• 05/01/2021 00:00

¿Qué se han hecho los millones de préstamos?

Al 30 de noviembre de 2020, 17 meses de gobierno, la deuda pública alcanzó los 36 086 millones de dólares; un aumentó de 9474 millones. En este aumento están 3897 millones para pagar intereses, y 123 millones debido a pérdidas cambiarias y pago de comisiones, por lo que la deuda aumentó sin que entrara este dinero.

Al 30 de noviembre de 2020, 17 meses de gobierno, la deuda pública alcanzó los 36 086 millones de dólares; un aumentó de 9474 millones. En este aumento están 3897 millones para pagar intereses, y 123 millones debido a pérdidas cambiarias y pago de comisiones, por lo que la deuda aumentó sin que entrara este dinero. Se utilizaron también, 396 millones para recompra de deuda que vencía en 2021 y 2022. Las cuentas por pagar que dejó el Gobierno de Varela y las de 2019 del Gobierno del PRD de Nito Cortizo, excluyendo los intereses que se convirtieron en deuda, sumaron 1540 millones. Cubriendo estos déficits, solo quedaban disponibles para utilizarse, 3519millones.

Además, Organismos Internacionales prestaron dinero a Panamá, pero para uso específico. Por ejemplo, se publicitó que el FMI prestó 515 millones, exclusivamente para facilitarle créditos a los bancos privados a través del Banco Nacional. Este préstamo es ilustrativo de cómo opera este organismo. Según el MEF, para diciembre de 2019 no se registraba deuda alguna con el FMI. Registró en mayo 513.5 millones y pago de comisiones por 2.57 millones. Con el préstamo se pagaron las comisiones, sin que sepamos quiénes fueron los afortunados que las recibieron. Pero inmediatamente la deuda aumentó en 3.5 millones, debido a diferencias del tipo de cambio de la moneda. Apenas se estaba recibiendo el préstamo y ya la deuda era de 517 millones. Es la supuesta ayuda que ofrecen estos organismos internacionales, que respaldan la usura del capital financiero internacional. Pero, no bastando con esto, ya en agosto el FMI reclamó1.22 millones de intereses, y lo volvió a hacer en noviembre, ahora 1.46 millones de dólares. Para noviembre de 2020, pese a que Panamá recibió 513.5 millones, la deuda con el FMI había aumentado a 538.86 millones, debido a diferencias cambiarias, y se habían pagado intereses por 2.68 millones, pese al desastre de las finanzas públicas. Pero no solo hay que culpar a los funcionarios del FMI que venden hipócritamente una imagen de supuesta ayuda, sino a los funcionarios gubernamentales que no tienen el carácter para hacer mejores negociaciones, incluso haciendo la denuncia internacional de tales prácticas del FMI, más grave aún en período de pandemia.

Otros Organismos Internacionales prestaron para el sector agropecuario y la pequeña empresa. En conjunto fueron 1571 millones, por lo que dichos recursos no estaban disponibles para otros fines. Restando estos préstamos, el Gobierno quedaría con 1948 millones, los cuales no se sabe en qué se han utilizado, más allá que para cubrir gastos corrientes (pago de planilla, viáticos y similares). Irresponsablemente el Gobierno ha priorizado otros gastos mientras mantiene sin paga a parte del personal de salud que está enfrentando la pandemia. Requiriendo dinero, prefirió adelantar pagar deuda por 396 millones, para, supuestamente, ahorrarse seis millones de intereses, pero, contradictoriamente, el pago por comisiones fue de 10.5 millones. Es exigente que el Gobierno diga en qué se ha utilizado este dinero, ¿quiénes son los que se benefician con estas comisiones, qué firmas de abogados, financistas, asesores, etc.? También ha sacrificado ingresos condonándoles a las empresas parte del impuesto sobre la renta que debían pagar, reduciéndoles los impuestos, además de darles extensa moratoria (a ellos sí, sin cobrarles intereses) para que paguen cuando quieran. Es de esperarse, por tanto, que el déficit fiscal de 2020 supere el de 2019, con lo cual el Gobierno se verá obligado a mayor endeudamiento, a lo que se suman vencimientos de la deuda durante 2021 por 1300 millones de dólares. Se conjugan la crisis sanitaria y la crisis económica, que acelera el alto desempleo y el deterioro de ingresos y de las condiciones sociales de la mayoría de la población, y el Gobierno no muestra tener claridad de cómo enfrentar la situación, pese al enorme aumento de la deuda. Más pareciera estar a la deriva, con una conducta de “rifársela” a “sobrevivir”, esperando alguna tabla de salvación, que no llega. La incapacidad para enfrentar el problema es manifiesta, desde el presidente hacia abajo. En lo único que sí muestran tener claridad es en hacer recaer la crisis en los trabajadores y los sectores populares en general, salvaguardando los negocios de los empresarios.

Urge un enfoque diferente. No se puede estar apostando a la inercia, apenas “aguantando el vendaval”. Se requiere un giro drástico de timón, que apueste a sectores generadores de empleo y demanda de bienes y servicios, y que se redefina la estrategia de la deuda pública, porque el camino que se sigue no tiene otra salida que el precipicio. Lo del FMI es imperdonable. Hay que priorizar la deuda social, destinar mayores recursos para atender la crisis sanitaria, reducir los salarios a trabajadores públicos que ganen desde cinco mil y más balboas mensuales (incluyendo gastos de representación), viáticos y gastos superfluos del Gobierno, cobrar el impuesto sobre la renta de 2019 adeudado, así como a las empresas que están operando, crear un impuesto a las grandes fortunas es urgente, anular las innumerables exoneraciones de impuestos a la renta, arreciar la lucha contra la evasión fiscal, y obligar a aquellas empresas que abren sus negocios, al reintegro efectivo de los trabajadores con todas sus condiciones salariales. Es lo mínimo que se debe hacer.

Profesor de Economía de la Universidad de Panamá.

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