• 06/07/2024 23:00

Democracia y confianza

Tengamos presente que la crisis económica, el empleo precario y el desempleo, aumentan las disparidades regionales, desigualdades sociales, pobreza, demandas y conflictividad social

En Panamá, a un nuevo gobierno, hay que desearle éxitos. Pues, si inicia bien su gestión, crea condiciones que favorecen mejor vida, para todos. La 1ra Carta a Timoteo, 2 sobre la oración por los gobernantes, afirma: “por los jefes de Estado y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad.”

Para ello, el presidente electo inicia su gestión con legitimidad. En Panamá, es elegido por una ciudadanía que confía en la democracia. Consultemos el Latinobarómetro 2023: (i) En la región, el apoyo a la democracia fue del 48%, disminuyendo 15 puntos desde el 61% en 2010. En Panamá fue 46%, aumentando del 35% desde el 2020. El país que más aumentó, en 11 puntos; (ii) En la región, el indicador democracia churchilliana, que afirma: “La democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno”, logró un 66% de respaldo. En paralelo, la insatisfacción con la democracia, llega al 69%. Resultado, “hay más insatisfechos que demócratas”. O sea, “existe una mayoría de latinoamericanos que aprueban la democracia, pero no aquella que funciona en forma tan deficiente en sus países, no una sin igualdad ante la ley, no una sin distribución de la riqueza, no una sin garantías sociales”; y (iii) En Panamá, la democracia churchilliana, definida como el “mejor sistema de gobierno”, es apoyada por el 50%. Pero, al mismo tiempo, el 83% de la población está insatisfecha con la democracia. O sea, el pueblo panameño apoya la democracia. Pero, aspira a más y mejor democracia e institucionalidad. Pues, la humanidad y todas sus obras son perfectibles o de mejora continua. Para, con la nueva y buena política, ser instrumentos en la construcción del bien común con base en la dignidad de la persona humana, a fin de mejorar sus condiciones y calidad de vida.

¡Ojo! Panamá, en el histórico: Satisfacción con la democracia, se muestra en caída libre. Del 61% en 2009, paso al 15% de satisfacción, en 2023. ¡Cuidado! Esta es tierra abonada, para la mala semilla del populismo, sea de ultraderecha o extrema izquierda, cuando “sus ciudadanos han perdido la esperanza de buen desempeño de sus gobiernos”. ¿La nueva administración podrá revertir este retroceso? En palabras del presidente Mulino, “tenemos un objetivo en común: hacer crecer este pequeño gran país y que esa prosperidad llegue a todos los hogares ... Haré un gobierno enfocado principalmente en resolver el problema de la gran mayoría de los panameños. Eso no significa acabar con la riqueza, sino combatir la pobreza ... para que el pueblo vuelva a ser feliz ... con una consigna clara: menos gasto en política y más inversión en la gente”.

Tengamos presente que la crisis económica, el empleo precario y el desempleo, aumentan las disparidades regionales, desigualdades sociales, pobreza, demandas y conflictividad social. Por ello, es correcta la decisión de priorizar en la reactivación económica y la generación de empleo. Además, en este contexto, los más valiosos bienes políticos o públicos “son la igualdad ante la ley, la justicia, la dignidad y la justa distribución de la riqueza”. Donde la corrupción y el abuso del poder, solo impiden o limitan la producción eficiente y eficaz de aquellos bienes políticos o públicos.

El llamado a la confianza, debe ser acogido por todo Panamá. Seguro, el nuevo gobierno tiene el liderazgo para decidir, convocar y proponer. Pero, los retos son de tal magnitud, que se hace necesario el aporte de los más amplios sectores sociales, productivos y académicos, para lograr salidas democráticas y soluciones sostenibles, máxime en tan difíciles y limitadas realidades financieras, frente a una deuda social e institucional histórica y un mundo en incesantes cambios políticos, económicos, tecnológicos y ambientales. Todo, ante una gran expectativa ciudadana, renovadas esperanzas, certeza de las riquezas y el potencial del país.

Para los autores Brezzi, Keefer y Scartascini, “la confianza en el gobierno es un concepto multidimensional ... de cómo perciben las personas la actuación y valores de las instituciones públicas en los países democráticos. La confianza mutua y en las instituciones puede mejorar la cohesión social, fomentar el compromiso político e impulsar el crecimiento económico ... reduciendo los costos de transacción, ... creando un entorno fiable para la inversión”.

La RAE define confianza como: “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”; sus sinónimos: “fe, creencia, tranquilidad, seguridad, decisión, ánimo, empuje”. En palabras de Raúl Alfonsín, primer presidente de la transición en Argentina: “con la democracia se come, se cura y se educa”.

El autor es economista y ciudadano independiente
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