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- 20/11/2024 02:29
Las consecuencias económicas de Mr. Trump
Dado el enorme peso internacional de los Estados Unidos, resulta indispensable reflexionar sobre el impacto económico de los resultados del reciente proceso electoral de ese país. Se trata de una tarea que resulta complicada, dado que, como lo ha señalado Doug Henwood en su artículo titulado Trumponomic (2024), nos encontramos frente a un mandatario con una actitud que “a menudo se limita a lanzar cualquier idea que se le pasa por la cabeza”. Pese a esto, existen suficientes pistas y evidencias de algunos aspectos claves de lo que sería el enfoque económico de sus políticas y sus consecuencias.
En el plano de las relaciones comerciales internacionales, diversos autores, entre los que se destaca Joseph E. Stiglitz en su escrito What a Trump Victory Would Mean for the US Economy, han llamado la atención sobre el posible aumento de aranceles que propiciaría la administración Trump. Entre las propuestas de campaña del ahora presidente electo de los Estados Unidos, está la de elevar los aranceles entre 10% y 12% en general y en 60.0% a las importaciones que provengan de la República Popular de China.
Se trata de una política que tendrá amplias repercusiones sobre la economía global. En primer lugar, es una situación que tiene la capacidad de afectar profundamente las cadenas de valor, dado que tendrá un efecto que llevará a relocalizar actividades hacia los países que se vean menos afectados por el alza de aranceles. Siendo Panamá parte integrante de dichas cadenas de valor, resulta fundamental darle seguimiento a este tema.
En segundo lugar, también queda claro que se estaría profundizando la política de utilizar la política arancelaria como un arma política, no solo en el caso de la República Popular de China. Trump ha llegado a amenazar a la presidenta de México con imponer un arancel de 25.0% a los productos mexicanos si no se detiene la inmigración ilegal, el cual se elevaría hasta 75.0%, en que el caso que el primero “no funcione”.
Este tipo de situación puede llevar a importantes configuraciones de las relaciones económicas internacionales. Como lo señala Juan Torres López en su artículo ¿Harris o Trump?: Efectos Sobre la Economía Mundial, “lo más seguro sería que una renovada estrategia proteccionista de Estados Unidos obligase cada vez más países a unirse y reforzar los procesos de desdolarización y que acelera la creación de nuevos espacios y relaciones de comercio alternativas”.
Otro problema de la probable política arancelaria de Trump sería la de generación de nuevas presiones inflacionarias, debido al traspaso del más alto precio de las importaciones provenientes de China a los consumidores, ya sea directamente o por el incremento del costo de los insumos. Se trata de una situación que podría llevar a un incremento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, lo que, a su vez, provocaría una presión recesionista.
La idea de Trump y sus allegados es volver a reducir los impuestos a los más ricos, compensando la totalidad de la caída de ingresos con un aumento de los aranceles, cosa que no parece realmente factible, llevaría a un mayor déficit fiscal en Estados Unidos, así como a la reducción de los gastos sociales. En este caso, la cada vez más tensa contradicción con la República Popular de China, llevará a un creciente gasto en el ámbito militar, entendido como un requisito para mantener la hegemonía global de Estados Unidos.
Una característica de las propuestas de Donald Trump, que a decir de Henwood hace que los grandes capitales al “pasar por alto su volatilidad y vulgaridad, está en el recorte de los impuestos que deben pagar los más ricos, con lo que se agudizará la tendencia a la concentración de la riqueza, así como el poder político del grupo que Oxfam califica como los su
perricos. Obviamente esto no solo tendrá efectos internos sobre la situación norteamericana, sino que además marcará la política externa de ese país, destinada a defender y promover los intereses de ese grupo. Entre las posibles consecuencias inmediatas podrían estar una mayor desregulación financiera, con lo que esto significa como riesgo para la estabilidad de la economía internacional, así como una mayor desregulación del mercado laboral, que presionará por medidas similares en el resto de los países.
La amenaza más grande del gobierno de Trump está dada por el hecho que la Presidencia de Estados Unidos estará en manos de un negacionista del cambio climático, en momentos en que no enfrentar seriamente este fenómeno representa un grave riesgo para todas las formas de vida, incluyendo la humana.
A final de cuentas se tendrán que enfrentar tiempos difíciles. La necesidad de una estrategia nacional de desarrollo integral para nuestro país resulta indispensable. Esta, lastimosamente, será difícil de trazar con un gobierno que insiste en una actitud autoritaria.
*El autor es economista