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- 12/02/2019 01:01
Las enseñanzas de la JMJ
La reciente visita del papa a nuestro país, deja enseñanzas que son posibles de compartir entre católicos y no católicos, con la esperanza de que seamos un mejor país, no solo para los más de dos millones de personas que nos visitan cada año, si no para nosotros mismos que nacimos en esta tierra hermosa y llena de tantas bondades.
Tanto es así que descubrimos que las soluciones a varios de nuestros problemas dependen de la voluntad, la planificación y el trabajo en equipo. Meses atrás se decía que Panamá no podría cumplir con esta misión efectivamente. Igual pasó cuando décadas atrás se decía que no podíamos administrar el Canal. Han pasado casi 20 años y hoy día el manejo del Canal de Panamá es un ejemplo que siempre mostramos de proyectos exitosos en nuestro país.
Cuando iniciaron los trabajos de la primera línea de Metro, se informó de las reglas de uso del mismo y sus instalaciones. Tampoco los ciudadanos creían que se podía cumplir con esas reglas y se ha cumplido. Eso significa que sí se pueden cambiar, modificar o transformar nuestras costumbres y lo que tenemos por algo mejor.
Durante esos días convivimos en un país diferente. La política que tantos mensajes negativos envía a la sociedad, no fue la prioridad para esos días. La prioridad fueron los mensajes del papa, los peregrinos, la fe, la oración, el convivir como hermanos y darnos ese lugar que hemos dejado perder.
También descubrimos que en este país falta el liderazgo. El papa fue el líder de la nación por escasos cinco días, las instituciones funcionaron, coordinaron, resolvieron los problemas en tiempo record y nos hicieron reflexionar en gran medida sobre las grandes oportunidades que seguimos teniendo y que no estamos aprovechando. El liderazgo es esencial, para, todos unidos, saber hacia dónde vamos y el rol que nos toca.
La juventud demostró una vez más que no es el futuro, es el presente de la nación. Las palabras del papa retumbaron en la conciencia de millones de personas en el mundo, cuando la Juventud fue su prioridad, que son los que pueden generar los cambios, los que pueden liderar esos e sfuerzos por ser mejores ciudadanos.
El perdón es esencial, ¿cómo podemos ser un mejor país, si no tenemos la capacidad de perdonar? Perdonar no es olvidar, es aprender que todos jugamos un papel ante los retos de la vida y que no podemos entretenernos en el pasado. Tenemos que mirar hacia adelante y avanzar en positivo para cumplir las metas y objetivos del país.
Queda mucho por reflexionar y aprender. Esta cita mundial logró también que otras religiones se sumaran a apoyar la Jornada. No importa que fuera un evento organizado por los católicos. Fue un evento país con objetivos comunes para todos los que buscamos lo positivo. Eso debemos aprenderlo cada día, que las cosas buenas hay que seguirlas y sumar a todos los que creemos en un proyecto que puede llevarnos a un mejor lugar.
Todavía falta observar la actitud de la clase política ante el torneo electoral que está a la vuelta de la esquina. Falta ver si será una campaña de propuestas o de descalificaciones. Algunos todavía aseguran que las campañas sucias son las que pueden hacer ganar a unos u otros. No estoy de acuerdo. Esas campañas dejan heridas incurables y después es más difícil ponernos de acuerdo para empujar el país hacia la dirección correcta.
Pongamos atención y que las buenas enseñanzas penetren en el ADN de aquellos ciudadanos que no les importa que hayan robado porque hicieron. Eso es una cortina de humo para engañar a los pueblos. No se puede construir el país soñado, si dejamos pasar los actos de corrupción que atentan contra la naturaleza del país. Se puede hacer mucho por esta nación sin necesidad de robar, de eso estoy seguro.
EL AUTOR ES ESCRITOR Y SECRETARIO NACIONAL DE CULTURA DEL PRD.