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- 01/02/2025 15:16
- 01/02/2025 13:02
El panameño Jorge Néstor Sánchez, solicitado en extradición por las autoridades de ese país por delitos relacionados con narcotráfico y lavado de activos, fue capturado en Medellín (noroeste), informó este sábado la Policía colombiana.
El director de Investigación Criminal e Interpol (Dijin, de la Policía), coronel Hebert Mejía, detalló que alias ‘Comanche’, de 45 años de edad, también es señalado de ser el cabecilla de dos organizaciones de delincuentes panameñas vinculadas al Clan del Golfo, la mayor banda criminal de Colombia.
La Justicia panameña requiere a Sánchez por “delitos contra la seguridad colectiva relacionados con drogas y contra el orden económico en la modalidad del blanqueo de capitales”, agregó el alto oficial.
Por el capturado las autoridades de ese país ofrecían una recompensa de 30.000 dólares. Estaba prófugo desde 2024, después de ser alertado de la Operación Jericó, la cual logró evadir gracias al aviso que le dieron sus cómplices, refugiándose en Colombia.
La Operación Jericó es un caso representativo de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico en Panamá, con la que en agosto de 2024 fueron capturadas 39 personas y se decomisaron siete vehículos y cuatro armas de fuego.
Igualmente, fueron ocupados por las autoridades panameñas cinco inmuebles, 16 vehículos y cuatro establecimientos comerciales del grupo criminal valuadas en 2,5 millones de dólares.
Las autoridades colombianas informaron que alias ‘Comanche’ se movía en el país bajo la identidad de Ismael de Jesús Padilla, y vivía en un exclusivo sector de Medellín, donde compartía con una de sus parejas sentimentales y su hija menor de edad.
Para su movilización utilizaba una camioneta de alta gama y tenía una vida de lujo, lo que llevó a que la Policía lo investigara hasta que finalmente fue detenido cuando iba a una barbería que frecuentaba en Medellín, capital del departamento de Antioquia.
De acuerdo con las investigaciones en Panamá, Sánchez recibía cargamentos de cocaína a través de embarcaciones de pesca artesanal y lanchas rápidas procedentes de Colombia.
Esas embarcaciones llegaban al sector de la Comarca Kuna Yala, provincia del Darién (Panamá) y luego las enviaba a través de trochas selváticas a Costa Rica.
Los delincuentes tenían un soporte económico que les permitía operar y sufragar toda la logística que conlleva el transporte de cocaína.
Por otra parte, habían creado sociedades anónimas para abrir restaurantes, bares y salones de belleza, que “permitían legalizar el dinero adquirido ilícitamente. Estos locales se encontraban registrados a nombre de familiares y otros miembros de la organización”.
El capturado fue puesto a disposición de la Fiscalía colombiana, mientras Panamá realiza los trámites para extraditarlo a ese país.