Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Al “repetir y repetir y repetir falsedades... finalmente las declaraciones erróneas terminarán siendo creídas”. Lamentablemente, esta declaración del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt en 1940, sobre “técnicas de propaganda, creadas y desarrolladas en países dictatoriales”, continúa siendo verdad.
Las falsedades acerca del pueblo judío han sido utilizadas para justificar su opresión, lo que en última instancia condujo a su matanza a escala industrial. En los últimos tiempos, las acusaciones deshonestas contra los judíos y el Estado Judío han alimentado una ola de antisemitismo que incluye ataques contra individuos e instituciones judías, así como la persecución de Israel en la arena internacional. La pregunta es: ¿cómo en el siglo XXI, supuestamente ilustrado, hemos permitido que el odio a los judíos vuelva a levantar su horrible cabeza?
Algunas de las acusaciones más crueles es la evidente mentira de que Israel está cometiendo un genocidio, basado en falsedades sobre las bajas civiles en Gaza.
Desde hace tiempo, ha sido evidente que las cifras de víctimas que se informan en gran parte de los medios de comunicación del mundo distan mucho de ser confiables, por decir lo menos. En marzo, la Tablet Magazine publicó un análisis que demostró claramente que las cifras del Ministerio de Salud de Hamás estaban “desconectadas o poco conectadas con la realidad”.
A pesar de que se descubrió que “los números no son reales”, estas estadísticas, que conforman la base para los informes de los medios, continuaron siendo reportadas como válidas y en ellas confían numerosos gobiernos y organizaciones internacionales.
En el Reino Unido fue publicado un estudio pionero: “Recuento cuestionable: análisis de las cifras de muertos del Ministerio de Salud de Hamás en Gaza”, el cual no solo aborda las discrepancias, la información falisificada y otros problemas que contienen los propios datos, sino que examina cómo las cifras se están explotando para influir en la opinión pública y la política internacional.
Este estudio contiene dos conclusiones reveladoras sobre el desglose de bajas civiles y combatientes palestinos. La primera se refiere a la repetida falsedad de que la mayoría, si no todas, las bajas en Gaza son civiles no implicados, en especial, mujeres y niños, ignorando el elevado número de combatientes de Hamás y otros grupos terroristas que se incorporan a la cifra total de víctimas. De acuerdo con el estudio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), estimaron en octubre que “entre 17.000-20.000 militantes han muerto dentro de Gaza”.
Cada vida inocente perdida en un conflicto es una tragedia. No obstante, no se debe ignorar que Hamás pone en peligro a la población de Gaza, violando las reglas de la guerra.
Hamás utiliza a los palestinos como escudos humanos e inserta a sus terroristas, armas y otros elementos militares en zonas densamente pobladas. Hamás procura aumentar al máximo las víctimas civiles en su propia población, sabiendo que por reflejo se culpará a Israel y a posteriori aumentará la presión internacional.
Israel, a diferencia de la organización terrorista Hamás, acata el derecho internacional y sus acciones sobre el terreno desmienten las malévolas acusaciones. Israel toma medidas para proteger la vida de los civiles en Gaza utilizando advertencias mediante llamadas telefónicas y panfletos, establecimiento de zonas seguras y la creación de corredores para que los civiles sean evacuados.
La segunda conclusión se refiere a informes de los principales medios de comunicación en inglés del mundo.
Según “Recuento cuestionable”, solo el 5 % de los artículos que fueron examinados citaban fuentes israelíes para los datos sobre víctimas mortales. En contraste, el 98% contenía cifras obtenidas de organizaciones controladas por Hamás. Además, mientras que la credibilidad de las de origen israelí fue cuestionada la mitad de las veces, las cifras del Ministerio de Salud de Gaza son presentadas sin escrutinio ni contexto, a pesar de la bien documentada inflación e identificación errónea de víctimas en conflictos anteriores.
Este Ministerio de Salud es una entidad controlada por Hamás y no es objetivo ni creíble. No solo no logra diferenciar entre civiles y combatientes ni dar cuenta de las muertes causadas por las acciones de Hamás, sino que los datos adicionales son dudosos. “Recuento cuestionable” encontró demasiados supuestos errores - incluidos civiles muertos como consecuencia de la violencia palestina y muertes por causas naturales que son clasificadas como muertos de Guerra - para que esto no sea más que la manipulación deliberada del recuento de víctimas con fines propagandísticos.
Si otra nación se viera involucrada en una guerra de autodefensa con una organización terrorista reconocida internacionalmente, sería inconcebible que los medios optaran por difundir información suministrada por los terroristas en lugar de la entregada por un Estado democrático. Lamentablemente, al tratarse de Israel, muchos están dispuestos a dejar de lado su juicio profesional y su ética para tergiversar la historia y unirse a una agenda sesgada y preconcebida.
Israel tiene derecho a defenderse, no solo de ataques perpetrados por organizaciones terroristas, sino también de la avalancha de mentiras e incitaciones que buscan socavar su legitimidad y poner en peligro a su pueblo. Aquellos que valoran la verdad deben desafiar estas falsedades repetidas sin cesar cuando y donde surjan.