Culmina un año con incógnitas

Cómo la corrupción separa a un país, cómo tiñe la lucha por cero importancias. Me puse a analizar y ponerme en los zapatos de muchos panameños y el desinterés de defender un símbolo de lucha y victoria nacional.

Estamos en una era donde el patriotismo se ve permeado no por la falta de educación sobre nuestra histórica lucha que dejó mártires por recuperar nuestro territorio, sino por culpa de la politización, algo que les pertenece a los panameños, a cada uno de nosotros, ha pasado a ser la entrada de jugosas sumas de dinero a muchos “administrativos” del canal subiendo sueldos exorbitantes mientras el pueblo, el verdadero dueño de esta majestuosa obra, lo dejan a un lado sin recibir su beneficio real.

La corrupción, arraigada en todos los niveles del gobierno, desvía los recursos que deberían invertirse en áreas prioritarias como salud, educación e infraestructura. Un claro ejemplo es el 3.1 % del PIB generado por el Canal, que en lugar de beneficiar a la población, parece evaporarse en los bolsillos de funcionarios corruptos.

El panameño de a pie no tiene la percepción de los aportes que da el Canal de Panamá, simplemente porque se roban la plata en sobrecostos, en bonos y se olvidan de la lucha de verdaderos patriotas, los que querían una soberanía para su país pero, si ellos hubieran sabido que iba a quedar en manos de saqueadores vestidos de saco y corbata con un falso sentido patriótico otro gallo cantaría.

¿Se sienten amenazados porque les quiten su cajita fuerte? Hacen lo mismo que hacen con la Caja de Seguro Social.

Es triste y lamentable cuando un país pierde su amor a la patria por culpa de corruptos inescrupulosos que solo piensan en cómo llenarse sus bolsillos a costas de verdaderos patriotas como los que lucharon el 9 de enero por su país, por su soberanía.

Nos piden sacrificios con la ley 163, aumentar nuestra edad de jubilación, pero ellos jamás se sacrifican en nada, llaman a austeridad y gastan el doble de otros gobiernos en corrupción.

Panamá merece mejores líderes políticamente. No estos demagogos que aparentan un patriotismo hipócrita.

Llaman a reunión a todos los expresidentes que igualmente han sido envueltos en escándalos de corrupción, que lucraron a costillas del Estado como si ellos no fueran culpables de la situación actual del Canal.

Los partidos políticos de turno y amigos allegados al poder se creen dueños de cada institución gubernamental, que por estar al poder pueden influir en decisiones, nombramientos y eso es lo que nos ha llevado a este sentir. “El Canal no es de todos los panameños, el Canal pertenece a la oligarquía que controla al país “

No hay que ser más cínicos y descarados y aparentar que les importa o les ha importado el país cuando tuvieron en sus manos manejar bien el país pero solo pensaron en sus intereses como grandes egoístas.

¡Basta de robarnos el futuro! La corrupción en el Canal de Panamá es una afrenta a nuestra nación. Es hora de recuperar lo que nos pertenece y construir un país donde todos tengamos las mismas oportunidades.