• 08/12/2016 01:01

Mis recuerdos de Cuba y Fidel (III)

‘No fue hasta mis estudios universitarios en DePaul University... que, profundizando en historia y filosofía, aprendí la verdadera historia de nuestra región...'

El fallecimiento del comandante Fidel Castro Ruz y el torbellino de pasiones que a nivel mundial desató, es testimonio incontrovertible de la magnitud del impacto del máximo líder cubano, como figura trascendental y a la vez controversial, en los anales de la historia contemporánea.

Amado u odiado, Fidel fue un personaje ‘sui géneris', cuya personalidad carismática, su inquebrantable confianza, su convicción ideológica y espíritu de guerrero, inspiraron a miles a echar sus suertes con los pobres de la Tierra y emular a José Martí.

Estoy consciente de que al compartir estos recuerdos habrá muchos quienes, ignorantes de la historia de expansionismo e intentos de anexión por parte del Gobierno norteamericano —no solo a Cuba sino a Puerto Rico y ‘sigilosamente' a Panamá, convirtiendo al mar Caribe en un ‘mare nostrum' norteamericano— tendrán dificultad con este escrito y me vilificarán. ¡Lo comprendo! En mi juventud, yo también fui ignorante de ella.

Cuba para mí era ‘Marianao, Habana, Almendares y Cienfuegos' —equipos de ‘béisbol'; del gran Beni Moré, Dámaso Pérez Prado, ‘Cascarita' y el país en el cual triunfó el insigne cantante panameño Camilo Rodríguez.

En aquel entonces poco me interesaba la política cubana, me bastaba la nuestra. No fue hasta mis estudios universitarios en DePaul University en Chicago en 1955 —universidad católica— que, profundizando en historia y filosofía, aprendí la verdadera historia de nuestra región y los intentos, arriba mencionados, del Gobierno norteamericano de expandir sus fronteras —absorbiendo a Cuba y Puerto Rico dentro de ella. Más tarde aprendería de la corrupción cancerosa que consumía a Cuba bajo la influencia y control de Mayer Lansky, conocido como ‘el genio financiero de la mafia', junto con agencias gubernamentales norteamericana —factualizada en la película ‘The Godfather'.

Se alega que Lansky, en años posteriores, sería el arquitecto intelectual del asesinato del senador Robert Kennedy, el hermano del difunto presidente Kennedy. Lo cierto es que la Cuba, que fue cuna de la revolución liderizada por Fidel, era un nido de víboras enconchadas en lujosos hoteles y casinos. Alrededor de ellos un país donde la clase pudiente devengaba, por lo general, los frutos de su opulencia, de sus contactos con los dueños de su país y la clase pobre permanecía marginada. Existían también latifundistas como la familia de Fidel.

No obstante mi aprendizaje, la Revolución Fidelista de 1959 fue inesperada e inconcebible. Como muchos de mi época pensé que la presencia y cercanía norteamericana no lo permitiría. ¡Estuve errado! La revolución fue producto de la voluntad y sacrificios de un pueblo que acompañó a Fidel y a los demás ‘Barbudos' en concretar su misión libertadora. En aquel momento histórico el deporte cubano y la farándula fueron para mí, cosas del pasado.

Confronté las contradicciones de los fusilamientos, pero me acordé de quiénes eran los fusilados y que, en su mayoría, fueron miembros del ejército de Batista y sus aliados partícipes en la matanza de miles de los oponentes al régimen corrupto y sanguíneo de Fulgencio Batista.

Seguí de cerca los pasos y avance de la revolución y los intentos de Fidel de transformar una sociedad Cubana racista, machista, injusta, y de una absurda desigualdad económica, a una sociedad justa e igualitaria que, como he expresado anteriormente, es un proceso en formación, de su infranqueable compromiso con aquellos pueblos azotados por la colonización y el apartheid.

Durante este período los eventos que derrocaron a Jacobo Arbenz, presidente electo de Guatemala, y la investidura de Carlos Castillo Armas, como nuevo, salieron a la luz del día.

Posteriormente, la invasión de Cuba —aprobada por Kennedy que fue vapuleado por los cubanos Fidelistas— utilizando a Guatemala como punto de embarque avergonzando al Gobierno norteamericano y a los exiliados cubanos que posiblemente están hoy celebrando en las calles de Miami.

Luego vendría el derrumbamiento, del vuelo 455 de la Cubana Airlines que despegó de Barbados en la cual 73 personas perecieron. Documentos desclasificados señalan a Luis Carriles Posada, exagente del FBI, como uno de los responsables.

Durante la Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá en el año 2000, Capriles, junto con otros tres, fue detenido por intentar asesinar a Fidel. En el 2004 fueron indultados por nuestra presidenta Mireya Moscoso y, si está vivo, lo cual no sé, seguramente estará en las calles de Miami celebrando.

Estos momentos tristes me recuerdan la noche en que vi a Fidel en Harlem NY en la iglesia Bautista ‘Abyssinian', donde por décadas el reverendo y congresista Clayton Adam Powell —ícono en la lucha por los derechos civiles— fue pastor. Fidel, como invitado especial del reverendo Dr. Calvin O. Butts, ahora pastor de la Iglesia, ante la enorme concurrencia y de políticos progresistas, el líder contemporáneo de los pobres exhortó: ‘¡Si desean médicos y maestros díganselo a su Gobierno y enseguida se los enviaré!'. Me faltan palabras para describir la recepción abrumadora que recibió.

Nelson Mandela, difunto presidente de Sudáfrica, encarcelado por 27 años, en su visita a Cuba —ante las objeciones de los EE.UU.—, para agradecer los enormes sacrificios del pueblo cubano en las luchas de los países africanos dijo: ‘Admiramos los sacrificios del pueblo cubano en el mantenimiento de su independencia y soberanía en cara de una campaña viciosa para destruir los logros de la Revolución cubana orquestada por los imperialistas... El pueblo ocupa un lugar especial en los corazones de los pueblos de África por sus sacrificios sin paralelos'.

¡Concuerdo!

ESCRITOR Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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