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¿Qué hizo a María De la Ossa la ‘Madre de la Patria’?
- 07/07/2024 01:00
- 05/07/2024 20:45
‘Madre de la Patria’, prócer de la nación y Primera Dama inaugural de la República, son solo algunos de los títulos que ostenta María De la Ossa de Amador, una de las mujeres más importantes en la historia panameña.
Más allá de confeccionar el símbolo nacional más importante del país, la bandera nacional, el mayor aporte de De la Ossa a la separación de Panamá de Colombia fue el plan utilizado para separar a las tropas colombianas usando el Ferrocarril de Panamá, lo que permitió el arresto de las mismas y consolidó la soberanía panameña.
De acuerdo a lo que se narra en el libro The United States in Panamanian Politics: The Intriguing Formative Years de Gustavo A. Mellander, De la Ossa conocía bien el funcionamiento del ferrocarril debido a su gran cercanía a Herbert G. Prescott, quien fungía como asistente superintendente del mismo y era el pretendiente de su sobrina, María Emilia De la Ossa Bergamota.
De esta manera, convenció a su esposo, Manuel Amador Guerrero, de hablar con Prescott y sumar a James Shaler, otro de los superintendentes del ferrocarril a la causa panameña, asegurándose de que todos sus aliados seguían firmes en la causa.
El plan de la ‘Madre de la Patria’ consistía en que Shaler convenciera al general colombiano a visitar la capital para separarlo de sus tropas. Una vez llegara a Panamá, sería capturado y se sobornaría a los demás soldados para que regresaran a casa.
El liberalismo y Carlos A. Mendoza en la historia panameña de Baltasar Isaza Calderón es otra fuente documental que señala a María De la Ossa como un personaje fundamental para esta proeza.
Este libro señala que para Amador Guerrero, “su matrimonio con la distinguida dama panameña, María De la Ossa, lo colocó en una posición muy favorable”, lo que le permitió encontrarse en las primeras filas cuando llegara el momento de la separación, además de que los vínculos con la Compañía del Ferrocarril de Panamá fueron de gran ayuda para esta gesta.
Poco tiempo después Amador Guerrero se convirtió en el primer presidente constitucional de Panamá y De la Ossa lo acompañó siendo la Primera Dama.
En su mandato, que inició el 20 de febrero de 1904 y culminó el 1 de octubre de 1908, De la Ossa fue la anfitriona oficial de Panamá, cumpliendo con deberes como proporcionar entrenamientos oficiales para los dignatarios y reunirse diariamente durante la temporada con los invitados del gobierno del país.
Según el recuento histórico de la vida de María De la Ossa, proporcionado por el Ministerio de Gobierno (MinGob), la primera dama inaugural tuvo un gran impacto en Panamá a pesar de que su mandato junto a Amador Guerrero fue relativamente corto.
A tal punto que habiendo ocurrido casi 30 años de la gesta patriótica, se organizó un homenaje en su honor el 4 de noviembre que luego pasaría a celebrarse anualmente como el Día de la Bandera en 1941 a través de la Ley Pública N° 60 y actualmente como el Día de los Símbolos Patrios.
Esta conmemoración fue promovida por la Escuela Normal de Institutoras, especialmente por la doctora Esther Neira de Calvo y apoyada por todas las demás instancias del país. Esto se debe a que De la Ossa era una fiel defensora de la educación de las mujeres.
De la Ossa falleció el 5 de julio de 1948 en Charlotte, Estados Unidos y sus restos fueron sepultados en Panamá. Además de ser el origen de la celebración por los símbolos patrios en el país, su legado vivo también contempla una escuela en el corregimiento de Parque Lefevre lleva su nombre.
En cuanto a sus confecciones para la Separación de Panamá de Colombia, de las tres banderas para la independencia, una fue destruida por su uso constante.
La bandera más pequeña que confeccionó fue izada en el asta del primer barco de vapor que salió de Panamá hacia Estados Unidos para anunciar el éxito de la independencia del país, o bien fue llevada por María Emilia, su sobrina, a Nueva York, donde se exhibió en una tienda y luego en un museo, antes de que se perdiera su rastro.
La tercera bandera, que fue conservada por De la Ossa, fue posteriormente entregada como regalo al presidente estadounidense, Theodore Roosevelt (1858-1919) y se cree que luego fue donada a la Biblioteca del Congreso.