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- 16/11/2020 06:37
Libertad individual y libertad política
Quizá el hecho de haber visto a millones de seres votar su completa subordinación a un tirano haya hecho comprender a nuestra generación que la elección del propio gobierno no asegura necesariamente la libertad. Por añadidura, parecería obtuso discutir el valor de la libertad si cualquier régimen aprobado por el pueblo fuera por definición un régimen de libertad. F.A. HAYEK
Según el padre del neoliberalismo “la libertad individual o personal es el estado en virtud del cual un hombre no se haya sujeto a la coacción derivada de la voluntad arbitraria de otro o de otros”. En mi opinión la libertad individual es la relación social y política de una persona con otra u otras, bajo el imperio de la Ley y en consecuencia exenta de coacción.
Sin embargo, los partidarios de la ideología neoliberal dominante en Panamá -después de la invasión estadounidense del 20 de diciembre de 1989- han resultado ser unos verdaderos esquiroles y dolosos de las propias ideas que dicen profesar. Sencillamente, porque pretenden contrabandear con el pensamiento (Intangible) de la misma manera que lo hacen con otros valores (Tangibles). Por ejemplo, señalan que la libertad política que tiene el pueblo (colectivo) de votar cada cinco años y elegir a los propios verdugos del hombre; es un ejercicio de la persona –hombre o mujer- libremente, es decir, un acto de libertad individual.
Pues bien, de conformidad con el pensamiento del más connotado filósofo del concepto de libertad individual, Friedrich A. Hayek, eso es absolutamente falso. Porque una cosa es la libertad política y otra muy diferente es la libertad individual a la que él dedicó a dilucidar gran parte de su esfuerzo intelectual durante toda su vida de adulto. Dixit el autor de “Los fundamentos de la libertad”. ´La aplicación del concepto de libertad en sentido colectivo más bien que en sentido individual se aclara cuando hablamos de los deseos de un pueblo de liberarse del yugo extranjero y de determinar su propio destino. En este caso utilizamos «libertad» en sentido de ausencia de coacción de un pueblo como tal. Los partidarios de la libertad individual han simpatizado generalmente con tales aspiraciones de independencia nacional, y ello ha conducido a la constante pero incómoda alianza entre los movimientos nacionales y liberales durante el siglo XIX. Pero aunque el concepto de independencia nacional sea análogo al de la libertad individual, no es el mismo, y el esfuerzo para conseguir la primera no siempre se ha traducido en un acrecentamiento de la segunda´.
En efecto, en nuestra lucha de liberación nacional, cabe aquí la advertencia, al decir del estadista que guio el tramo final y definitivo de este proceso, de cuidarse de “cambiar amos blancos (gringos) por amos chocolates” (oligarquía neoliberal), es decir, perfeccionamos nuestra independencia nacional, pero desvanecimos nuestra libertad individual objeto de la coacción de la “bancocracia” (unos hombres) sobre el panameño de a pie (el hombre o mujer individual). Otro ejemplo, el derecho o imperio de la Ley es selectivo, el rico jamás -hasta ahora- ha dado con su humanidad a la ergástula, en cambio para el hombre pobre - generalmente- es su morada.
Finalmente, debo rubricar que el hombre panameño no goza ni de libertad individual ni colectiva, la primera ha sido “manoseada” y desdibujada intelectualmente por los seudoneoliberales del patio y la segunda por el poder de la plutocracia. ¿En Panamá, hombre o mujer, vive libre de coacción? ¿La relación social y política del ciudadano panameño se encuentra bajo el estricto dictamen de la Constitución y de la Ley? Juzgue usted amable lector. ¡Así de sencilla es la cosa!
El autor es abogado y analista político.