• 04/07/2023 00:00

Menos es más

“[...]; no veo tanta culpa del Meduca. [...] Entonces, ¿a qué se debe ese déficit en lectura-matemáticas? Tengo la certeza de que la causa-solución está en otro lado: algo en el currículum y bastante en la formación de nuestros maestros”

Una investigación reciente, realizada en Panamá, arrojó estos lamentables resultados: a estudiantes de 3º de primaria se les pidió elegir a su voluntad dos números de 2 o 3 cifras, y que eligieran la operación matemática a realizar. Solo el 9.5 % pudo elegir números de 3 y más cifras y hacer el cálculo elegido en forma correcta. En esa misma investigación también se les pidió a estudiantes de 3º de primaria contestar a la siguiente indicación: “cuento lo que me pasó cuando empecé a leer y escribir”. Solo el 7 % pudo elegir escribir una oración de tres palabras y más con total corrección.

No crean que la investigación fue hecha por una empresa sin experiencia. Fue realizada por el equipo de Unicef, la agencia de las Naciones Unidas para la Infancia, presente en más de 190 países, uno de cuyos lemas es: “la educación es la llave de las oportunidades”. Aunque los datos de la investigación se refieren al año 2021, año pospandemia, fue presentada en un foro hace unos días por Unicef-Panamá.

¿Qué nos dice la investigación? Que un gran porcentaje -más del 90 %- de los estudiantes que se gradúan en nuestro sistema público de educación no sabe leer ni escribir con total propiedad; y por ende, comprender a cabalidad un texto del que inferir lógicas conclusiones. Como tampoco hacer operaciones abstractas matemáticas sin mucha complejidad. No duden, estimados lectores, que el porcentaje de estudiantes que termina la primaria para pasar a la premedia no sea alto. Como tampoco lo es el porcentaje de estudiantes que al ingresar el primer año de universidad abandona sus estudios. Tema del que les hablaré en otro artículo.

Pero volviendo a la investigación, me podrán decir que no es objetiva, porque fue hecha tras la pandemia con escuelas que habían estado cerradas. No les niego el argumento; pero convendrán conmigo en que, al menos, no deberíamos tener estos altos porcentajes.

Obviamente, con estos resultados, la productividad y competitividad de nuestro país está amenazada en el futuro.

Me puse a analizar la razón, y adivinen qué; no veo tanta culpa del Meduca. Más aún, pienso que todas las administraciones que lo han regentado han hecho su mejor esfuerzo por dirigirlo.

Entonces, ¿a qué se debe ese déficit en lectura-matemáticas? Tengo la certeza de que la causa-solución está en otro lado: algo en el currículum y bastante en la formación de nuestros maestros.

La propia investigación de Unicef recoge que los programas académicos están muy recargados, esa prisa por enseñar mucho contenido produce que el aprendizaje acabe siendo empobrecido. En las pruebas PISA-2018 resultó que el 66 % de los estudiantes de 15 años está por debajo del nivel básico de lectura; que la actividad de lecto-escritura-comprensión tiene un bajo peso académico: apenas el 18 % del total de bloques de contenido en Español en premedia. Igualmente que el 80 % de éstos están por debajo del nivel básico de matemáticas. Sabemos que un nivel aceptable de matemáticas se relaciona con un mejor desempeño en la vida ordinaria, en los trabajos y en un Panamá más competitivo.

Por eso, me atrevo a sugerir que < >. Impartir menos contenidos, pero con más profundidad; sin correr; que ya lo decía con sabiduría el poeta Antonio Machado en uno de sus proverbios y cantares: “Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”. Y siempre primando la asignatura de lecto-escritura-comprensión lectora.

La segunda, y para mí más importante causa, es el nivel con que graduamos a nuestros docentes, la forma de entrar en la profesión de maestro y su formación continua.

En plena pandemia, invité a una conferencia a Panamá al renombrado experto en educación a nivel mundial, Dr. Martín Carnoy, de la Universidad de Stanford, California, a un webinario que presidieron el rector de la Universidad de Panamá y la ministra de Educación. Charlando en el Dr. Carnoy, que habla muy bien español, sobre el bajo nivel educativo de nuestro país, me comentó que había realizado un estudio para el Banco Mundial sobre el estado de la educación pública en Panamá y había llegado a la conclusión de que el problema está en el currículum para la formación de los futuros maestros.

Por esto, pienso que la solución está en dedicar recursos para la investigación en la Universidad de Panamá, que la pobre hace lo que puede con el poco financiamiento -y recortes constantes- que recibe para la investigación. No es de extrañar que al final sufran los pobres estudiantes, que serán formados por los maestros de un sistema que poco puede investigar.

¿Queremos un Panamá más productivo, con mejor nivel social?, pues, invirtamos en investigación en educación en la Universidad. Unicef y la Universidad de Stanford así nos lo dicen.

Universidad de Panamá.
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