• 03/01/2025 00:00

¿Movimiento totalitario en Panamá? Parte I

Los movimientos totalitarios son posibles donde hay masas de ciudadanos independientes e indiferentes, que no pueden ser integrados a ninguna organización representativa o partido político, y que no tienen vínculo por un interés común...

Las dictaduras y democracias pueden ser sistemas éticos y políticos opuestos que se diferencian en el flujo de información de los mismos. Las redes de información dictatoriales están muy centralizadas; quiere decir que la figura central goza de una autoridad ilimitada que gestiona que toda la información fluya hacia su palacio, donde se toman las decisiones de sus ciudadanos y las consecuencias.

En el Imperio romano, todos los caminos conducían a Roma; en la Alemania nazi, la información fluía a Berlín, y en la Unión Soviética fluía a Moscú. En ocasiones, el gobierno central y sus dictadores tratan de concentrar en sus puños toda la información y dictar todas las decisiones por sí mismos con el objetivo de controlar todos los aspectos de la vida de la gente. Esta forma totalizadora de una dictadura, que practicaron Hitler y Stalin, se conoce como totalitarismo.

Los movimientos totalitarios son posibles donde hay masas de ciudadanos independientes e indiferentes que no pueden ser integrados a ninguna organización representativa o partido político, y que no tienen vínculo por un interés común y que son reclutados por la propaganda, temor, mentira y de la descalificación de sus adversarios políticos y no de sus argumentos.

Los sistemas totalitarios dan por sentados su infalibilidad (rechazan contar con mecanismos de autocorrección sólidos) y buscan el control sobre la totalidad de la vida de la gente con base al terror y la mentira. Antes de la invención del telégrafo, radio, televisión y redes sociales, un régimen totalitario era imposible.

El totalitarismo gira en torno a la idea de evitar cualquier tipo de separación de poderes y emplear la moderna tecnología de la información para centralizar el flujo de información y reprimir la verdad con el fin de mantener el orden que quieren establecer.

La propaganda de los movimientos totalitarios, que precede y acompaña a los regímenes totalitarios, es invariablemente tan franca como mendaz, y los futuros dirigentes totalitarios comienzan usualmente sus carreras jactándose de sus delitos pasados y perfilando sus delitos futuros. En sus fases iniciales, el gobierno totalitario se comporta como una tiranía y arrasa los compromisos y contratos sociales pactados previamente.

¿Cómo se inicia el totalitarismo? El totalitarismo define ideológicamente a sus enemigos antes de apoderarse del poder, donde el “primer mandamiento” del movimiento es: “El Führer siempre tiene la razón” y se van aferrando a sus mentiras mientras infunden el terror sistemáticamente por medio de la propaganda. Para Gobbels, “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Continuará.

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