciones generales de 1931por el entonces joven Partido Aprista Peruano. El Tribunal Electoral que dirigió esa elección dio la victoria al Comandante Luis Sánchez Cerro de la Unión Revolucionaria. Haya fue encarcelado y su partido, proscrito” (Cotler, 1986).
Entre mayo y julio de 1932, Garland, en su condición de Encargado de Negocios del Perú sostuvo una serie de polémicas epistolares con los dirigentes del APRA residentes en el Istmo, en realidad, deportados a Panamá por el gobierno peruano de turno. A cada carta de origen aprista que se publicaba en La Estrella o en el “Star and Herald”, Garland emitía una contestación.
El debate se inició cuando el hermano de Haya de la Torre, Edmundo, publicó una carta en inglés donde expresó que temía por la vida del líder aprista detenido en la cárcel. Garland contestó esa misiva señalando que se respetaba la vida e integridad de Víctor Raúl y que en las cárceles peruanas no acontecen crímenes políticos. Dejando toda mesura diplomática de lado, acusó al APRA de ser una versión edulcorada del comunismo que persigue “la captura violenta del poder”. Garland no se detuvo ahí sino que propició y obtuvo la publicación de “El APRA y el comunismo” en tres entregas semanales en la Estrella(MRE, Caja 5-20-A,Cablegrama 17 del 17 de mayo de 1932 y of.21,doc.3263,1932).
Lo que los lectores de entonces ignoraban es que la carta de Edmundo, al estar en inglés, había sido leída por las autoridades estadounidenses del Canal; éstas informaron a Washington DC y el Departamento de Estado se interesó -ante la legación peruana en esa capital- por la situación del excandidato presidencial Haya de la Torre lo que llegó a oídos del Ejecutivo peruano y originó instrucciones de la cancillería para que Garland actuase como finalmente lo hizo, siendo además, felicitado por ello por el entonces canciller Freundt Rossell en tres oportunidades (MRE,Caja 5-20-A,of.14,of.15,of.17,1932).
Garland polemizó también con el académico y político aprista Luis Alberto Sánchez quien publicó cartas en castellano en La Estrella aprovechando su posición de catedrático de la Universidad de Panamá en las que explicó que el aprismo no es comunismo. Ante los embates de Garland, se vio obligado a preparar sucesivas comunicaciones para diversos periódicos. Las contiendas epistolares informadas por Garland a Lima evidencian que era un funcionario ordenado y gracias a ello se tiene una secuencia precisa de ellas. El 9 de mayo remite a Lima la carta y el texto con el que respondió a Edmundo Haya de la Torre (MRE,Caja 5-20-A,of.13,doc.2867,1932); el 12 de mayo envía los textos de su debate con Luis Alberto Sánchez en el “Star and Herald” (MRE,Caja 5-20-A,of.16,doc.2926,1932) así como del 16 y 17 de mayo en La Estrella (MRE,Caja 5-20-A,of.18 y of.19,doc.3045 y doc.3210,1932).
En este punto de la polémica es importante destacar la editorial de La Estrella del 16 mayo -titulada “Hospitalidad y Actividad”- que buscó aclarar que en Panamá hay tolerancia y no se hostiga ni se apoya al APRA, que hay libertad de expresión y que en aras del respeto, sugiere a los exiliados apristas que dejen de polemizar. De hecho, la última aclaración que publicaron los exiliados peruanos (Alva Díaz,Coloma,Cáceres,Baluarte,Cox y Luis Alberto Sánchez) fue el 9 de julio de 1932 sobre los sucesos de la llamada revolución de la ciudad de Trujillo (MRE,Caja 5-20-A,of.28,doc.4470,1932). Garland había sido reemplazado un mes antes por Enrique García Bedoya (MRE, Caja 5-20-A,of.25,doc.4080,1932) que decidió llevar una relación de menor confrontación con los deportados políticos. En agosto de 1933 fue declarada una amnistía.
Es así como, hace 93 años, una de las principales páginas de la historia política del Perú se escribió en Panamá.