• 28/07/2024 00:00

Guerra visceral contra supermercados (III)

La propuesta reciente de fusión de las cadenas de supermercados Kroger y Albertsons plantea temas importantes. Por ejemplo, la empresa combinada dispararía señales de alarma del Índice Herfindahl-Hirschman (HHI), el principal indicador de competencia en el que se basan las autoridades antimonopolio. El HHI se calcula sumando los cuadrados de la cuota de mercado de cada empresa en el mercado. Si diez supermercados controlan cada uno el 10% de un mercado local, la lectura del índice sería 10 al cuadrado x 10 = 1000. Según las pautas de la Comisión Federal de Comercio (FTC), una fusión que eleva el índice local por encima de 1800 y lo eleva en más de cien, se supone que “reduce sustancialmente la competencia”, sin importar cuán grandes sean las cuotas de mercado de otras empresas.

Al confiar en el HHI, las agencias de antimonopolios efectivamente inclinan el campo de juego a favor de Walmart. Supongamos que Walmart tiene el 30% del mercado local de comestibles, como es el caso en gran parte de Estados Unidos. Eso cuenta 900 puntos en el HHI. Si hay otros siete supermercados en el área, cada uno con una participación de mercado del 10%, cada uno cuenta con 100 puntos en el índice, lo que hace que el índice general sea 1600. Supongamos que dos de esos supermercados deciden fusionarse. Su lectura conjunta del índice saltará de 200 (la suma de los cuadrados del 10% de participación de mercado de cada empresa) a 400 (el cuadrado de la participación del 20% de la empresa combinada). El índice global del mercado ha aumentado más de 100 puntos y ahora sería 1,800 (900 para Walmart + 400 para la empresa recién fusionada + 500 para las cinco pequeñas empresas restantes), lo que hace que la fusión sea sospechosa. El HHI no afecta la capacidad de Walmart para retener una gran participación de mercado, pero puede inhibir que las empresas más pequeñas se fusionen con la esperanza de obtener las eficiencias locales de las que disfruta Walmart.

En su denuncia que busca bloquear la fusión Kroger-Albertsons, la FTC sostiene que “la venta minorista de alimentos y otros productos comestibles en supermercados y supercentros tradicionales” representa el mercado relevante que deben examinar las autoridades antimonopolio. Esto es casi idéntico a la definición de mercado que utilizó la FTC en 1999, cuando exigió que Albertsons y American Stores vendieran 144 supermercados para obtener la aprobación de su fusión: “La línea de comercio relevante... es la venta al por menor de alimentos y productos comestibles en supermercados”.

Esta definición tenía sentido cuando las tiendas de comestibles solo vendían comestibles, las farmacias solo vendían medicamentos y artículos de tocador y las tiendas de ropa solo vendían prendas de vestir. En aquel entonces, determinar la participación de un supermercado en las ventas minoristas de alimentos era sencillo. Pero el negocio minorista ya no es lo que solía ser. Frente a la competencia de Walmart, varios operadores de supermercados (como Kroger, Albertsons, Target y Publix) han construido grandes tiendas que venden sillas de jardín, autopartes y calzado, además de consumibles como alimentos y productos de limpieza. Por el contrario, muchas empresas que no afirman ser supermercados venden alimentos y otros artículos tradicionales de los supermercados. La publicación “Progressive Grocer” enumera a CVS y Walgreens, ambas generalmente consideradas cadenas de farmacias, como el quinto y sexto mayor vendedor de alimentos y consumibles de Estados Unidos, respectivamente. El año pasado, Target vendió $22 mil millones en alimentos y bebidas. Las tiendas club como Costco mueven montañas de comestibles. Amazon tiene un importante negocio de comestibles en línea además de sus tiendas físicas. Es decir, existen muchas tiendas de descuento mordisqueando silenciosamente las ventas de alimentos de las grandes cadenas de supermercados.

Sin duda, hay algunos mercados locales donde, en ausencia de Target, Costco o Publix cerca, Kroger y Albertsons combinados dominarían las ventas de comestibles. Este no es un problema inusual. Kroger y Albertsons han propuesto listas de tiendas que venderían para mantener la competencia local, si se les permitiera fusionarse. La FTC ha rechazado sus listas y le preocupa, con razón, que C&S Wholesale Grocers, el principal comprador que han identificado, no tenga un historial de gestión exitosa de supermercados. También querrá que Kroger y Albertsons vendan suficientes tiendas en localidades individuales para que los compradores tengan una base de tiendas suficiente para competir eficazmente. Estos no parecen obstáculos insuperables. Si los dos minoristas están realmente interesados en unir fuerzas, deberían poder elaborar una lista de desinversiones que satisfaga a la FTC. Amanecerá y veremos.

Próxima semana la última entrega de esta serie sobre supermercados bajo la lupa de las autoridades.

El autor es empresario y excomisionado de la Clicac
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