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- 17/03/2022 00:00
Importancia del análisis de la estructura criminal
A finales del siglo XX, el periodista investigativo Herásto Reyes (q. e. p. d.), escribió un tema sobre “las estructuras delincuenciales en nuestro país”, aspecto que me llamó la atención para realizar nuestro trabajo de graduación, titulado “La criminalidad, la prevención del delito y tratamiento del delincuente”, en base a mis conocimientos y experiencia en inteligencia, fundamenté mi análisis en ochos factores de orden operacional de la criminalidad, cómo funcionan las bandas organizadas y conocer el otro mundo, medir el alcance del problema y sugerir su tratamiento a nivel estatal.
En dicho análisis de inteligencia, se consideraron los siguientes factores en base a la Composición: estructural; Disposición: de ubicación en el terreno; Efectivos: que la integran; Tácticas: utilizadas para realizar sus actividades; Adiestramientos: su preparación; Logística: cómo obtener los recursos; Eficiencia Operacional: su desenvolvimiento en el terreno para operar y Misceláneo: relacionada a los dirigentes o personalidades que dirigen o controlan dichas estructuras criminales.
Han pasado 26 años de haber mencionado este tema e insisto en que debemos contar con una estructura de inteligencia criminal, con el fin de detectar el problema delictual o fenómeno criminal, donde la necesidad que tienen las instituciones que persiguen el delito se nutran de información para la acción, así como para las decisiones políticas de parte de las autoridades respectivas en aras de disminuir las estadísticas existentes.
Como manifiesta el secretario académico del Seminario de Estudios de Seguridad y Defensa USC-Ceseden de España, Daniel Sansó-Rubert, la inteligencia criminal está encaminada a desarrollar una serie de técnicas y procedimientos para analizar en detalle las actividades delincuenciales, incorporando estrategias de análisis sobre las estructuras de la criminalidad, enfocado en perseguir delitos de mayor connotación social, utilizando técnicas de investigaciones, mantener relaciones directas con la policía y comunidades, de los diversos factores que hacen que la criminalidad incremente en el territorio, así como las relaciones con Interpol y los acuerdos que hay entre los países que integran.
Hoy en día, como criminólogo y docente en Criminología, indicamos que, a través de la unión de las disciplinas de la criminología, la geopolítica y la inteligencia criminal, el analista de hechos delictivos, en un contexto similar puede, a través del análisis de las células de organizaciones criminales, conocer e identificar el radio de acción de estas estructuras.
Estas células son: Las células ejecutoras, ven la protección de la organización; células financieras: lo económico-financiero; células logísticas: adquisición, capacidades, mantenimiento, de la actividad criminal; células de infiltración: introducirse en los estamentos encargados de enfrentar la delincuencia; células negociadoras: buscan acuerdos, solución de disputas y fortalecer alianzas; y, finalmente; la células operativas: que materializan las actividades delictivas.
Como hemos vistos, estas organizaciones criminales invierten cada vez más en seguridad y contrainteligencia, manteniendo sus líneas ofensiva y defensiva, con el fin de controlar sus mercados, y solo es posible enfrentarlos con procedimientos modernos, debido a que la delincuencia utiliza sofisticados métodos para lograr sus fines. Además, su poder económico les permite subordinar a partidos políticos o entidades, para su mejor control sobre toda la estructura de decisiones en las instituciones de representación política.
Por ende, el sistema de inteligencia, que incluye la inteligencia criminal, debe tener sustento legal, que delimita su accionar, estableciendo mecanismo de control y recursos para elaborar su trabajo, que les permita la construcción de escenarios predecibles para anticiparse a hechos delictivos, más que solo encontrar responsables por hechos pasados.
Según Alfonso Reyes sobre este tema: “Hoy, nadie desconoce el comportamiento antisocial del hombre, como en su conducta ilícita, intervienen coetáneamente factores exógenos y endógenos, dado que toda consulta humana, y la delictuosa lo es, sin duda alguna, el resultado de un proceso de interacción entre la personalidad y el ambiente que los rodea”, esto nos pone a reflexionar.
Finalmente podemos indicar que a través de la inteligencia criminal, herramientas para contrarrestar su accionar y la política de seguridad pública orientada a la solución de problemas criminales, lograr así el conocimiento acerca de las personas o grupos que están involucrados en complots criminales, entender cómo funcionan, puntualizar sus actividades usuales, prever los cursos de acciones futuros que puedan tomar, con la finalidad de desarticular sus operaciones, incautar sus activos y detener a los individuos implicados.
Juntos, trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacífica.