• 29/12/2023 11:14

Menos elefantes blancos por favor

Estamos en campaña política y la demagogia de prometer hospitales y subespecialistas en vez de promover una salud pública preventiva estará a la orden del día

De acuerdo con un reporte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo ( UNCTAD, por sus siglas en inglés), la escasez de infraestructuras es uno de los signos de pobreza más visibles y una de las razones principales por la que los países pobres no pueden escapar de su ciclo de pobreza: pacientes en camillas de los pasillos de urgencias desesperados por hospitalización por que su enfermedad crónica se reagudizó por falta de medicamentos o por todavía no tiene el diagnóstico imagenológico prequirúrgico, niños sentados en la tierra en una escuela rancho hacinados un “salón” y sin pupitres, falta de tratamiento de agua negras, caminos intransitables, barracas sin que les llegue la descentralización paralela y mujeres que recorren largos caminos para recolectar el agua que nunca llega.

Estamos en campaña política y la demagogia de prometer hospitales y subespecialistas en vez de promover una salud pública preventiva estará a la orden del día. Muy probablemente el candidato a diputado de su circuito y el partido que representa, lo quiere tener a usted con cáncer y en diálisis para amañar licitaciones públicas y cosechar maletines en ellas. Ojalá le prometan agua las 24 horas del día, sanidad y medicina preventiva para que no tenga ni problemas en los riñones ni cáncer. Que en vez que le prometa un cardiólogo en su circuito, les prometa accesos a todos los medicamentos del azúcar e hipertensivos actualizados.

Empujar las construcciones de infraestructuras antes de que haya mercado suficiente para usarla, puede dar como resultados hermosos, grandes -y en última instancia fallidos- proyectos de infraestructura que cuestan miles y miles de millones de dólares al erario panameño y que se convierten en dolorosos recordatorios de lo que en la mente de la constructora donante de campaña pareció posible. Muy probablemente tengamos que migrar a patronatos comunitarios sin políticos partidistas de clínicas del azúcar, clínicas del renal crónico y clínicas del hipertenso que “se deben costear con el impuesto panameño pigouviano del azúcar”.

Los centros de salud/policlínicas son hasta ahora el medio más eficiente para distribuir atención médica preventiva en la comunidad, donde el paciente y su entorno con agua potable las 24 horas del día, con servicios higiénicos, con caminos adecuadamente pavimentados, parques recreativos, recolección de basura cada 48 horas, tratamiento de aguas residuales, medicamentos y estudios de imagen diagnósticos tendrá la oportunidad de prevenir las enfermedades crónicas que al igual que el cáncer no tienen cura. El valor almacenado o distribuido debe justificar – y en último término contribuir a pagar- el costo de la construcción o el mantenimiento de los centros de salud/policlínicas.

Estamos en época electoral y los diputados Tío Conejo nos prometerán puentes donde no haya ríos, carreteras donde no se necesiten y hospitales oncológicos donde se necesite más atención primaria. Todas estas promesas tienen en común que los diputados necesitan generar licitaciones y tenerlo a usted enfermo para recoger chen chen. Lo que el diputado tiene que prometer es que generará políticas para mayores empleos con el cual habrá desarrollo, justicia, igualdad y prosperidad.

Desde la perspectiva económica, el desarrollo de la infraestructura no solo es costosa en términos económicos, políticos y sociales; a menudo no cumple su promesa de influir en la economía panameña y como señala el economista danés Flyvberg, nueve de cada 10 megaproyectos son tardíos, rebasan su presupuesto y tienen bajo desempeño respecto de sus proyecciones económicas.

En definitiva, necesitamos una ardua labor de generar las condiciones psico-sociales en las comunidades panameñas para el bienestar del ciudadano y proveer salud preventiva con disponibilidad de medicamentos de calidad siempre y menos mega-infraestructuras con enfermos crónicos sin cura. Los políticos lo quieren a usted sin agua y sin medicina preventiva para las mega licitaciones: ahí si hay billete. ¿Casualidad que hayan disminuido las plazas de medicina familiar, residencias médicas y de médicos internos?

El autor es cirujano subespecialista.

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