Importancia de las próximas elecciones en EUA

Las cercanas elecciones presidenciales de EUA se presentan revestidas de una gran importancia, porque de sus resultados -gústenos o no- dependerán la sobrevivencia y fortalecimiento o el debilitamiento y hasta la desaparición de nuestra civilización. Recordemos que una civilización es un “Conjunto de costumbres, saberes y artes propio de una sociedad humana”. Somos parte de la llamada Civilización Occidental, que es esencialmente cristiana, junto con sus ricas manifestaciones culturales. Y ese cristianismo es la fortaleza atacada, una vez más en sus dos mil años de historia, para destruirla.

Esta situación no depende ni es consecuencia, ni tiene que ver, necesariamente, con el ambiente apocalíptico relacionado con la COVID-19 y la abundante confusión creada por la información y desinformación en las redes.

Pero, la amenaza a la civilización tiene que ver, y mucho, desde hace algunos años, con la situación señalada por el papa Francisco como una “guerra ideológica” contra la cultura y sus valores tradicionales y contra la misma civilización. Es una guerra sucia contra la Vida, la Persona Humana, la Familia, el Matrimonio y la Libertad. Así lo han resumido los fuertes movimientos defensores de la Verdad; Verdad negada por el engañoso “Progresismo” y la “Nueva Izquierda”, mediante sus acciones políticas y, sobre todo, el “Lenguaje de Género”, propio de esa ideología anticientífica, en todos los idiomas modernos. De este modo pretenden justificar el aborto, la eutanasia, el “matrimonio igualitario”, los “derechos” a la pedofilia, la pederastia, la sexualidad infantil fuera de la patria potestad y otras prácticas contranaturales. Se trata de la llamada “Cultura de la Muerte”.

Denunciada por el papa Juan Pablo II (19959).

Y, ¿qué tienen que ver las candidaturas presidenciales del republicano Donald Trump y Joe Biden, del Partido Demócrata?

El grado de importancia y sabio manejo del tema que los estrategas de Trump den a la defensa de la Civilización en el sentido aquí señalado, puede inclinar o consolidar la balanza a favor de Trump.

El equipo de Biden tiene que resaltar su línea progresista y los beneficios que, supuestamente, favorecen a una sociedad moderna.

Se trata de un escenario moral nuevo.

Trump, representa una firme y valiente oposición a las destructivas corrientes “progresistas”. Ha cerrado puertas al aborto, “supuesto” derecho al que pondría mayores restricciones con el probable control de la Corte Suprema de Justicia con magistrados provida.

Trump ha abierto puertas a movimientos provida, que políticamente representan la lucha internacional organizada en favor de “La Cultura de la Vida” defensora de la vida, la familia, el matrimonio normal y las libertades de conciencia y de culto, consignados en la Constitución, pero atacados por las corrientes “progresista”.

Trump defiende y promueve, en sus discursos públicos, los valores que identifican a nuestra civilización. No se le han podido probar actos de corrupción en su vida política o empresarial.

A sus enemigos parece que tampoco les importa que Trump le haya callado la boca al belicoso líder de Corea del Norte ni que haya puesto a los chinos en su lugar, como a los fanáticos musulmanes. Estas posturas de Trump probablemente alientan el nacionalismo, el orgullo y el sentimiento de seguridad del pueblo conservador norteamericano, que forma la mayoría.

Trump es la vacuna contra la pandemia política que representa Biden. Y, por lo tanto, el totalitario Nuevo Orden Mundial hacia donde nos quieren llevar las mil veces fracasadas izquierdas. Así de sencillo.