Proponen la creación de un Instituto para la Conservación e Investigación en Biodiversidad para Panamá

Con un Instituto para la Conservación e Investigación en Biodiversidad (ICIB), Panamá tendría un proyecto de infraestructura, red de investigación y conversación de la biodiversidad de mayor curso, que haya existido.

La propuesta fue presentada por Samuel Valdés Díaz, director de la firma Biodiversity Consultat Group y Mariposario Cerro la Vieja y miembro de la Red de Reservas Naturales Privadas de Panamá, durante la última reunión mensual del movimiento Ciencia en Panamá, este martes.

Según Valdés, crear un ICIB surge porque Panamá es uno de los pocos países de la región que no cuenta con una institución para el monitoreo y reporte del estado de la biodiversidad.

Advirtió que la falta de este tipo de instituto especializado hace que el país llegue a conclusiones sesgadas producto de otras ciencias que no son las idóneas.

“No tenemos un sistema que nos permita entender y tener conclusiones, con respecto a qué es lo que está pasando, cuáles son las amenazas, si están funcionando las políticas, si existe o no un daño ambiental producto de cualquier actividad humana”, contó Valdés.

El llamado a la creación del ICIB se da cuando el monitoreo de la biodiversidad es esencial en la identificación oportuna de la disminución de poblaciones de especies y prevención de extinciones inminentes, así como en la creación de alertas para la intervención y la generación de datos que sustenten la existencia o no de amenazas.

Para este experto en gestión ambiental y biología, el modelo de funcionamiento para el ICIB está inspirado en estructuras administrativas que ya existen en otros institutos similares que hay en la región.

Por lo tanto, consideró que el principal objetivo es que el ICIB sea autónomo con una junta directiva conformada por patronatos, ONG locales e internacionales, autoridades locales, sector privado y la academia.

Su dirección ejecutiva se dividiría en una asesoría técnica liderada por el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá y El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, así como un Comité de Asesores Financieros.

Ambas secciones permitirían el funcionamiento de las tres direcciones del ICIB, que estarían ligadas a temas como el Corredor Biológico Victoriano Lorenzo, la Plataforma de Monitoreo y Reporte de Servicios Ecosistémicos y Biodiversidad y Centros de Estudios de Servicios Ecosistémicos.

El presupuesto estimado saldría de un fideicomiso para el pago por conservación basado en costo de oportunidades, en las que se destinarán $450,000 anuales, de un monto total de $10 millones que se recolectarían en tasas de interés estimadas a 3,5%.

Asimismo, al Corredor Biológico Victoriano Lorenzo le tocaría $3 millones más 3,5% en fideicomiso.

Mientras que la Plataforma Monitoreo y Reporte de Servicios Ecosistémicos y Biodiversidad obtendría un aproximado de $5 millones al año.

Por cada Centro de Estudio de Servicio Ecosistémico habría $2.5 millones al año más financiamiento para programas de becas, curso, postgrado, etc.

La propuesta de crear un ICIB recibió el visto bueno y el apoyo de gran parte de la comunidad científica, que asistió a la reunión mensual del movimiento Ciencia en Panamá.

Todos coincidieron en la necesidad de empujar y seguir hablando de una propuesta, que según ellos, “es tan necesaria para el país”, ya que actualmente enfrenta una serie de problemas de conservación y protección a su biodiversidad.